Empezamos a hablar la Maniquí y yo a solas en un rincón,
mientras mis amigos cibernéticos seguían con la farra que entre ellos había
prendido de lo lindo. La Maniquí, ocioso es decirlo, poseía una belleza
deslumbrante. Me interrogaba y, aunque me hacía yo un lío en las respuestas e
incluso tartamudeaban mis labios, cuando al acabar levantaba la vista para
mirarla a los ojos azules, siempre tenía ella dispuesta su mecánica sonrisa.
Que le gustaba mucho mi blog y eso, que hay que ver cuánto escribía, que si no
me iba a quemar pronto.
-En algo hay que arder, bella Maniquí, en los negocios, en la literatura
del blog, en el sexo, en lo que sea, pero en algo hay que arder.
Esta era una frase rimbombante
que le había escuchado yo hace mil años al grandioso Umbral –y que habría él a su vez copieteado a alguien- y que se me
había quedado grabada. Pensé, ésta es la mía, te vas a enterar maniquí, y zas,
así que se la solté, mirándola ahora sin pestañear a la cara –como el mismo Al Pacino, sólo que con gafotas- para calibrar bien el efecto de mis
palabras, que eran de Umbral, o sea.
Acusó entonces ella el impacto, ya lo
creo: se le relajaron las comisuras, hasta se le nublaron algo los ojos y me
brindó allí, quizás sin pretenderlo, toda una humana sonrisa, demasiado humana,
más deslumbrante por eso mismo. Le tocaba a ella decir algo y me di cuenta de
que estaba en verdad desconcertada, y de que no sabía bien qué decirme. Se
defendió como pudo, claro:
- Eso, eso se lo dirás a todas, paliducho bloguero.
- Sí, a todas las maniquíes que vienen a la fiestuki de mi blog.
Lanzó una carcajada de lo más natural, aunque, viniendo de ella, pareció
sobrenatural. No sé, la fiestuki, mis queridos amigos cibernéticos, la cerveza,
la canción de los Mecano, aquella
carcajada… me hice ilusiones.
-Oye, bella Maniquí, que digo que… me
encantaría llenarte de besos el cuello y los labios, los labios y el cuello, el
cuello y los labios, besarte mucho, sí, me encantaría.
Retrocedió entonces ella un paso. Cerró los ojos. Emitió un suspiro de
contrariedad. Se cruzó de brazos.
-Siempre los hombres confundís las cosas. Veo
que los blogueros no sois diferentes… ¡Si supieras los sacrificios que impone
el ser maniquí!... Además… yo tengo novio... ¿Recuerdas el escaparate? Al lado
mío, sí, el que no me quitaba ojo. ¡Tenemos ya nuestra vida demasiado hecha!
Se dio entonces la vuelta y con pasos atribulados, sin compás, impropios de una maniquí, emprendió la
retirada. El blanco vestido se le escotaba en profundidad por la espalda esbeltísima
hacia la escueta cintura. Ya desde la misma puerta, frente al pasillo vacío que
entre ella y yo se había establecido, aún se giró y con la voz tomada por una
extraña emoción entre el silencio general me dijo:
-Pero que sepas que pienso seguir leyendo tu blog. Me encanta.
Me dedicó una reverencia bajo el dintel, como la sacerdotisa de un
templo griego de antes de la Crisis, y se esfumó. Primero pensé, bueno, menos
da una piedra, y luego, joder, qué pocas cosas me ocurren… y las que me ocurren
qué pocas son. Ya no pude pensar más, porque el tropel de mis amigos
cibernéticos se arremolinaban ante mí, inquiriéndome con las miradas para que
yo les contara.
-Para saber lo qué pasó, lo-que-pasó-paaasó entre la Maniquí y yo, mon
amís… tendréis que leer mañana mi blog.
Me lo aceptaron, de buena gente que son. Rieron mi ocurrencia. Retomamos
las patatas fritas, las cervezas, las poesías satíricas, en fin, las cavilosas
disquisiciones sobre la posibilidad de la literatura en los blogs. Lo pasamos
muy bien, me parece.
Post/post: gracias a Mónica, a Cesar, a CLAVE, a Winnie0, a Old Nick por comentar mi relato, por bloggear ayer a mi lado. GRACIAS.
Gran imaginación, magnifico relato.Saludos, seguiré leyendo tuyo blog.
ResponderEliminarMuy buen relato, pero si es el final de la historia con la maniquí, yo me esperaba mas emoción y que que te quemaras mas en esta historia, lo digo con cariño sabes, no me interpretes mal que para critica literaria no valgo..saluditos..
ResponderEliminarestupendo relato he pasado un buen rato saludos de Mateo
ResponderEliminary yo sigo leyéndote y a la vez....sombra aquí sombra allí ....Besos
ResponderEliminarMuy divertido, como es el sello de lo que escribes. Me encantó!
ResponderEliminarUn saludo