Será difícil hallar en la Historia comparada
una más nefasta calamidad para el verdadero progreso de una nación que el atroz
artefacto en que ha devenido en España el
llamado Estado de las Autonomías,
ese dantesco frankestein, irreformable ya, que pronto ha de devorar a sus
muñidores y a los ciudadanos con ellos. Se amontonan el cúmulo de razones
económicas, culturales y políticas que puedan dar ya cuenta de su veneno mortal,
de su carácter letal para la pervivencia de la propia nación española. Nunca
soportó una Nada en Ruinas tantas
sanguijuelas vitalicias sobre sus lomos.
Ha descuartizado y arrancado de las conciencias de buena parte de los
españoles cualquier idea de pertenencia a una entidad superior con la
trayectoria histórica y con las universales cimas culturales que alcanzó España, para sustituirlo por el
aldeanismo más ombliguista que pueda imaginarse. Ha centrifugado la común idea
de España, forjada por millones de
hombres y de mujeres, y de grandiosos creadores y artistas, a lo largo de los
siglos, hasta hacerla desaparecer del cotidiano conocimiento. Ha arrojado por
la borda el tesoro de todo ese excepcional precipitado histórico. Ha bonsaizado
las mentes. Ha propiciado la irrupción grosera de sucesivas generaciones de
insolidarios separatistas, con un único denominador común en su singular
patanería: el acerbo encono hacia lo español, como si Cervantes, Velázquez, Quevedo, Goya, Lope de Vega, Zurbarán, Garcilaso… merecieran sólo su rufianesco desdén autosatisfecho. Ha
jibarizado a las personas.
Ha alumbrado, en todos los
partidos, toda una oronda ralea irrecuperable de burócratas politiqueros
alicortos que incluso hacen buenos a los caciques decimonónicos –al menos
ilustrados y con cierto sentido de Estado muchos de ellos-, que se dedican
a dilapidar los millonarios fondos
públicos para subvencionar un tinglado omnívoro de intereses locales, una red clientelar
de omnicomprensivos intereses creados que les hacen imprescindibles, que hacen
girar en vilo en su torno, nuevos Señores feudales, a la inmensa mayoría de la
población, que en la casi totalidad de su filantrópica opresión dependen.
Son las Autonomías las que
yugulan y estrangulan y sangran al Estado de todos, son sus burócratas sátrapas quienes le exigen al gobierno de la Nación, los que han regulado para su más rastrero egoísmo el curso de los
ríos de España y hasta el del aire
que respiramos, los mismos que hacen imposibles, con sus babélicas y odiosas
taifas, esos sádicos corsés que todo lo comprimen, una política de más amplios
horizontes, que ensanche, con el dinamismo y la igualdad legal que exige una
sociedad moderna, las oportunidades de vida de las personas, es decir, que
amplíe sus libertades reales.
Ha resultado en definitiva el Estado
de las Autonomías un trágico mamotreto leviatanesco, imposible de mantener
un día más e imposible a la vez de enmendar, que aplasta y acogota las
existencias de los ciudadanos sumergiéndoles en las tinieblas adscritas a ese particular feudo, como los mismos siervos de la gleba
medievales. La tragedia y el mecanismo de tortura que porta consigo es esa, el
haber conseguido imponer la maldición de su obligatoriedad: es impensable que
legalmente pueda ser en lo esencial reconducido, la asfixiante y ubicua malla
clientelar por él construida lo hace imposible. Sólo –como el a sí mismo
llamado Estado del Bienestar- una
situación extraordinaria de extrema necesidad podrá reducirlo a los escuetos
límites que pide una descentralización política.
Post/post: gracias a Mónica, a Mateo, a Juante, a Anónimo (ponga su nombre,plis), a CLAVE, a jaal (gracias por hacerte seguidor del blog, tuyo es ya también), a aspirante (echar a alguien al mar, no, amigo, plis, hablar, discutir, sí, se pueden tener ideas diferentes,), a CSPeinado, a Zorrete Robert, a todos, por darle empaque y sentido a este blog, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.
¡Espléndido! Bien expresado
ResponderEliminarSalu2
El post que me hubiera gustado firmar.
ResponderEliminarDiscutir, debatir... Sí, pero cuando el contrario miente, falsifica, injuria y embiste con malas artes, cuando sus ofensas son insoportables... No queda sino batirse.
Es un estupendo análisis sobre esta colosal estulticia que nos aflige y acogota.
ResponderEliminarSiempre he dicho que "tonterías y reuniones, las precisas". Y Autonomías, las justas, por supuesto. No puede ser que los atorrantes de la Junta de Andalucía ("Unta" la llaman en cierto post pedagógico) amenacen ahora con ir ellos también a la huelga, solo porque en Madrid y el resto de España, salvo Asturias, gobiernan los "fachas". No puede ser que hayan cambiado a la juez Alaya por otro juez de su cuerda, para que redujera la fianza de 150.000 euros del golfo del ere Guerr-ere, a 50.000 euros y así salir de la cárcel ayer, como si tal cosa. No puede ser que al Consejero sociata Antonio Fdez. le pagara su "familia" 450.000 € para exonerarlo de la cárcel. No puede ser que se líen en Andalucía a poner metros, aves, carriles bicis, tranvías y puentes carranzas donde no hay ni un puto céntimo de euro, solo por demagogia y cara a la galería de pescuezos que están trincando a base de bien...
No puede ser, en definitiva, que el sistema de becas, subvenciones, per y dádivas bajo la cuerda sostenga este tinglado, que ya no tiene remedio, como bien dices, porque son todos una piara de golfos a los que les va la vidorra en el "café para todos" de los 17 chiringuitos.
Las Autonomías son, por lo demás, un auténtico horror por lo que tienen de egolatría envilecida para las gentes con menos recursos mentales, previamente reformateadas por los sistemas educativos intervencionistas, que en España son todos, porque todos son sociatas se ponga Wert como se ponga.
Un saludo.
Que se puede hacer con este desaguisado que son las Autonomías, ¿ que desaparezcan de la noche a la mañana ? eso no es posible a estas alturas, quizás si no se les hubiera dado en su momento, competencias como es, sanidad, educación y jurizprudencia, esto tuviera un sentido de estado y funcionaria mejor, creo yo...saludos para ti y para los que ayer me nombraron...
ResponderEliminarHay una idea muy sencilla. La Historia nos ha enseñado que la Unión hace la fuerza. España es el único caso de la historia donde un Estado se ha ido desintegrando en vez de integrando. Y todo por una Constitución, la de 1978 que fue de inicio una cesión a los separatistas, navajeros y fagocitadores de los Nazionalistas.
ResponderEliminarSaludos, magnífico Post.
Es evidente que el sistema autonómico ha sido un fracaso sin paliativos. Han arruinado a la mitad del sistema financiero, las Cajas y han situado al país al borde de la quiebra y de la desintegración.
ResponderEliminarLa foto que pones refleja a un país troceado por caciques, a un conjunto de tribus. Los partidos políticos en España se han convertido en agencias de colocación de familiares y paniaguados.
Las tribus les permiten colocar a miles de parientes y paniaguados como en ningún otro sistema y sin control.
La democracia en España ha devenido en una mezcla de corruptocracia a base de demagogia y de kakistocracia (el gobierno de los peores).
Un desastre total.
Como alguien comenta....no sé qué se puede hacer con este desaguisado yo tampoco.....pero ¡ellos debieran saberlo que por algo se dedican a eso! ¿no? En fin...un abrazo Jose
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con que la indefinición de su estructura ha hecho del estado central un conglomerado de gestión del malestar, mientras el poder descentralizado ha asumido el bienestar..y ha desperdiciado. Me gusta un modelo e poder descentralizado..de verdad, hasta los municipios. Pero en la simple gestión. El dinero, que se controle desde arriba.
ResponderEliminarY que haya más honradez y decencia..aunque esto no sé si será posible...
Un saludo.
Sí, en el fondo podríamos estar de acuerdo en que muchas de sus atribuciones y funciones deberían estar en el Estado. Esto, como todo, más que una cuestión afectiva es una cuestión económica. Te lo explicaré con poca poesía, la poca que tengo. Ayer mi hijo dijo que quería buscarse un piso. No tengo nada que hacer, sólo preguntarle: ¿puedes pagártelo? Pues aquí tienes tu casa y que te vaya muy bien. Claro, que el problema viene cuando se gaste la paga en viajes y no pueda pagar el piso. Pues o te adaptas con lo que tienes o vuelves a casa. Y eso nos llevaría a una discusión larga para la cual no tengo más tiempo. Nos llevaría a que Sabadell se independice de Cataluña. Así que de una vez por todas habremos de discutir qué puertas queremos poner a qué campos y al que dios se la dé,Bolinaga se la bendiga. Pero en su momento oportuno, no con traición y alevosía.
ResponderEliminarMuy bueno lo tuyo.
Autonomías... ninguna. Todas fuera que son una cueva de ladrones y aprovechados.
ResponderEliminarno deberian de existir por cierto en Bildustàn està tomando vinos un enfermo terminal y los tontos pagando impuestos y multas a la G C MENUDA naciòn tenemos gracias jose mateo
ResponderEliminarLas autonomías, en un país tan cainita cómo España es lo que una dosis de azucar intravenosa a un diabético... No aprendemos de nuestros errores, por eso la Historia de España es cíclica y siempre damos la capacidad de decisión a los más inútiles entre nosotros. Debemos ser de los que pensamos con el culo en lugar de con la cabeza... De ahí que nos salga todo hecho una mierda.
ResponderEliminarUn saludazo.
Buen post.
ResponderEliminarLa Autonomías sólo han creado parásitos y chupópteros.
Un saludo.
Extraordinario, José Antonio. La metáfora del monstruo de Frankenstein es una de las mejores que he leído para referirse al disparate autonómico.
ResponderEliminarTengo fe -cada vez más débil- en que el modelo no sea tan irreformable como usted plantea.