Peor aún que lo de Hermida y lo de Tarantino juntos se entiende la imparable Caída, talegazo tras
talegazo, de Rodrigo Rato, en cuanto
a la consideración y a la estima públicas se refiere. No se recuerda por estos pagos un caso de
la manera.
Después del consolidado respeto y la merecida alabanza general a los que
como Vicepresidente económico del gobierno español se había hecho acreedor en
la etapa del gobierno Aznar –comandando
con rectitud y acierto la economía, a la que supo embridar y espolear tras el
aciago marasmo tardofelipista-, por más que no resultara el elegido por aquel
como su sucesor, se reconocía por casi todos en Rato una extendida valoración de su mérito y la indudable seriedad
de su gestión. Alcanzó don Rodrigo ese cénit y desde ahí, como en un
vertiginoso drama cuesta abajo, lo que ha sorprendido es el insólito dilapidar
de todo ese caudal de reconocimiento.
Recogiendo las mieles de su prestigio –que era internacionalmente
valorado- fue nombrado luego director general del FMI, cargo de relevancia donde los haya. Bueno, pues hacia la mitad
de aquel mandato, y sin causa conocida, como azacaneado por un adolescente
arrebato, abandonó toda aquella responsabilidad… ¡para venirse a dirigir la Caja de Madrid! Cómo habiendo sido lo
más se avenía ahora a refregarse en semejante garigolo de barrio, averiado
encima, es misterio que jamás se entenderá, sobre todo porque Rato, como la mayoría de nuestros
prohombres públicos, no tiene por norma explicar ante la Opinión Pública –a la
que los responsables públicos en parte de deben- razón alguna de su proceder.
Deben pensar que la boba adoración es eterna en el populacho, y así, aunque les
vaya bien, de pura pena les va.
Vino luego Bankia, su milmillonario
Desastre y el cacao maravillao que todos conocemos ya, de resultas del cual la
otrora élisea figura de Rato por los
lodos de los tribunales vióse incluso ya arrastrada. Qué poco quedaba ya a esas
alturas de la antigua reputación, tan en buena lid antes ganada como en tan
mala manera luego por la borda arrojada. Empeñará al menos ahora su tiempo ante quienes
le admiraban en defender y en justificar su visión y su acción en el estrepitoso
fregao, podría pensarse.
Y en estas, sin mediar por ninguna parte explicación alguna, llega rauda
la Telefónica, el Titanic de la Casta, y por los aires de
nuevo nos lo catapulta. Y tanto catapulta al cuestionado ex-vice Todo que a la
Alta Dirección de la Compañía lo encarama, cabe suponer que a una generosa
soldada asociado. ¿Y qué quiere, señor
Rato, que a la vista de estos pícaros enjuagues se piense la gente del
común? Pues que no puede
el aprecio de su virtud, al menos entre ellos, haber caído en descrédito más
hondo. Ese verdadero capital es el que
puede usted haber perdido.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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“No soy nada, no quiero ser nada,
pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)
Conozco personalmente a este personajillo de segunda fila. Y niego la mayor en toda la milonga esa de que si el mérito, el valor, que si patatín, que si patatán... No entiendo cómo se le ha dado tanta prestancia a lo que no es más que un payaso malo.
ResponderEliminarMejor dicho; sí lo entiendo: es el principio de Peter, que nunca se creen los incautos administrados.
Saludos
Saber por que se fue del FIM, puede que sea la clave de todo lo acontecido después, yo tampoco veo que le a pasado a una persona, digna en principio de admiracion..saludos..
ResponderEliminarYo, que miro a los políticos, sus obras y pompas como se mira a la bicha que seguro antes o después te ha de morder al atravesar este oscuro y gélido bosque que es la vidad del contribuyente, me permito presumir de mirar con más objetividad la realidad política que la media de votantes y pagadores de impuestos. Entre otras cosas, nunca he votado. Y lo estoy deseando ¡ojo!. Cuando llegue la democracia seré el primero en la cola de la urna.
ResponderEliminarDe los méritos de los políticos sólo sé por lo que ellos y la prensa me cuentan ( de cuento ), al igual que de sus deméritos.
De lo que un científico y prensa especializada me digan de lo que hay y ocurre en la cara oculta de la luna, me fío más que de cualquier novedad política.
¡ ojo ! Hay un colectivo científico y su prensa especializada de la que tampoco me fío un pelo. Mucho negocio en el asunto. Hablo de lo del Cambio Clímatico. Hablo de los calentólogos todos.
Estoy más en la línea del primer comentarista. Se le ha conferido un valor por lo que ha hecho en una etapa de crecimiento (sobre todo debido a todas las burbujas, incluida la de las inacabables y ya acabadas subvenciones de la Comunidad económica) y de la venta de Telefónica. Por eso, en un tuit mío, digno de elogio y profundo mérito, he escrito; " Lo de Rato con Telefónica es una apropiación debida." Obsérvese el inteligente juego de palabras.
ResponderEliminarDe verdad no veo ningun merito en su gestion, la historia demuestra lo contrario. Llegar a director del FMI, teniendo en cuenta el historial de esta deplorable institucion, no hace mas que demostrar que desde siempre fue un lobo disfrazado.
ResponderEliminarUn placer llegar a tu blog Jose Antonio!!
Don Cesar, inteligencia y modestia en 3 ó 4 lineas. Jajajjajaja
ResponderEliminarMe encanta su post de las 17:52
Don Gilberto. Bienvenido. Pasamos lista.
A mi en un principio ya hace muchos años me gustaba. Luego se torció absolutamente y me parece increible que esté por ahí tan tranquilo Un beso
ResponderEliminarGracias, D. Napo. Amigos para siempre!
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