No serás trending topic, no estarás en boca de nadie, no hablarán de ti
en el prime time de Tele 5, no
coparás portadas, ni la letra negrita con tu nombre repicará en los artículos,
nadie por ti levantará mareas ciudadanas ni se
desplegarán manifiestos de heroicos abajofirmantes en pro de tu causa, nadie
escracheará ni un poquito en tu nombre, Miriam
Pérez Mendoza.
Es lo que tiene la hegemonía de la factoría ideológica sobre la
sociedad, el predominio de la Izquierda en la publicística sobre las
conciencias, que injusticias como la tuya transcurren invisibles e indiferentes
para tantas conciencias estremecidas que firman tan flamencas como rebeldes en
los principales periódicos del país. Mira lo que en este mísero blog se dice, Miriam, de haber trabajado tú para la Derecha española tu “tema”, tu
rostro, tu dolor, hasta en la sopa los tendríamos a diario.
Pero Miriam, trabajabas tú
para la UGT, la de la Huelga General
contra la Reforma Laboral, sí. Te despidieron los Sindicalistas mediante un ERE
que consideras “discriminatorio”. Llevas 27
días en huelga de hambre ante la sede del sindicato en demanda de diálogo.
Apenas puedes ya hablar y hubiste de ser hospitalizada el pasado miércoles,
tras un desvanecimiento. Dice tu hija que luchas así “por tu empleo y por tu dignidad”. Denuncia ella “la deshumanización y la crueldad de UGT”, reclama “que
es lo mínimo que se sienten a hablar”, en los mismos términos tan
acostumbrados a administrar en monopolio por los Sindicalistas.
Un responsable de la UGT
manifestó el 27 de marzo que la única salida es que abandones tú, Miriam, la
huelga de hambre, porque “ni va a ser
readmitida, ni va a reunirse con el Secretario General de UGT Canarias”. A
quién se le ocurre, Miriam, utilizar
contra ellos las Palabras –y su
significado- de su privadísima propiedad, su secular monopolio del dolor, de la
dignidad y de la protesta. Ese es tu pecado capital, y si por azares del
misterioso internet llegaran estas líneas a tus ojos, el anónimo bloguero, la
nada con ínfulas que yo soy, te suplica
encarecidamente que abandones esa huelga, Miriam,
pues nadie llorará por ti, me parece. Nadie llorará por todas las Miriam Pérez por más que, existir,
existan.
Ya lo dice el refranero español que una cosa es predicar y otra dar trigo y nuestras "sindicatos mayoritarios" pagados con los ERES y subvenciones que no con sus cuotas sólo protestan por la pérdida de sus privilegios; que no pierden porque cobardes como los rajoys'boys son incapaces meter mano en estos establos de Augias... claro que si ellos también están pringados pues... a ver si va a ser eso...
ResponderEliminarSalu2
¿Y que hacia esta humilde y pobre trabajadora en el sindicato vertical?, Margaret Thatcher la amiga de Pinochet implanto a los Chicago Boys en todos esos tugurios de sicarios de la patronal.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?
v=Nt44ivcC9rg
confirmado no tenemos izquierda.
Si hay una gran patraña en la Izquierda, un discurso sofístico y embustero hasta el paroxismo delirante de los neohippis y perroflautas nostálgicos de Trosky, sin duda es el de los desajustes que provoca el Capitalismo. A los progres se la refanfinfla todo lo económico, porque dan por hecho que no es problema suyo, y que estamos aquí para "vivir bien", básicamente de la renta de papá (el estado o el supuesto biológico que tengan). Si fuera verdad que se preocupan por los menesterosos, otro gallo le cantaría a las actitudes azules de endesa.
ResponderEliminarSaludos.
Ya nadie llora por nadie. Cada uno va a salvar su trasero.
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ResponderEliminarLibre mercado, libre despido, libre pensamiento, libre librea, libre cincha, libres cadenas, libre esclavitud.
Tal vez sea eso lo que queremos para el mundo.
Ocho días al año soy feliz haciendo el Camino de Santiago, el resto del tiempo voy tirando mientras preparo un ERE para una de mis trabajadoras. O ella o mis hijos. Eso sí, respetaré todas las leyes y no le sisaré ni un céntimo.
Sólo eso espero ya de cualquier empresario.
http://www.youtube.com/watch?v=p1DRN-XA7TE
ResponderEliminarMe uno a su petición.
ResponderEliminarA ver si lo tuiteo. Es gordo el asunto.
Triste y cruel realidad...
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