Todas las cartas de amor son ridículas. Pero, al fin y al cabo, sólo las
criaturas que nunca escribieron cartas de amor sí que son ridículas, que decía Pessoa. Qué decirle a una persona
enamorada, si sólo está ella atenta al violento TUM-TUM de su corazón. Recordé
esa cita el otro día, al leer en ABC la
nueva –no tan nueva como sabemos ya por muchos otros criminales- de que Carcaño, condenado por el asesinato de Marta del Castillo, recibe a diario, y en abundancia, cartas de sus admiradoras. Mucho
más que lo de la tele de plasma, la videoconsola y la piscina olímpicas de que
al parecer disfruta el prenda, le impresionó a uno conocer el detalle de las
cartas. Le escribirán a la cárcel esas chicas ahí sus –grandes o pequeñas-
cosas íntimas, lo requebrarán sin duda, le enviarán sus ánimos, sus mejores
abrazos. Puede que incluso besen esas hojas antes de enviárselas, que las
impregnen del aroma de su colonia, de su misma carne. Le envían dinero, añadía
la nota. Envidié, sólo en eso, a Carcaño,
sí. Si le diera por escribir algo, no le faltarían ni editores ni compradores.
¿Y a Bretón? ¿Le ocurrirá
otro tanto? ¿Le llegarán a él también cartas extrañas de esas? Sin gozar Bretón de la apostura a lo joven Brando de Carcaño, apuesto a que también tendrá él (descontadas las
periodistas que así emboscadas traten de sonsacarle algo) su ración de secretas
admiradoras, de temblorosas followers que le hagan llegar a prisión la viva
vela de sus más íntimos anhelos en cartas. Es el signo de los tiempos. Los media nos escupen, deteniéndolo, su
atormentado rostro a diario, tatuado con el sortilegio de un aparente enigma
terrible, y cómo evitar que entre tantas personas perdidas no haya quién sienta
que sólo a ellas entre todas las está en realidad él mirando y hablando. Como
en la oscuridad del cine, igual.
¿Enamorarse de un bruto asesino al que de nada se conoce? Qué extraño es
todo. Qué curioso cuándo ya apenas nadie escribe cartas, que esta intimísima
pulsión de cercanía y de cálido afecto sobreviva intacta y culminante en estos
márgenes terribles de la sociedad. En una carta sólo pueden hoy contarse, es
decir, confiarse, cosas muy hondas, muy verdaderas para quien pone su alma en
ellas. Qué hermético arcano también el que en plena marejada de mujeres asesinadas
a manos de hombres, se apresten a la vez otras mujeres a dejarles por escrito
lo mejor de sí, enamorándose con ellos, precisamente a machos criminales de
mujeres. ¿Ocurre algo parecido con las asesinas? ¿Reciben ellas cartas de amor
de chicos admiradores desde la sombra? ¿Es la morbosa fascinación por el Mal, tan exprimida por toda la
creación artística desde las vanguardias para acá, explicación parcial a este
sindiós?
Pessoa pensaba, creo, en
personas normales. A la vuelta de las vanguardias, de tanta banalización del
Mal, de tanta rendida admiración del Arte
y de los media por los psicópatas de turno, quién es ya el normal. Hoy, encogido
de hombros y perplejo, un punto amargo, quizás diría Pessoa que también hay estúpidas criaturas que escriben muy
estúpidas cartas de amor.
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
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España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEmpecé a leer -a vuelapluma- por el segundo párrafo. Y, como un pálpito, intuitivamente me asaltó mi pregunta pensada mágicamente: "¿cuánto te apuestas, amigo José?". Es más, estoy absolutamente convencido -en cuando acaben estos días de ajetreo me dedicaré a desbrozarlo- de que es muchísimo peor ese acercamiento al mal de muchas de ellas, por sus formas y aspiraciones, de lo que nos creemos y, sobre todo piensan aquellos comisarios políticos inefables secuestrados por el pensamiento único dentro de una botella de fanta.
ResponderEliminarEn realidad, si hay un signo de estos tiempos no es otro que el de haber desmontado esa falsa imagen católica de la Virgen bajo palio -tan cara a los comunistas: estoy de acuerdo con alguien que lo sugirió aquí hace unos días- y el "con flores a María".
Y ese terrible engaño -basado en la supuesta "debilidad" de un género sexual, que se quiere hacer el único "género" por operación maquiavélica y facciosa de varios gurús políticos de lo más abyecto, en la sombra- mantiene en vilo las expectativas mendaces de la progresía y de algún reducto fachorro, coincidente con ella y anclado aún en el alcanfor de "las señoritas, primero".
Saludos blogueros
Con permiso de don JOsé Antonio.
ResponderEliminarDon Juante,lo siento, no es mi culpa. Ya sabe...? esa estupidez sin límite teórico ni físico está convencida de que usted y yo somos el mismo.
Ya quisiera yo tener su pluma. Hay quien no sabe distinguir bien la velocidad del tocino, que dicho sea de paso, es una de las muchas diferencias entre un pogres y quien no lo es.
Los pogres y yo nos diferenciamos en muchas cosas y de todas esas diferencias estoy muuuu orgulloso. Espero que mis educadores también.
Los recovecos de la mente son incontables e incalificables. Están ahí y cada uno de ellos guarda lo suyo. Guardan desde lo mejor a lo peor.
ResponderEliminarHay personas que son adducidas por las diferencias, los extremos, lo más pecaminoso o lo más legal.
Para esas mujeres ( en este caso), un personaje que ha matado en contra de la voluntad del Creador, o que conoce al detalle lo que su admirada prensa del corazón y otras vísceras no sabe, les pone a mil el cuerpo y el alma. Y les da grandeza poder llegar por escrito a alguien que tristemente es tan famoso como despreciable.
El grado de desgenración de estas personas está en el mismo saco que el pedófilo o del que se lo hace con la cabra. Hay que protegerse de ellos, pero son sólo renglones torcidos de Dios
No se preocupe, D. Napo. No le presto la menor atención. Ahí se demuestra que la pobre progre balear es víctima de sus propios complejos y manías persecutorias.
ResponderEliminarY digo lo mismo que vd. en cuanto a la divergencia feliz con toda la recua progre. Por lo demás, mi querido amigo, sepa que un servidor admira su forma cabal y aguda de hacer comentarios, siempre edificantes y que hacen pensar.
Un saludo.
Don Juante, le agradezco el piropo. ¿Qué choto no se criaría bien mamando casi todos los días de estas dos ubres?: Don José Antonio y don Juante.
ResponderEliminarY despues de todas estas lamiendas, me falta saber si eran progres o conservadoras.
ResponderEliminarNo nos olvidemos de lo mas elemental; por donde suben los gatos suben las gatas.
Malditos gatos progres...
Atendiendo a tu escrito, que bien lo merece, hay que comentar que en todo tiempo hubo locos, en este mgnificados por todos los medios. Que la sociedad en su conjunto esta agripada es indiscutible y lo demuestra el hecho de que no nos distinguimos por ser personas sino por ser o progres o conservadores...
ResponderEliminarWhat i ԁon't understood is actually how you're now not
ResponderEliminaractually a lοt mοгe neаtly-aрpгecіateԁ
thаn yοu might be nοw. You are νery іntellіgent.
You undeгstand thus cοnsideгablу on the subϳect οf thіs matteг,
ρroduced me foг mу ρaгt consider it from numerous varied аngles.
Itѕ like women and men are not involved eхcеpt
it iѕ something to аccοmplіsh with Ladу gaga!
Yоur ρersonаl stuffs niсe.
At all timeѕ hanԁle it up!
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Bueno, señores, cada vez que asoma el hocico un perroflauta para ladrar, le dan a uno arcadas. Estos perroflautas falsamente indignados son tan autocomplacientes con su eterna obsesión por la forbidden zone, heredada de la represión franquista intrínseca a su pequeña burguesía, que confunden la velocidad de Bauman con el tocino zetapedorro que les chifla, y se extrañan de la civilización asertiva, como no podría ser de otra forma.
ResponderEliminarQuod erat demonstrandum
ResponderEliminar( Ver post Breve teorema sobre la imposibilidad del amor bajo el reinado de la mugre, 16/03/2013)
A
( Ya perdonarás que no me extienda sobre ninguna de las alimañas aludidas en este post. Es que prefiero vomitar en la más estricta intimidad)