Pese a que el escupitajo venenoso que a
todas las gafas le arrojó Alfonso Guerra
(acusándole nada menos que de pretender cobrar en “negro”) dejóle tiritando, no
ha renunciado Garzón a su afán
político. Presentó el otro día junto a Mayor
Zaragoza una plataforma cívica, un trampolín de lo que presenta todas las
trazas de ser una variopinta coalición en la órbita de la ya bastante
variopinta Izquierda Unida, que tan
felices se las promete. Aclaró, eso
sí, encajando el rejonazo de Guerra,
que personalmente no iba a en los carteles encabezar el asunto. Vamos, que
permanecería Garzón en la fila B de la vaina, que añadiría con
sarcasmo de pleonasmo el sevillano Gran Enmano.
Era curioso ya sólo el ver ambos Nombres
juntos co-liderando la Cosa, pues, conocido el reciente celo del ex–Superjuez
por la Memoria Histórica, conocido también el pasado franquista de su co-líder
en la historia, chirriaba a la recta razón de entrada todo aquello un poco.
Bueno, también apoyaban la movida garzonita con su firma Isabel Coixet, Sabina, Almudena Grandes y cía, esas bellas almas
que habrán firmado más manifiestos en su vida que billetes el gobernador del
Banco de España. Para que luego venga Milá
en el prime time berluscono a acusarte de “clasismo”,
venga hombre.
Claro, si en noviembre de 2011 Mayor Zaragoza había en público
recabado el voto para Maese Rubalcaba, bien cabe deducir que, sin explicar
nada, o muy pronto se ha desilusionado Zaragoza
del hacer del Maese, que no era figura nueva, o es que son sus fidelidades tan
pasajeras que resultan sospechosas en persona tan seria.
Aspiran Garzón, Mayor Zaragoza y
cía a de un lado “vivir en una
auténtica democracia” y de otro a “combatir la involución que va de la mano del
Partido Popular, la extrema derecha creciente y la jerarquía católica más
reaccionaria”. Es decir, los concatenados típicos tópicos del agit-prop de cada
día ni siquiera un poco removidos para buscarse ellos su hueco al sol. No se
explica bien entonces cómo pudo entonces sucederle a Garzón que su biopic (“El hombre que veía amanecer”) precisamente se
lo adjudicara a Pilar Urbano, tan
pía ella, tan en la Obra.
Ha lanzado Garzón sus mimitos a Ada
Colau, que se ve que la mujer que-sí-que-no-que-nunca-se-decide, (“Se
critican los escraches, pero ¿qué ocurre con los escraches oficiales?), a ver
si un poco esta hada se les arrima. “El
autoritarismo impuesto por una mayoría absoluta nos lleva a una situación
límite”, nada menos terminó por sentenciar,
como si del más fiero antisistema presto a pasarse a la guerrilla se tratase.
La plataforma, en este extremista sentido,
aboga incluso por “cuestionarse los términos de la pertenencia al euro y a las
instituciones europeas”. “Debemos acabar con los privilegios de los banqueros”,
aseguran, aunque no aclaran si en el lote se incluye al “querido Emilio” Botín,
fenicio supporter de las andanzas garzonitas allá en el rancho Grande, que es
que lo de Garzón es too much, oyes.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
¡Vaya par de vividores! la verdad es que los admiro. No les llego ni al borde de sus talones,de zapatos, claro. De los otros están bien surtidos. Gracias por tus valiosos comentarios.
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