Pisoteemos
un poco más estas bárcenas flores del mal, a las que Rajoy en mala hora arrimara la nariz de unos sms inconcebibles, a ver qué amargo licor podemos tú y yo
de las mismas extraer. Piensa conmigo, lector, házme tú ese favor. Está primero la forma, su rostro, el Destino
inscrito en su fisonomía: esa notable efigie como de potentado patricio al que
la nobleza aún no alcanzara a serenarle las facciones, como si la
tensa escuadra mandibular y los ojos acechantes delataran la íntima tensión de
un parvenu
que no acabara de tenerlas consigo todas. Es decir que, hallándose el galán en
posesión de una distinguida testa, de esas destinadas casi por su grandeza a
acuñarse en el anverso de las monedas, un prurito interno le comunicara a esa
imagen una baja desazón latente que así se lo impidiera. De ahí el estallido de
la célebre peineta, como una en apariencia delicada flor súbitamente enhiesta.
Viene luego lo mollar, el sumo zumo de
las flores bárcenas. Dime, lector, si has leído en algún articulista de la nomenklatura
la siguiente reflexión, que el muá desde luego no (Ah, las ínfulas, las
ínfulas). Veamos: en el principio del enigma estaría, creo, el averiguar por
qué ALGUIEN (en las bambalinas de España o del poder transnacional) decidiera descorrer precisamente el secreto de la suculenta cuenta
suiza a nombre de Bárcenas. Como el
mismo acusado ante el juez Ruz se
dolió, y como por otra parte es bien sabido, “muchos otros españoles, incursos
en actividades sospechosas, poseen cuentas millonarias en Suiza”. Por qué él,
cuando ahora mismo tantas comisiones rogatorias se estrellan contra el muro del
silencio bancario suizo.
Y después: si ha cambiado Bárcenas su declaración judicial,
presto ahora a destapar una fétida manta que a casi todos los Jefes por tierra tire, esto
es, a denunciar la financiación ilegal del partido y el cobro de onerosos
sobresueldos entre la cúpula popular, ¿no hubiera sido coherente con el ánimo
de hacer daño, vistos además los negros presagios que sobre sus dineros pesan, el
afirmar que la famosa cuenta de 48
millones de euros en realidad no era suya sino del partido, resultado de
esto, de aquello y de lo otro? ¿O el afirmar que esos mercachifles de la cúpula
popular poseen, igualito que él, similares cuentas suizas de muy parecidas
cifras, como podría también en esa lógica floral resultar plausible?
El que ni lo uno ni lo otro Bárcenas haya sostenido, como
aferrándose a una remota posibilidad de conservar entero su Pastizal, vale
decir, la podredumbre de ese enigmático aroma que en el límite destilan las
bárcenas flores del mal, no acabo yo de digerirlo, lector. ¿Y tú?
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Bueno, a Suiza se le está acabando el chollo de los secretos bancarios. América y otros paises con poder le han y le están apretando las clavijas. Además, Suiza, país golfo y con buena prensa donde los haya, hace toda su política internacional a cambio de dinero. Han contado lo de Barcenas a cambio de alguna otra cosa que seguro que es tan inconfesable para los suizos como para el gobierno español.
ResponderEliminarEstoy convencido que la liebre la ha levantado el mismo PP, bien como institución, o algunos elementos ( sí, elementos en el sentido más peryorativo ). Siempre que hay alguien cerca, dentro o con ganar de entrar en política y con mucho dinero el SISTEMA va a por el. Tenemos ejemplos: Conde, Gil y otros.
Yo lo veo mucho más complicado. Es un problema de amenaza a la Famiglia política.
Es imposible que una persona física que está tan cerca del poder de un país ( también fué senador) y que tiene tanta pasta a su nombre no sea delatada por los banqueros suizos. Ellos, los banqueros, están siempre con quien mandan.
La montaña parió un ratón. La supuesta contabilidad B del PP es de 8.3 millones de euros EN 20 AÑOS.
ResponderEliminarDado el nivel de corrupción política en España eso del PP ni entra en la categoría de sisas.
Eso se lo llevaba cualquier pelandusco de tercera fila política en cualquier Caja de Ahorros sin despeinarse.
Menudo follón ha montado PJ Ramírez para una cagarruta.
Estoy con Bucan, y añado que poner en jaque la estabilidad y la recuperación de España por odios personales me parece algo gravísimo
ResponderEliminarCurioso pensamiento el tuyo, con el que coincido,que no tienta a Bárcenas: Confesar que el pastizal no es propio, que tan sólo es un pobre albacea. Posiblemente tentado por la ambición de conservarlo, le pasa como al mono al que le ponen un saco con arroz, e introduce su mano desnuda para alcanzarlo y al retirarla llena, por no abandonar el botín es pillado fácilmente.
ResponderEliminarEs curioso también cómo no me irrita tanto la financiación ilegal (presuntamente) como los antiguos lloros de que están en política para servir, perdiendo dinero.
Un jefe que tuve me enseñó que todos tenemos un precio (progres y liberales) y desde entonces asumo aquello del romano "recuerda que eres hombre".
Y como hombres que son los políticos, y no los mejores, les aplico la ley de vigilarlos muy de cerca cortándoles el paso con leyes que impidan a los partidos políticos gastar más de lo que ingresan por las cuotas de afiliados y/o donaciones del propio estado. Jamás de particulares que puedan ser favorecidos. Ya sé que en USA se utiliza, pero no somos USA.
Y mientras tanto decir que Rajoy es un memo, flirteando con la vecina del 5º teniendo una mujer fetén.
Y no tengo nada más que decir sobre el asunto, que ya me he alargado.
Bueno, sí, decir por último que tenemos mucha culpa de esto los ciudadanos, cuando estimamos normal que un político tenga que llevar comisión por hacer algo para lo que le pagan. Y es grave, porque no podemos fiarnos del conductor. Y hay que hacer la prueba de alcoholemia cada vez. A mi no me parece ninguna cagarruta. Y he llamado al orden severamente a un a migo que no me rindió cuentas después de unas vacaciones en que fuimos a escote. A mayor amistad, mayor claridad. A mayor responsabilidad, idem.
Bueno, vale ya.