viernes, 6 de diciembre de 2013

Y luego dicen que nada nuevo bajo el Sol


   Sí, sí, indudablemente el Papa Francisco dosificándonos él mismo, al gusto de la seriada dinámica de los media más postmodernos, los pasmos, lleva camino de desmentir al mismo Eclesiastés. Bueno, y a Nostradamus, y a San Malaquías y a San Carlos Marx ya de paso, y a todos cuantos pretendieron alguna vez cerrar en teorías acabadas el paso a lo imprevisto en la Historia, pues no creo yo que la fenomenal revelación motu proprio de que en sus años mozos fue él nada menos que portero de discoteca –para los amigos de este blog, portero de Antro- en algún lado pudiera estar ya escrita. Caso así lo pone el más osado de los escritores latinochés del boom del realismo mágico y ni patrás en las editoriales cuela.
    
   Que no fuera el Papa nunca de “derechas”, esa cruda expresión papal, ya un poco a los facciosos nos sobresaltó, que dijera que la globalización capitalista… ¡MA-TA! (cuando la UGT encarga 700 maletines falsos a los chinos; el mundo se acaba, desde luego) es ya contagio, robo y plagio del lenguaje agitador de los cantautores izquierdistas que ya le habíamos anotado, pero que Él mismo suelte que una vez gorila de un antro fue, y que si  allí se liaba parda, a él lo llamaban para repartir yoyas, es ya too much. ¿Es o no la vida maravillosa? Se ve que no ponía entonces su Santidad la otra mejilla. Menudo trabajito, menuda banda de jefecitos, y qué elegidas misiones tendría Bergoglio, el portero de aquel infierno.
   
   Ha señalado precisamente el Papa que la experiencia de “echar” a quienes importunaban en el garito le valió para descubrir el secreto de reconducir al redil a aquellas ovejas (y a alguna cabra, digo yo) descarriadas. Entonces, don Carlos Marx, oiga usted, no es ya que sea la religión el opio del pueblo, para nada eso, es que entre los estragos del opio brotaba la luz de la religión y de la verdadera comunión, que me parece que cosa así no fue capaz de preverla su inflexible determinismo histórico.

     
   Me condenaré, me abandonarán horrorizados los poquísimos fieles que uno  cuenta, pero… qué morrocotuda sorpresa el descubrir que… el Portero de noche en realidad era Él. Cosas novas veredes sub solem, ya te digo. 



LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

6 comentarios:

  1. Jajajjaja

    Nunca hubo tanto “marquetín” en los aledaños de la Plaza de San Pedro. El Obama del Vaticano, creo, pasará a la Historia chica de la Iglesia y el mundo por lo mismo que el Fran morenito de la Casa Blanca: Bla., Bla, Bla, NA.

    A la progresía la tiene encantada. ¡ Un Papa contra la Iglesia! ¡MOLA !

    Me parece que confunde el amor al prójimo* con el amor a mís próximos.

    Creo que este Papa, como megaprogre que es, hace lo propio de su condición ( de progre antes que de heredero de la Cátedra de San Pedro) y eso es menospreciar lo bueno anterior por su incapacidad para superarlo.

    Dejará de decir caridad y empezará a decir SOLIDARIDAD. El tiempo don José Antonio.


    * http://es.wikipedia.org/wiki/Pr%c3%b3jimo
    Prójimo es un concepto, etimológicamente cognado con próximo, que puede utilizarse como sinónimo de semejante, cercano o vecino; pero que la mayor parte de las veces se usa en contextos religiosos o morales.
    El de amor al prójimo es un concepto judeocristiano de origen bíblico.[1]

    ResponderEliminar
  2. El catolicismo es una ideología colectivizadora (el rebaño dirigido por el pastor y todo eso), al estilo del socialismo, el comunismo o el nacionalismo. Por eso esas ideologías tienen tan fácil penetración en países de base católica (España, Portugal, Italia, países sudamericanos, etc, con una amplia base izquierdosa demagoga).

    Y el Papa actual es un claro exponente de todo eso. Aparte de que en concreto parece un bocazas a lo peronista descamisado.

    ResponderEliminar
  3. Desde que llegó eligiendo un nombre "que no juega" con lo que se esperaba, ya vimos que se comenzaba cierta transformación en la Iglesia.
    Al menos los primeros pasos "abriendo camino".
    Y el nombre correcto de cualquier transformación social es.... REVOLUCION.
    Luego el "papa pancho" debe ser un revolucionario. Y con esos antecedentes.....
    Me hace recordar que Castro en su juventud fue pandillero y revolucionario vinculando ambos "oficios" en interés propio.
    Por supuesto que no voy a comparar a Pancho con Castro.
    Esperemos que "el papa pancho" no comience a ponerle nombres a los años igual que hizo Castro en Cuba para marcar "el nacimiento de una nueva era para la humanidad".
    (La era de la miseria)

    Un saludo cubanísimo,
    Simón José.

    ResponderEliminar
  4. Pues, a mí me gusta mucho el nuevo Papa.

    Para ser de lo más conservador de la Iglesia, puede que me haya equivocado.

    ResponderEliminar
  5. Pues, a mí me gusta mucho el nuevo Papa.

    Para ser de lo más conservador de la Iglesia, puede que me haya equivocado.

    ResponderEliminar
  6. Qué alegría leerles, gracias por sus colaboraciones, amigos. Un abrazo

    ResponderEliminar