Como en el plan de un comic malo, mientras Monedero comíale el Roscón a la Lomana, Iglesias y Errejón cenoteaban con Bono y Zetapé, hay que ver. Lomana,
visto está, salió de Monedero prendada,
que no veas tú cómo y cuánto lo elogiaba. Y tras la cena que recrea y enamora
también quedó Zetapé de los podemitas enganchado, mire usté, que así ha vuelto a recaer él en
nuevas Gansadas Cósmicas, de aquellas
que tanto timbre mundano en todo el orbe le dieron. Díganme si no.
Corrió Zetapé a La Stampa a hacer de los Podemos la
alabanza, menuda entonces su estampa. Dijo -¿es o no eso amor?- que no son los
podemitas populistas, qué va, que son “más
bien socialdemócratas”, justo cuando acababan ellos en el Parlamento
Europeo de negarse a condenar el chavismo opresor, junto a comunistas y
batasunos.
Amor paternal parece, como si más que de los Monederos fieros de las dulces
góticas hablara, con ese nauseabundo tonillo de superioridad que suele el bobo
paternalismo endosar a lo que toca: “la democracia
les hará cambiar… son jóvenes, viven en el cielo, sin techo ni suelo…
descubrirán que las alternativas al sistema son parciales y cambiarán”.
Pero, so mentecato, dan ganas de decirle, si Iglesias tiene 36 tacos, si Monedero
tiene 52 tacos, so pánfilo, si Iglesias
se apalancó más de 70.000 euracos en el 13, si Monedero cobra informes a los pobres venezolanos a 425.000 dólares
el ala, so bodoque, si se pegaron la vida padre en Venezuela mientras
asesoraban la cruel represión contra los opositores allí, de qué cielos hablas,
si ellos mismos gritan que quieren asaltar el cielo del Poder como sea, si el
que de lujo vive en las nubes, penoso cuentanubes, eres tú, interesado
cantamañanas.
Dice además de Iglesias,
acaso hipnóticamente encelado con su coleta, como James Stewart del moño de Kim
Novak en Vértigo, que “es una persona educada y culta, que ha
militado siempre en la izquierda más utópica”, sin duda enajenado, pues
olvida las reiteradas incitaciones a la violencia y la nítida militancia ultracomunista
del amigo, deliberada y confesamente
supeditada siempre en sus fines al fin central de la consecución del Poder. ¿Qué
estultas moñas nos está contando Zetapé?
Esos mimitos mentecatos en
realidad lo que traslucen de propia voz es la relación simbiótica ya señalada
aquí entre ambos fenómenos: el podemismo es hijo de la crisis económica
y del humus radicaloide happy flower que
el zetapeísmo desde el Poder abonó.
El podemismo es la fase superior del zetapeísmo. Menuda Stampa de Zapatero, padrino de los monederos, qué calamidad este hombre es.
Porque a mi
parecer un libro íntimo, no tanto porque nos revele interioridades escabrosas,
sino porque sobre todo consiga con desnudez hablarnos como al oído de los
paisajes esenciales del alma de quien lo escribió, es también uno de los más
acabados símbolos por los que alguien ofrece al Otro –a quien físicamente no
tiene delante, al que de otra forma difícilmente podría hacerlo- la propia
mano. Esto soy. En estas historias –no en forma de un discurso,
sino con destreza encarnadas en personajes vivos a los que les ocurren cosas, a
quienes sorprenden los avatares amargos o alegres de la vida- late la urdimbre
sentimental que hasta aquí me trajo. Quiero ponerlas en común contigo.
Quiero revivirlas a tu lado. Puede que te reconozcas también en ellas. Aquí
tienes mi mano, tómala. Estréchala.
Por correo ordinario, 10 Euros; Certificado 15 Euros.
Pídemelas, va. Me encantaría dedicártelas personalmente.