Siempre siempre ocurre lo mismo, obsérvalo. Sobreviene una Catástrofe:
aérea, ferroviaria, agropecuaria, tanto da. Olfatean emocionados la ocasión, ideal de la muerte, nunca mejor dicho,
para arrimar el entierro de las desgraciadas sardinitas a su hipócrita ascua. Vamos allá, parecen decirse, extendiendo
las alas. En círculos concéntricos sobrevuelo y picotazo, sobrevuelo y
picotazo, ahí esa carroña, va: claro es
que la lógica comercial, es que la rentabilidad, es que los recortes en
seguridad, es que, claro, ya se sabe, el Capitalismo criminal y tal y tal. El
chau chau habitual.
No creas que los Jefazos del
Mester de Progresía se cortan lo más mínimo, por más que ellos mismos,
opíparamente pagados por el Criminal
Sistema, publiciten cuando les cuadre incluso ¡bancos!, entre decenas de
dudosas mercaderías. Ni un pelo. Ellos, nada, al sobrevuelo y a los picotazos
de su chau chau crónico y clónico, el
que les asegura la clientela y el alto status,
el que enseña a pensar al Pueblo.
Salen luego los datos inapelables, como ahora los que apuntan al piloto.
¿Eh? Silencio, silencio y silbar, la Progresía mira para otra parte, silencio.
Algunos retrucan luego con el argumento criminalizador: claro, la Derechona siempre culpa al trabajador individual, el
maquinista de Renfe, el conductor del metro de Valencia, etc. Claro, que es el que caso este del
piloto alemán es incontestable. Huuuumm… Ya está: claro, es que las condiciones laborales, es que la competitividad, la
presión infernal sobre los trabajadores… es que es el Capitalismo criminal. Es
decir, vuelta siempre la paja al burro. ¡Es el Capitalismo, el desarrollo de
sus potencialidades, el que ha permitido viajar y ensanchar las oportunidades
vitales a más personas que nunca en la Historia, listillos!
Queda con las Catástrofes pero que muy claro: la Progresía es sobre todo
una factoría incansable de señalar el Mal
(Capitalista, of course) y una expendeduría inagotable de óptima autoconciencia (nosotros, los
críticos con el Sistema, somos la sal de la tierra, los más humanos y guays del
paraguay).
Y ya con ganas de hacer méritos en la Orden, capítulo aparte, con algo
de muñecotes de feria a la altura de su peor caricatura, Sor Lucía Caram (“Todo mi
apoyo a las víctimas de la tragedia aéreas. Deseo se monte también un Gabinete
de Crisis para asistir a las víctimas de la crisis”) y Máximo Pradera (“Políticos
que estrellan países enteros contra la Montaña de la Austeridad, con decenas de
miles de víctimas”), sus mugrientos tuits de frikones cristalizaciones
de la Izquierda Ultra, eso.
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Jamás ha habido una desgracia en una empresa pública; y menos aún en países donde, por definición, todo son empresas públicas. Que se lo pregunten a los habitantes de ese pueblo próximo a la central nuclear, donde el profesor Bacterio andaba haciendo experimentos de física teórica por orden del PCUS. ¿Cómo se llamaba? Ah, sí, CHERNOBIL.
ResponderEliminarJamás ha habido una desgracia en una empresa pública; y menos aún en países donde, por definición, todo son empresas públicas. Que se lo pregunten a los habitantes de ese pueblo próximo a la central nuclear, donde el profesor Bacterio andaba haciendo experimentos de física teórica por orden del PCUS. ¿Cómo se llamaba? Ah, sí, CHERNOBIL
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