lunes, 30 de marzo de 2015

La Progresía se relame ante las Catástrofes

    


   Siempre siempre ocurre lo mismo, obsérvalo. Sobreviene una Catástrofe: aérea, ferroviaria, agropecuaria, tanto da. Olfatean emocionados la ocasión, ideal de la muerte, nunca mejor dicho, para arrimar el entierro de las desgraciadas sardinitas a su hipócrita ascua. Vamos allá, parecen decirse, extendiendo las alas. En círculos concéntricos sobrevuelo y picotazo, sobrevuelo y picotazo, ahí esa carroña, va: claro es que la lógica comercial, es que la rentabilidad, es que los recortes en seguridad, es que, claro, ya se sabe, el Capitalismo criminal y tal y tal. El chau chau habitual.
    
   No creas que los Jefazos del Mester de Progresía se cortan lo más mínimo, por más que ellos mismos, opíparamente pagados por el Criminal Sistema, publiciten cuando les cuadre incluso ¡bancos!, entre decenas de dudosas mercaderías. Ni un pelo. Ellos, nada, al sobrevuelo y a los picotazos de su chau chau crónico y clónico, el que les asegura la clientela y el alto status, el que enseña a pensar al Pueblo.
     
   Salen luego los datos inapelables, como ahora los que apuntan al piloto. ¿Eh? Silencio, silencio y silbar, la Progresía mira para otra parte, silencio. Algunos retrucan luego con el argumento criminalizador: claro, la Derechona siempre culpa al trabajador individual, el maquinista de Renfe, el conductor del metro de Valencia, etc. Claro, que es el que caso este del piloto alemán es incontestable. Huuuumm… Ya está: claro, es que las condiciones laborales, es que la competitividad, la presión infernal sobre los trabajadores… es que es el Capitalismo criminal. Es decir, vuelta siempre la paja al burro. ¡Es el Capitalismo, el desarrollo de sus potencialidades, el que ha permitido viajar y ensanchar las oportunidades vitales a más personas que nunca en la Historia, listillos!
   
   Queda con las Catástrofes pero que muy claro: la Progresía es sobre todo una factoría incansable de señalar el Mal (Capitalista, of course) y una expendeduría inagotable de óptima autoconciencia (nosotros, los críticos con el Sistema, somos la sal de la tierra, los más humanos y guays del paraguay).
     
   Y ya con ganas de hacer méritos en la Orden, capítulo aparte, con algo de muñecotes de feria a la altura de su peor caricatura, Sor Lucía Caram (“Todo mi apoyo a las víctimas de la tragedia aéreas. Deseo se monte también un Gabinete de Crisis para asistir a las víctimas de la crisis”) y Máximo Pradera (“Políticos que estrellan países enteros contra la Montaña de la Austeridad, con decenas de miles de víctimas”), sus mugrientos tuits de frikones cristalizaciones de la Izquierda Ultra, eso.
      
  

  
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2 comentarios:

  1. Jamás ha habido una desgracia en una empresa pública; y menos aún en países donde, por definición, todo son empresas públicas. Que se lo pregunten a los habitantes de ese pueblo próximo a la central nuclear, donde el profesor Bacterio andaba haciendo experimentos de física teórica por orden del PCUS. ¿Cómo se llamaba? Ah, sí, CHERNOBIL.

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  2. Jamás ha habido una desgracia en una empresa pública; y menos aún en países donde, por definición, todo son empresas públicas. Que se lo pregunten a los habitantes de ese pueblo próximo a la central nuclear, donde el profesor Bacterio andaba haciendo experimentos de física teórica por orden del PCUS. ¿Cómo se llamaba? Ah, sí, CHERNOBIL

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