domingo, 19 de abril de 2015

Por el humor hacia el amor en los Puentes


 
   (Quedan 4 días para el Día del Libro. El mío es LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS. Puede ser el tuyo también)
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Mi voz, en COPE, entrevistado por Cristina López Schlichting, sobre el porqué y el para qué de mi libro, cinco minutos

   Me resulta fascinante también una escena del primer tercio de la peli, cuando están curioseando, curioseándose ellos también, alrededor del primer puente. El paisaje es luminoso y campestre en toda su plenitud. Él está para acá y para allá emplazando la cámara, probando las tomas. Ella está sobre el puente, bajo el techado aquel de madera rojiza. Está intrigada por él, la vemos, por su cuerpo tan apuesto. Está deseosa por observarle, él aparece y desaparece de su vista entre el puente, y cómo a hurtadillas lo mira ella, qué bien expresa Streep su incipiente quemazón interna. Está además la escena soberbiamente contada, pues, en efecto, vemos la inquietud de ella buscando la figura de él, que, probando, probando, aparece y desaparece por un lado y por otro. Hay un momento en que parece él haberse evaporado, fisgotea ella por todas partes y nada… cuando de golpe aparece a un lado él con un ramillete de flores azules que acaba de aunar allí como regalo para ella… y ella, socarrona, ah, muy bonito, si no fuera porque... son venenosas… entonces Eastwood, a la vez desolado y muy cómico, deja caer a los propios pies el ramo, como si él mismo se desmayara, como si con todo el equipo se cayera…  y Streep rompe en carcajadas, era una broma, entre risas le dice, pero es que se troncha, se parte, se dobla la cintura, ríe con todo el cuerpo jubilosa, nos contagia su risa –habría que mencionar a la actriz española que la dobla, pues lo hace aquí de forma portentosa-, le contagia a Eastwood, se miran y ríen juntos… Hum, de la mano del humor, el vínculo del amor va abriéndose paso entre ellos.



LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS  
   A Armando, un cuarentón de clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de salida de casa. Ella ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir al mundo; a un mundo, que por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su desconcierto, cómo sobrellevar esa zozobra, cómo suturar la herida… Cómo aprender a re-armarse. En las asombrosas peripecias humorísticas, librescas y sentimentales que le suceden, en ese cúmulo de emocionantes encuentros y desencuentros… ¿hallará siquiera a medias Armando su lugar al sol?


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