Willy Toledo, uno de los más
eximios representantes de la Izquierda Ultra por aquí, bienafincado en la Cuba
Procastrona, alabador de grandes etarras y más grandes aún Tiranos de la
Comunistidad, escupedisidentes asesinados por los Castrones, ha pillado ahora plaza de lujo como
habitual comentarista en el prime time de la Tele berluscona. ¿Méritos? Todos
los ya conocidos que en él se acumulan sin cesar sobre su cráneo privilegiado,
rayo esperanzado él de la Humanidad doliente y de la nomenklatura castrona trinkante. Una vez más, bien claro se
ve: nada como ser notable ser de la
Izquierda Ultra para ganar y sentar Plaza de Lujo entre las Teles de la Casta Chupasangres y
Ultracapitalista. Es incluso cómico que esos medios de comunicación privados sobre los que el señorito tanto se cisca, precisamente a él entre todos distingan y favorezcan. Ahora… Willy Tó en T5. Show must go
on. Enhorabuena, tronko.
Permítanme que inicie este artículo diciendo
que en literatura ya casi no me sorprende
nada. Y no es porque considere que está todo escrito o
inventado, sino porque casi todo lo que cae en mis manos de lector voraz y
apasionado, aún estando bien o muy bien en muchos casos, me resulta redundante
y poco ”novedoso”.
Pero de cuando en vez,
como regalo del cielo creador, encuentro al azar alguno de esos libros
redondos; maestros, sin mácula, geniales. La penúltima vez que me ocurrió eso
fue con La Habitación Enorme, de E. E. Cummings,
aunque esta obra sublime data del año 1922, ergo la considero ya un clásico
inigualable del genio de Cambridge.
La última fue hace pocas
fechas, por casualidad, vía internet y sus musas. Les presento, señores y
señoras, a un genio español contemporáneo y a su Historias de un Bobo
con Ínfulas, de José Antonio Del Pozo.
Podría dejar la reseña
así, tal cual, tan convencido estoy queme
encuentro ante un escritor en mayúsculas y un libro de diez,
que a veces pienso que todo el mundo lo ha leído ya, de forma ineludible. Pero
por desgracia no es así. El ”ingeniero” D. José no es un escritor de masas, ni
acaudala elogios encendidos de parte de esa ”crítica especializada” que no lee
más allá de sus sueldos de editorial a conveniencia de quienes lo pagan. No, D.
José es un genio de la literatura que vive en el lado oculto de la prensa y el
Establishment literario, no sea que rompa moldes y algunos queden en ridículo.
Segoviano de nacimiento,
genio literario, ”cabroncete” e incisivo, domador de letras y humilde amigo de
sus amigos, Del Pozo ha osado con éxito materializar en este su primer libro un
conjunto de historias en torno a un personaje que bien podría ser real y el
nuevo Lázaro de Tormes del siglo XXI. Recrea el escritor las aventuras y andanzas de Armando, que yo definiría como un hombre a su
pesar, o a sus circunstancias pegado.
De lectura amena,
tronchante y delirante a partes iguales, producto patrocinado por alguna
empresa de clinex por las lágrimas de la risa que provoca, esperpéntico hasta
cierto punto, del mismo Quevedo envidia, tierno y espejo de muchos, así es este
libro que la literatura española necesitaba. Y no porque D. José nos regale un
invento nuevo, sino porque de manera audaz y un profundo respeto hacia el
oficio de escritor, el autor conjuga narrativa, imaginación, dominio de las
letras y, lo más importante: talento a raudales.
No soy amigo de
anticipar argumentos ni de elogiar sin fundamento. Es por eso que, simplemente,
les digo a todos ustedes que si están interesados en leer uno de esos libros
que se convierten de cabecera, busquen al autor y compren el libro. Pero les
advierto; no respondo de posibles adicciones ni que se queden con ganas de más,
que son los efectos secundarios de quienes hemos leído Las
Historias de un Bobo con Ínfulas y
estamos que trinamos porque se nos hace larga la espera de una segunda entrega,
y una tercera, cuarta, quinta…
Pues, sr Gallego Rey,
toda mi gratitud de escritor hacia, por y para usted, maestro.
Pídemelas en josemp1961@yahoo.es 10 euros por correo ordinario. Personalmente dedicadas mis historias. Gracias
Decía Marguerite Yourcenar que " exageráis la hipocresía de los hombres, la mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble."
ResponderEliminarY me parece que este es el caso.
-Alejandro: jejejé, estupenda aportación. Muchas gracias, un abrazo, gracias por pedirme mi libro, y por tu correo tan bonito
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