Es toda una joven estrella del periodismo patrio. Jorge Bustos es columnista de El Mundo, está con Ana Rosa en
Telecinco, con Herrera en la COPE, con la Crítica Literaria y con el Real
Madrid, según reza en el frontispicio de su TW. El no va más, vamos que nos
vamos. El caso es que me llegó salpicado por el río Twitter un decir suyo:
-Nadie nunca la cagó tan rápido y tan fuerte como el pobre Corbyn.
Claro, el fracasati resentido
que con una va, vio que ni pintada la ocasión para afearle la conducta. A él
que me fui:
-No utilice lenguaje tan tosco y primario, please, que es Ud tertuliano
de referencia.
Enseguida Bustos, aun enrocándose,
todo un detalle, me replicó:
-ni referencia, ni tosquedad,
Pozo, que cagar es término canonizado por Quevedo y solo denostado por pacatos.
Anótese el tonete despectivo con el que Bustos me arroja circuncidado mi apellido, más el óbolo final del
“pacatos”. Más raudo aún yo entonces le retruqué:
-la excusa Quevedo, ya, Bustos,
pero lo que se canoniza más bien es la coprofilia y la ordinariez propias de la
vasta Telebasura.
Leches, es verdad, siempre utilizan los chuscos a Quevedo como infalible Papa que consagre sus chusquerías, como si
eso a ellos fuera a convertirles ya en mismos Quevedos. Y qué además, si
Quevedo en ocasiones se produjo vulgarote -a veces con gracia, a veces sin
ella-, ¿quedan por ello santificadas como alarde de ingenio las más facilongas
deposiciones? ¿Qué modelo de lector, es decir, de ciudadano, propone tan básico
lenguaje, tan a la moda por lo demás hoy?
Está luego el asunto, más que estudiado, que acaso a Bustos debiera preocupar, de cómo esas
apelaciones directas, viscerales, bajunas y escatológicas, ese lenguaje
tabernario, conforman el abono ideal para la consolidación de los totalitarismos en las sociedades,
inseparables de cierto odio a todo lo estilizado y de la glorificación de lo
vulgar. En fin, aquel estentóreo “los cursis dicen hacer el amor, nosotros
preferimos follar”, de P Ig en La
Tuerka.
Todo esto con Bustos quería debatir el
muá… sólo que Bustos, como
corresponde a toda una joven estrella del periodismo patrio, a buen seguro
ocupadísimo por tanto en otras tareas, no tuvo a bien contestarme ya más… Y en
mi pozo me quedé, mirusté.
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La ordinariez tiene mil excusas para exhibirse a sus anchas. Que si Quevedo dijo, que si hay que ser más enrollado, etc...
ResponderEliminarEn general, de la gente, hay que quedarse con lo que gusta. Por ejemplo de Herrera sólo me quedo con su opinión política. No me gustan ni sus fosforos, ni sus contertulios, ni... me quedo con que es de los pocos periodistas que dicen las cosas como son... más allá del pensamiento político único que todo lo pervierte, sin rendir pleitesía a la kultur o a la banda psoe.
No sabía quien en Bustos. Parece joven. A los jóvenes les aguanto menos las salidas pata-banco de ordinariez que a los más talluditos. Es una licencia que sólo soporto en quien es menos esperada.
misael