Por eso mismo, no casualmente, al Tío
de la Volkswagen, pillado en la
tremenda estafa colectiva de los Diésel, lo que se le ocurre, seguramente muy
asesorado por cerebritos de la
retórica, es producirse exactamente así, a lo Bustos, a la moda hoy imperante: “La hemos cagado por completo”.
Por eso también, con entusiasta fascinación, ad náuseam la deposición teutona en su literalidad la recogieron todos los media del mundo.
Ni la más mínima espontaneidad en la chusquería. Defeca así el Tío de la Volkswagen porque calcula
–él y sus asesores en la Grandísima Corporación- que con esa aparente llaneza y frescura obtendrá mejor la comprensión de las masas, que ese
lenguaje tosco es hoy el mejor viático para obtener la indulgencia y hasta la
simpatía generales.
Lo tengo (además de en el artículo de ayer) muy teorizado en este blog
que a casi nadie importa: la regresión cultural que vivimos, su homo
gañanis prototípico, se cifra en esa fenomenal inversión simbólica por
la que las élites hablan como habitantes de un gigantesco burdel, siendo mil
veces peor personas que los reales habitantes de cualquier prostíbulo. Se
oropugna así un infantilismo frikie
entre las masas, mucho más manipulables. Es, ya digo, cuando las Élites
apestan a coprolalia.
A Armando, un cuarentón de
clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de salida de casa. Ella
ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a
quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía
emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir y abrirse al
mundo. A un mundo que, por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su
desconcierto, cómo sobrellevar esa zozobra, cómo suturar la herida… Cómo
aprender a re-armarse como persona. En las asombrosas peripecias humorísticas,
librescas y sentimentales que le suceden, en ese cúmulo de emocionantes
encuentros y desencuentros… ¿hallará siquiera a medias Armando su lugar al sol?
D. José,
ResponderEliminarNo se si conoce la ¿ anécdota ? Una reportera de la secxta entrevista al jefe del estado, y lo tutea. Las redes ardieron pro y con.
¿ Pero si es que él, en cada discurso siempre se ha dirigido al público tuteandolo ?
Así pues ha recibido de su misma medicina. Es verdad que no es lo mismo.
Y ahora empalmo con el jefe de volkswagen: las élites tienen que dosificar sus salidas pata-banco de campechanía, porque están demasiado alto en el escalafón social. Si no lo hacen, por mimetismo, una gigantesca ola de ¿coprolalia dijo ? invadirá todo.
Saludos. misael