A Artur Mas no le quieren sus mujeres

     

   El espectáculo que en vivo y en directo está dando la grey separatista roza por momentos los obscuros contornos sado-masokas del porno-show del Paralelo. Qué subterráneos furores y trajines los de ese pútrido Oasis, hay que olerlos para creerlos. Resulta que Artur Mas, el aseado mayordomo que los Pujol pusieron y que hasta allí –Moisés con andorranas- a todos llevó, por más que penosamente se arrastra ante las matronas reinantes, no obtiene ni su fervor ni su favor. Que le sobra un hervor corruto, dicen las donas.

   La Forcadell, la Colau y la Chica del peinado a hachas, que son quienes allá parten el tinglao, prefieren a Mr Romeva. Les va, les va, les va el Varoufucker del Oasis, ex -militante de Izquierda Unida allí, tócate los anguitas, que ya él mismo aventó que trataba el Oasis sobre todo de hacer el amor con quien quieran y cuando quieran. Le ven más tierno y maleable, quizás. Las otras mujeres que allí si quieren a Mas, la Rahola y sor Lucía Caram es que no pueden, no pueden imponerlo, y es que viven sin vivir en ellas las pobres.

     Y  el resto del elenco masculino, ya te digo, simples comparsas en el camarote de Mas: Baños de las Cup, con lejanas trazas a lo Groucho, diletante complacido a las órdenes de la del hacha maoísta, Junqueras, con algo de Quasimodo en el ademán que a ellas no les va, no les va, y Lluis Rabel, esa especie de Paco Rabal que puso P Ig (el Ausente del Oasis, se nota que allí no manda él lo que se dice nada), que con resistir las maniobras soterradas de Colau en su grupo parlamentario bastante tiene. Pues nada, lo que las donas manden… mientras el cuerpo aguante.  

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