Eso cantaba Sabina visionario en su legendario tema de 1984, no sé si alarmado
porque los alemanes democráticos
empezaban a echar abajo, después de décadas de ser asesinados delante de él, el
infame Muro de Berlín, que muchos de aquí dijeron entonces a mi plin.
A poco más de cien años de la Primera gran Guerra estamos. Y, hoy
como ayer Sarajevo, he ahí Siria, a dos pasos nuestros, el
atiborrado campo minado en el que lentamente va cebándose la espoleta de los
más poderosos intereses cruzados que a todos afectan, de inquinas históricas,
de progresiva acumulación de fuerzas y de provocaciones, de bandos enfrentados,
de Líderes Guerreros, de europas ineficaces y norteamericanos aislacionistas,
de fuerzas históricas en expansión y en retroceso otras, que pueden
desencadenar la Tercera, misterio de
los números, un siglo después.
El derribo de un caza ruso por los turcos, que parecen jugar a dos
bandos, supone una escalada importante que bordea ya el precipicio de la
conflagración, que tendrá consecuencias –así lo ha anunciado Putin- y que no se ve claro quién podrá
detener o encauzar. Y elegir además entre Putin
y Erdogan es elegir entre la
peste o el tifus. Me inclino a
pensar que la réplica putiniana
–enfangado también en la represión de sus ucranias
varias-, y en general las confrontaciones que de todas partes vienen no
adoptarán la forma de guerra convencional, sino que, clonando la dinámica propia de las fuerzas emergentes, se
encubrirán bajo la forma de atentados
terroristas, reivindicados o no. Siempre utilizaron los Estados los
servicios secretos y sus acciones
encubiertas, pero ahora, bajo la guerra asimétrica que los feroces terrorismos
rampantes propugnan, pasarán a ser los mayoritarios y habituales.
Los terribles atentados terroristas indistintos y en totum revolutum pasarán a ser más aún,
me temo, orden y desorden del día, quizás como forma encubierta de la Tercera Guerra Mundial que cantaban Sabina y compañía del NO A LA GUERRA, a quienes la de Hollande mucho les conmueve y agita, pero la de Putin o la de la Yihad ni el tupé les inmuta, pues siguen ellos con el mismo
champú rayado de que la culpa de todo la tienen Aznar y Bush. Bueno, claro, y Franco.
Noviembre
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
¿En 2017 se cumplen cien años de la Gran Guerra? Claro, y en 2015, 2016, 2018, cuando terminó, y hasta en 2014, ya que estalló en el verano de 1914. Conviene asegurarse antes de hacer ciertas afirmaciones. Más que nada para no meter la "gamba".
ResponderEliminarEstimado Antonio: reconocido y enmendado el yerro. Muchísimas gracias por su exquisita atención y amabilidad. Un abrazo. Gracias
ResponderEliminarSon, ejem ejem, los problemas del directo, ya tú sabes, lector
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