La Tía Carmena y su escribidora

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LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON INFULAS
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     Se conoce que Ansón, que tanto se derretía hace poco ante el intelecto prodigioso de  Manuela, (http://elblogdejoseantoniodelpozo.blogspot.com.es/2015/05/anson-ama-manuela-carmena-del-rosa-al.html    ) debió postularse, pero al final el libro sobre Carmena se lo pidió para sí la gran Maruja Torres, que para eso entre compinches en lo de Podemos anda el juego. Y esta suerte de banal Diálogo de carmenitas progres, bajo el patrocinio de la editorial Planeta, esa oenegé,  no tiene en verdad desperdicio. Afortunada en asuntos de libros la Alcaldesa, dicho sea de paso, pues recordemos que, tras sus sonadas vacaciones a poco de tomar el Cargo, se largó a la Argentina con Lady Kirchner Manos Largas a promocionar otro libro suyo. Cómo es este sistema criminal, hay que ver.

     Y así se abre de capa Carmena con la gran Maruja: “Todo esto es absolutamente excesivo. Me desborda. No soy feliz ahora, y eso no es bueno”. Vaya, la alcaldesa está triste, piensa uno, que tendrá la alcaldesa, que tendrá que esto de arreglar el mundo y “seducir a los madrileños” la sume en la suma infelicidad, ad, ad, ad, ad.  Ostras, no será porque su escribidora no trate de subirle la moral, también la libidinal, sí: “despliegas gran capacidad de seducción… De joven debió ser muy atractiva”. Y en lo profesional también M Torres a sus pies cae, que llega a verle incluso Fantásticos poderes: “No hay rincón de Madrid que Carmena no inspeccione en cuanto tiene oportunidad, con lo que denomina mis ojos de rayos X”, o el saber de dónde es la gente sólo “por su cara”. Poderes al por mayor… y al por menor: “una de mis grandes habilidades y pasiones… es mi alto índice de ocurrencia de cosas –no si ya, ya-, se me ocurren muchísimas cosas a velocidad vertiginosa, infinidad de alternativas sociales… Todo ese proceso de invención me produce un subidón enorme”. La autoconciencia de tan fantásticos poderes no pudo, claro, sino llevar a Carmena a la más absoluta autoidolatría, y así tan ancha a Maruja se confiesa: “Hablaba mucho con Dios, hasta que me di cuenta de que Dios era yo misma”. Toda una Diosa, sí.

     Y qué mayor religión y qué mayor divinidad a la vez hoy en día que la del Eros, cómo podría un libro serio hoy soslayarlo, cómo podrían tan importantes oficiantes carmenitas –Ansón, comesopas, toma nota- no abundarlo: “los hombres tienen que trabajar aún para asumir la cantidad de placeres que hay sin penetración”, asegura Carmena penetrante, ¿está segura, alcaldesa? piénselo, “yo a la penetración le tengo cariño”, replica Maruja penetrada, “a mí el punto G como que no… a mí me parece que el clítoris es un gran invento”, apuntala Carmena tan amena. Todo un gustazo escribirse para Planeta un libro así debe ser, ya te digo, oh, qué mundo tan cruel, tan vil.