Como una apisonadora brutal que
todo, incluso los más impensables reductos del buen gusto y la contención, a su
paso avasalla, un idéntico esprit du
temps equipara al público que asiste al Sorteo de Lotería de Navidad, a los
televisivos presentadores del Fin de Año y al Director del Concierto de Año
Nuevo vienés: el frikismo, esa irrefrenable pulsión a como sea, es decir, lo más estrafalaria y chocarreramente posible,
llamar la general atención.
Así, este 2016, que si todos los músicos y el público allí al alimón
silboteando, que si en pleno concierto entra un mensajero para entregar al Director una batuta negra con motivos
dorados y éste le galardona… ¡con un pin!
arrebatado in situ del traje a un músico entre el choteo colectivo, que si de
buenas a primeras se saca allí el Director una chifla simulando el ruido de una
máquina de vapor entre la rechifla general… y lo que te rondaré morena, que con
un sólo numerito la lógica y el
monstruo que mueven a las cámaras no se contentan.
Esto es, algo en el ambiente global empuja incluso al Director de la
Filarmónica de Viena a bajar cada año un escalón y bañarse él también en las
mugrientas aguas de lo frikie. Abre él, Suma Autoridad,
allí la espita: pronto algún músico de la orquesta se plantará en camiseta
reivindicativa allí… y pronto alguien del público acudirá en bermudas
tarareando en alto a su manera el
Concierto. Tras ellos, llegarán las
Femen, que esas cosas las bordan. ¿Y los Strauss? ¿Y la Nobleza del gusto? Al fondo del fondo. Es Mr Share
quién ahora obliga.
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Es lo que tiene el frikismo, que debe aumentar su dosis para que haga el mismo efecto.
ResponderEliminarCalculo que en tres o cuatro años como director de orquesta en Viena pondrán a los payasos de la tele.
Pasa así mismo en el cine... español. Lejos quedan las españoladas, verdaderas obras de genialidad. Hoy día las mentes patrias se embarran con "la que se avecina" o cualquiera de las subvencionadas cutreces del cine nacional. Olalá qué arte ! recibiendo subvenciones y además colando el mal gusto y la ordinariez como cine.
misael