jueves, 7 de abril de 2016

Ah, gajes del oficio



   Naturalmente, así es la vida, se producen a veces destemplanzas, algunas incomprensiones y decepciones. Ni yo soy perfecto, ni espero que nadie crea serlo. Hay personas, pocas, es verdad, que me han timado con el libro, quiero decir: confiado, yo les he enviado mi obra y, hale hop, ellos han desaparecido de mi vista sin pagarme. Hay personas que han olvidado que me aseguraron querer mi libro, pero estoy seguro que cualquier día de estos lo recordarán y cumplirán conmigo. Hay también personas, bastantes, que con reiteración me dieron su palabra de pedirme el libro y no la han cumplido. Bueno, vale. Gajes del oficio han de ser. Dentro de un número de ejemplares perfectamente ridículo, no falta el amigo que en público con mala fe te pone… llevaras ya tropecientas ediciones, ¿no?; u otro, a este paso vas a conseguir un bestseller, jejejé, y otras tonterías que es mejor no reproducir aquí.

     Me siento un escritor que arriesga su dinero y que pelea por sacar adelante su obra sólo para recuperarlo y poder seguir escribiendo. Lo que de mil amores escribo yo aquí cada día es lo mejor que de mí puedo dar a cuántos abierta u oblicuamente me leen, el que no entienda ni valore esto, pues… lo siento infinito, de verdad. Que cada uno, con respeto siempre, haga lo que mejor le parezca.   Por lo demás, no me avergüenzo en absoluto de cada día colocar mi cartelito, como hacen mis cofrades los músicos del suburbano. Todo el mundo, creo yo, entiende de sobra –y si yo entiendo todas las circunstancias, espero que sean las mías entendidas- que, salvo anunciar y pedir la colaboración de quienes me leen para impulsar mi obra, no exijo nada. ¡No podría hacerlo! Los músicos del metro despliegan el abanico de su melodía… y quien le parece les da algo, y quien no, no. En las redes lo mismo. Pasas pantalla y a otra cosa. Más, cualquier persona, si le molesta la publicidad de mi obra, con apretar el botón dejo de existir para él. ¿Entonces, cuál es el problema? No se puede decir aquí, claro. En fin… ¡Qué tiempos estos en los que hay que explicar lo evidente! Y que pronto, pronto ya, la mía nueva obra. 

LECTORES DE MI OBRA QUE ME ESCRIBIERON (VER DÍAS PRECEDENTES)
 Mammen me escribió:
“Hace un par de veranos, M, me regaló tu libro por mi santo; me lo pasé genial leyéndolo y ésta Semana Santa he vuelto a releerlo….La cuestión, que me caes muy bien y que me gustaría que siguieses escribiendo.
   Gema Cepeda me escribió:
“Sorprendentemente me enganchó. Emocionada con su personaje y ansiosa por el desenlace me lo devoré. Es tan divertido el libro, tan suelto, tan fresco que a medida que me voy sumergiendo en él… Si te pilla en un día de “esos tontos” hasta te puede acabar arrancando una lagrimillas o un montón de sonrisas. Me ha dejado un sabor de boca delicioso”.
  Y  Jose Luis Rodriguez me escribió:
“Ya he empezado a reírme en el cercanías con el pobre bobo. Mira que teniendo a Rita-Mercedes en la cama ponerse nervioso y empezar a hablar de fracasos. Pobre hombre. He llegado a Aravaca sin enterarme y casi me paso de estación”.


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LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON INFULAS
154 pgs de humor, amoríos, aventuras e ilusiones.
Personalmente dedicadas. Puedes pedírmelas aquí, o escríbeme a   
josemp1961@yahoo.es  Es muy sencillo. 10 E por correo ordinario a la dirección de España que me digas, no tiene por qué ser la de tu domicilio, la de cualquier local público que conozcas, el que sea.

4 comentarios:

  1. Pero que no me lo puedo creer que haya míseros que no le hayan pagado el libro!!
    Pues yo lo compré a través de una amiga que tiene perfil en Facebook. Podríamos haberlo compartido pero compramos dos. Lo pagamos, lo leímos y nos encantó. Ya le envié mi anónima y humilde opinión en su día.
    Y estoy esperando el siguiente!
    Saludos.

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  2. Estimado José Antonio, desgraciadamente eres el Antonio Larrosa Neoliberal. Reivindica lo tuyo, con dos cojones :)

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  3. -Anónimo de las 21:43: los hay, amigo. Muchas gracias por su impulso, por su aprecio de lo mío. Un abrazo

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  4. -Anónimo 8:34: ¿soy el Antonio Larrosa Neoliberal? No lo sabía. Muchas gracias. Un abrazo

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