domingo, 14 de mayo de 2017

Cómo me fue ayer en el Retiro

     



   Con el zurrón en bandolera (como Marco cuando embarcaba hacia la Argentina en busca de su mamá), cargado con una docena de ejemplares de mis Veinte relatos de amor y una poesía inesperada en el Retiro madrileño ayer en la tarde yo desembarqué, en busca de mi maná. Vamos. Eran las cinco. Había gente, que no llegaba a multitud, por mor del puente y de la propia tarde, luminosa aunque tibia y a rachas airada. El estanque de aguas esmeraldas, las colas para las barcas, los árboles centenarios, los portentosos cómicos callejeros, todo eso. Yo con mi zurrón. Va. Hasta las nueve de la noche, calculo que abordaría a unas cincuenta personas, solas o en grupos. “Hola, me llamo Jose Antonio del Pozo, soy escritor, verás, esto de los libros está tan complicado para los autores sin Nombre, que nada, aquí estoy, a mostrar y demostrar mi obra, esta es, mira, es humorística, sentimental, aventurera, no muy cara, creo, trata sobre el amor, la fuerza que según Dante mueve el Sol y las estrellas, historias románticas con sus pros y sus contras, en sus peores y mejores facetas, el amor platónico, el amor daltónico, el amor erótico, de todo en esta viña,puedes hojearlo si quieres, mira, este es…”. Gente amable, que me escuchaba, que me sonreía: “Muchas gracias… no”. Alguien me pasó incluso la mano por el hombro. Gente joven, que se reía y pasaba; normal. Gente sincera, que rápido me cortaba: “¿Libros? No”. Gente alarmada, que se apartaba de mí con brusquedad, sin mediar palabra y con rictus duro, como si acabara de ofrecerles drogas, yo que sé. A las ocho decidí sentarme un rato en un banco. Bajé un instante los ojos. Me acometió entonces un extraño tipo. “¿Eres tú el que ha escrito ese libro?”. “Claro”. Se ve que me había estado observando antes. Tendría unos cincuenta tacos, la pelambrera morena y ensortijada, unas patillas alargadas y revueltas, como un inglés del diecinueve. Una pelliza de lana gorda en tres cuartos, de las que tejían las abuelas, que alguna vez fue blanca, pantalones de tergal beige arrugadotes con bajos de campana y unas toscas deportivas rojas por calzado. Un cuadro, yes. Unos ojos negros y grandes, incisivos y lunáticos además, de bandolero portugués. Me arrebató el libro, como hipnotizado por su portada. Lo volteó de golpe. Se enfrascó ceñudo en la sinopsis de la trasera, mientras se arrancaba pellejitos de los labios resecos. Glups, miré alrededor. Y de pronto emitió el tío una carcajada infantil, cascabelera, de niño entusiamado. “La hostia, este libro… tiene que ser la hostia. Lo quiero”. Me miró. Sacó una carterita de acrílico rosa sucio y me pagó. Le choqué la mano. Me llamo Manolo”. “Yo, José Antonio”. Nos dimos los teléfonos. Se fue con mi libro entre las manos. Bueno, el que ahora estaba alucinado era yo. Debí haberle propuesto una foto al amigo licántropo, pensé luego. Igual eso le hubiera disgustado y hubiera malogrado la operación, pensé también. Un nuevo amigo, Manolo, un pasito más para mi libro. Me retiré entonces, tan contento, del Retiro yo.

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“VEINTE RELATOS DE AMOR Y UNA POESÍA INESPERADA”. 12 euros, envío incluido. 165 pgs de SENTIMIENTOS, HUMOR Y AVENTURAS acerca de la condición humana enamorada… y desenamorada, en muchas de sus vertientes, cimas y simas, con la emocionante recreación de las más perturbadoras encrucijadas a que nos arrojan los sentimientos inevitables. Personalmente dedicados. Pídemelos aquí o escríbeme a  josemp1961@yahoo.es   Es muy sencillo. 12 E por correo ordinario, envío incluido, a la dirección de España que desees; 15 E por correo certificado. Escríbeme aquí y te informo sin compromiso. 

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