lunes, 30 de mayo de 2022

SOBRE LA MATANZA DE TEXAS

 


Que la fascinación por las armas en buena parte de la sociedad estadounidense tenga explicación histórica, cultural y de auto-defensa, no quita para que nos parezca horrible la falta de control legal sobre el facilísimo acceso a las mismas que allí en muchos Estados se da, con lo que a menudo acaban estas en manos de auténticos psicópatas. Cómo es posible que buena parte de esa sociedad elija no hacer nada ante este contradiós. También, pese a admirar tantos otros aspectos de USA, nos resulta aberrante el descontrol social sobre los ámbitos en que no pocos jóvenes, buenos y malos, allí se familiarizan legal o ilegalmente con el manejo de las mismas. Que un chico de dieciocho años sin pestañear ni sentir nada, en brutal baño de sangre y cuerpos chorreantes destrozados, de una tacada aniquile las vidas de una veintena de menores, nos arroja ante un abismo del Mal, no por repetido menos espantoso e incomprensible. La lógica perversa que mueve la redes sociales, que nos encadena sobre un laberinto de espejitos clónicos más basado en la remoción de emociones primarias en común que en el diálogo y la comunicación verdaderos, lleva a estos desalmados –a la misma vez supersolitarios y ansiosos de narcisista protagonismo, como fusionados y fisionados homos gañanis y odiator que son- a anticipar y confesar en ellas sus bárbaras hazañas, como si ante su misma averiada conciencia estuvieran. Y, at least, el sesgo periodístico mayoritario: cuando el psicópata es wasp, nítida leña al mono del Monstruo Supremacista y yaque, en segundo plano, al capitalismo criminal. Basta que las trazas del desalmado no sean del todo wasp para que, lean las crónicas, plis, se difumine al asesino y se le vea como simple víctima del Sistema, este sí que sí en verdad genocida y todo lo que sigue. Si la democracia estadounidense sigue sin de verdad afrontar, sin esperar milagros, los complejos problemas arriba señalados, nos seguirá pareciendo esto, por supuesto, impropio de una sociedad del todo civilizada.

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