el blog de josé antonio del pozo

       Querida Lydia:       Es seguro que para nada te acordarás de mí y que menos aún que nada te dirá mi nombre. “Jo-se-An-to-nio-del-po-...

                                        Escribo sin darme cuenta en el viento tu nombre                 Soplo y sobre el cristal brotan tus ...

          Sí, por aquellos años de la Facul éramos jóvenes,   melenudos –te juro por la lucha de clases, lector, que lo fui- con las crencha...

           Ramoneaba consigo mismo Felipe G el otro día en la tele acerca de si acaso la gente no   habría olvidado ya las “barbaridades”...

          Ahora que el Big Gabilondo implora a quien corresponda el perdón de su santa ira contra Aznar ,   justo es ahora cuando nota uno, ...

          Es bien posible que, al paso que va la burra –cargada la pobre en alforjas del chocolate del loro- acabe dejando la nobilísima acé...

         Desde aquel no tan lejano día en que cifró Zp la esencia de la Izquierdidad –si se me permite el palabro- en no beber alcohol y en...

                 Viendo al dueño de una sidrería vizcaína rompiendo a mazazos la máquina de tabaco de su local ante las cámaras me acordé,...

          Sucedió también en Navidad. Era, claro, sólo una más de las miles de cenas de Navidad, dulce Navidad. Resulta bien curioso, porqu...

            Toda la hermosura de la Creación se condensa para mí en una granada. Si algún día la presencia de una granada me es indiferente...