Está bien, lector, concédeme un respiro en medio de tanta abstrusa, profusa y difusa Politicorra. Abramos juntos un paréntesis, una tregua, un compás de tiempo vivo pero en calma. Saboreemos, siquiera un instante, sin movernos de la cama todavía, el precario descanso dominical. Prolonguemos un poco el embozo amable de este tiempo sin premuras, apuremos estos márgenes intangibles que a veces la vida nos concede. Hum, se está bien aquí, removiéndose uno despacito entre las sábanas, como entre las aguas de un mar cálido al que entramos ateridos en la noche. Porque afuera hace frío, crepitan las estalactitas de la escarcha sobre la hierba del parque, la luz tras la ventana es cínica y la habitación no oculta su gélida vestimenta. Pero todo eso transcurre afuera. Aquí, bajo las mantas, en el claustro caldeado que ellas procuran, se está tan bien que no transcurre el tiempo, o lo hace más despacio, se demora en un latido que es caricia y no asechanza, y es la sábana una rosa de Holanda dibujándome girasoles alrededor del mentón. Sí, cerrar los ojos entonces, paladear con las yemas del sentir la conciencia aún semidormida, recuperar por un instante a los cincuenta la placidez budista del bebé, el arrullo inconcebible de este momento sin relojes, sin espuelas, lejos de las preocupaciones, lejos de la esclavitud del Deseo, lejos de la exigencia de por encima de todo afirmarse, al contrario, disfrutar del agradable difuminado de los contornos de uno mismo, sumido en esta quietud, una burbuja de tiempo estancado en la que chapotear en paz, no un cuerpo todavía, ser sólo una sensación plena de paz, una bala de algodón que apenas se da media vuelta, un impulso que es sólo desimpulso del ser, la ataraxia en ámbar del stand by, ese dulcísimo Calisay. Anticipar entonces en la nariz, como en las películas trilladas, el olor del café recién molido, el aroma de una melodía sin estridencia, el olor de tu pelo golpeado por la lluvia de otro enero e imaginar durante un instante fulgurante, fulgurante, sí, que sabré expresar muy bien este raro júbilo tranquilo que ahora exprimo…este tiempo muerto, sonámbulo y vivo a la vez, aún entre las sábanas, que como agua limpia del río quise yo acercar desde mis mejillas a tus ojos, lector.
Pues, la verdad leyendo esa satisfacción entre las sabanas y con este frío, dan ganas de volver a encamarse.
ResponderEliminarMe encanta como sabes recoger momentos y presentarlos, aquel de los rayos del sol y este.
ResponderEliminarFelicidades por esos momentos de paz tan maravillosos y por saber transmitirlos. Por cierto, la foto es preciosa, ¿sabes el nombre de su autor?.
ResponderEliminarSaludos
Saboreo tus momentos cálidos, y dibujo con tus letras esos girasoles, muy bello tu escrito.
ResponderEliminarUn beso.
Momentos plácidos y dulces esos que describes con absoluta maestría. Que disfrutes de ellos y también del domingo soleado que nos regala este 29 de enero. Un abrazo
ResponderEliminarSin duda es de lo poco bueno que tiene el Invierno, que procura memorables mañanas a la calidez de la cama. Que procura una dilatación extrema al tiempo que deseamos pasar bajo kilos y kilos de candor en forma de ropa. Y vive Díos que si no fuera porque algunos días pasas mala noche o hay que trabajar pareceríamos osos, no por lo hermosos sino por nuestras ansias de hibernación.
ResponderEliminarUn saludazo.
Que suerte tienes maestro. Yo jamas pude quedarme en la cama ni cinco minutos una vez que me despierto.
ResponderEliminarSaluditos.
Me encanta cómo escribes. Francamente bien.
ResponderEliminarNo me meto en honduras, otras aleatorias, que ni quitan ni ponen loor a tu escritura, brillante, sí.
Felicitaciones.
Es totalmente necesario un descanso entre tanto política, para no volvernos locos ante el panorama que tenemos.
ResponderEliminarGenial el momento de descanso y paz!
besines
Está bien, escritor, concédeme un respiro en medio de tanta abstrusa, profusa y difusa publicidad vergonzante de celebrity-libro. Abramos juntos un paréntesis, una tregua, un compás de tiempo vivo pero en calma...
ResponderEliminar¿Qué hago yo aquí? No, no me he perdido...tómate un respiro.
Igual no te sorprendo pero me voy a arriesgar; en cualquier caso, es una maravilla para la vista. ¿Dónde? Aquí: buscar en Google: Antony-Spencer-Landscape-Photographer-of-the-Year 2010.
Y luego: Antony Spencer punto com. En ese orden. (Siempre mandando, jejejé).
Enjoy the view!!!!
E
Gracias, E
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