Si en Brokeback Mountain era una camisa el objeto evocador que hacía
estallar consigo la catarata de reminiscencias afectivas y sexuales latentes
entre aquellos dos vaquerotes de pelo en pecho que una vez la corrieron entre
las montañas, como en farsa es aquí y ahora el paradisíaco y patriótico y muy
estupefaciente chándal que una vez Chávez
le regalara tras un encuentro de beisbol al que juntos asistieron, el
fetiche que al grandioso astro Sean Penn
–con mansión en Malibú- ha servido para guardarle la vigilia a su amado
caudillo bolivariano.
Como en una implícita aceptación de su degradación incluso vestimental,
hemos visto cómo en los últimos años los más fieros espadones revolucionarios
han tirado de fondo de armario ante la Aldea Global para abandonar el verde
oliva guerrillero y sustituirlo por el chándal de jubilata. Este en concreto muy
patriótico será, pero de hortera que es tira ya de espaldas la bolera entera. ¡Tiempo
le ha faltado al supermillonario Penn para,
embargado por la pena, en fantástico guiño al Coronel languideciente, como Clinton con aquella corbata que le
regalara Mónica Lewinski,
embutírselo ante el mundo entero. Pocas imágenes más preclaras de la boba
abyección sumisa con que la Progresía multiforrada se postra de hinojos ante
los caudillismos.
A pesar de declararse agnóstico y marxista de la corriente Mao –que hay que echarle fanatismo al tema- no le importó
a Penn ante las cámaras, contrito en
grado sumo, mover los labios como si del Padrenuestro colectivo por la salud
del eximio Timonel caribeño participara.
Si será mentecato el multimillonario Penn que hasta el mismo Chávez,
en sabrosísima anécdota para la Historia que la Prensa cuenta, no dudó en ridiculizar
su grotesca, por lo lacayuna, sumisión: Prometió solemnemente Penn ante su anfitrión que educaría a sus hijos Hopper y Dylan
“como socialistas y revolucionarios”. “Más bien los educas para que sean
médicos”, le respondió en público burlándose Chávez en Maracaibo, quizás molesto ya de tan pegajosa servidumbre.
Pues nada, ahí le tenemos, posando para la posteridad y próximo a la
licuefacción, chándal en ristre, como los vaquerotes aquellos, ora que te ora
pro Chávez: San Sean Penn de Malibú.
Gracias a alp, a CLAVE, a Napo, a Juan Carlos, a Mónica, a Jose Antonio, a BEGO, a Mónica, a CLAVE, a Napo, a Winnie,a aspirante, a Napo,a Kayla, a Mónica, a Jose Antonio por enriquecer siempre con su aportación este blog, por dejarme la compañía de sus palabras.
ResponderEliminarGracias a Winnie y a Kayla por anunciarme que me pedirán el libro,a cada uno de quienes ya lo hicieron, por supuesto,por ese apoyo, por recomendarlo si es el caso a sus conocidos muchas gracias... veo tan lejos todavía mi objetivo.
GRACIA a todos. Un abrazo
Como le pasaría a cualquier pobre pagafantas, este indigno reptil baboso es despreciado y vomitado fundamentalmente por el ídolo de barro a quien adora, consciente como es dicho jefe de secta de que ninguna causa terrena merece ni una micra de la veneración que indebidamente se le profesa, porque las ceremonias ocultistas que practican los suyos en la trastienda no pasan de ser infamantes vanidades de mediocres iluminados. Lástima que tanta gente no sepa distinguir a un palmario embaucador.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pa, alante comandante.
ResponderEliminarEl bolivariano mono rojo es muchas cosas, muchas imnombrables, pero tiene un par de adjetivos calificativos que suelen gustar a mucha gente y que están por encima de sus principios: PODEROSO Y MUCHIMILLONARIO.
ResponderEliminarNo sólo las flores y la poesía mueven y remueven el corazón.
Igual tiene mucho tiempo libre. Que se venga pa España que aquí tiene trabajo.
ResponderEliminarSaludos
Este tipo de personaje, como muchos de nuestros tirititeros, que son millonarios y que tiene un tipo de vida completamente alejado del populacho, se gusta de hacer perdonar dejándose ver en causas izquierdosas aunque esas causas sean totolitarias. Aquí, en este país ( antes España) lo vimos el sábado con la Bardem y el Toledo arrimámdose a los asesinos etarras.
ResponderEliminarNo están dispuerstos a dejar sus privilégios pero quieren oler como un obrero. Se lo tiene que pasar mal cuando entre en diálogo con su conciencia. ¡...SE JODAN!
Sean Penn, el hombre que quiso interpretar en la vida real lo imposible: Ser de la cuasa pobre siendo y estando millonario.
ResponderEliminarEl ridículo no tiene fronteras.
A mi este actor antes me gustaba bastante más...... Besitos
ResponderEliminarY habrá quien los crea, igual tienen a estos falsos como ídolo.
ResponderEliminarYo he llegado a un punto, que me aburren y lo único que me dan estos tip@s es la risa floja, claro que luego me entra la indignación de ver que tamaños estúpidos tengan, espacio como noticias de primera plana. Yo quisiera que la prensa en un gesto de dignidad, los ignorara o los descubriera, de como viven y que predican, pero eso es mucho pedir...saludos...
Estos titiriteros del mundo no merecen la pena ni un segundo de nuestro tiempo. No son creíble, representan un papel en la vida uqe se han aprendido, mientras a vivir a todo tren. Saludos
ResponderEliminarFelipe González, sobre María Antonia Iglesias: "ella siempre ha sido mucho más de izquierdas que yo".
ResponderEliminarUna atorrante y acreditada orca de mordor parlanta que necesita de la falsa conmiseración de su amo, como el comer.