A la maestra de ceremonias, caústica y transgresora as usual, se le
ocurrió en medio de aquello la bromita del repartidor de pizzas… y entonces se
desató el diluvio de la Justicia
Universal. Resultó que aquel oscuro repartidor, ante las cámaras de pronto
se descubrió y… por la gloria de la Metrogoldwinmayer…
¡era el bárbaro intérprete del funeral de Mandela!,
que en ese mismo instante ante el pasmo de todos, dio a su legión de camaradas,
ocultos por centenas tras los cortinajes del suntuoso Teatro Kodak, la orden de ataque.
Estaban organizados, desde luego, pero, mil veces se les habrá dicho,
les organizaba sobre todo el hambre y la desesperación. Aquel soberbio turbión
de negros cimarrones descamisados, inesperados figurantes que de pronto reclamaron
primer plano, irrumpió por las bravas en la
Fábrica de sueños, que mundanamente celebraba su planetaria Gala Anual. Espartacos
modernos del Cuarto Mundo, con magnífica musculatura en brillo de esmalte, desde
los confines más pobres de la Tierra en secreto llegados, convencidos… ¡por
algunos cerebritos de los que sobre
la glamourosa moqueta un momento antes divinos se sonreían! ... de estar en
realidad asaltando la ecuménica pesadilla
que a ellos y a la Humanidad entera sojuzgaba, se abalanzaron indignados y
justicieros sobre el relamido gentío de la
muy comprometida Élite.
Ah, los aullidos del terror
entonces en las boquitas pintadas de los productores, directores e intérpretes
de la Farándula más millonaria, entremezclados con los apaches gritos airados
de los indómitos atacantes, oh, en qué colorista y espantoso pandemónium se
convirtió el magno Teatro Kodak. ¡El
Año además en el que sobre todo se premiaba un muy vibrante film sobre la
esclavitud! Parecía aquel temible ataque casi un epílogo del mismo film.
Querían acabar los espartacos de ébano luciente con todos esos
peripuestos petimetres, los preclaros símbolos de un mundo cada día más
explotador y cruel, desde luego, matarlos, de ser posible allí mismo comérselos
por ver si así se les transfundía algo a ellos de esa distinción y guapura,
pero también antes, -tanto en la mente les aguijoneaba a aquellos desheredados
la pulsión de descargar el animal Deseo sobre cuerpos tan por las pantallas
depurados- oh, revuelo de recamadas
sedas violentadas, virgueros peinados desechos, siliconados pechos y glúteos con ansia de siglos exprimidos… incluso el mismo Clooney y
la ahora berluscona Liza Minelli viéronse, antes de morir, allí abrupta y sucesivamente encalomados.
Sólo los marines pudieron por lo criminal poner el the end al thriller de la Noche de los Oscar.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
juajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuaaaaa
ResponderEliminarAunque A Voacé No le Guste El Palabro, Es Tan Español Como Sonoro Y El Texto,-Carcajadas Aparte-, Lo Merece Por Derecho Propio : "C O J O N U D O", Amigo Mío.
¡Sólo De Imaginarme La SSecuencia, Me Brotan Lágrimas De RISA SANA!
¡Lástima Que Sólo Sea, Un Magnífico Ejercicio Literario De SUEÑO JUSTICIERO!
Un Cordial Saludo
Un Brindis Por La Limpieza Total,
Y
¡¡RIAU RIAU!!
gracias, gran Old
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