martes, 5 de mayo de 2020

BALCONES MENGUANTES (CONFINADOS, DÍA 52)



   Ayer me asomé al aplauso de los balcones. Hmmm, en mi bloque al menos, ha bajado mucho, pero mucho, esa fiebre, ese al principio vibrante ritual de gratitud hacia los sanitarios, de complicidad y ánimo vecinal también en medio del miedo, de tantos enfermos y de tanta muerte. Dos terceras partes, calculo, no salieron ayer. Algunos han bajado por completo el toldo, para que no se les vea si lo hacen o no. Los que se asoman, cuentan menos miembros en su nido. Los niños, se ve claro, pasan ya del tema; los pocos que se ven no levantan los ojos de las pantallitas. Tampoco las caceroladas anti-gubernamentales convocadas por redes encuentran aquí eco. Se percibe cansancio y cierto hartazgo, creo. ¿Porque se ve ya la salida del túnel y no se encuentra entonces tan necesario? ¿Porque algunas organizaciones de médicos así lo han pedido, que no se salga? ¿Porque algunos han entendido que el gobierno quería apropiarse de esa iniciativa para su relato granbardemanita? ¿Porque otros convirtieron un acto de apoyo en una verbena? ¿Porque toda emoción colectiva tiene su lógico desgaste? ¿Porque, con la información rodante, se ha enrarecido mucho el ambiente que rodea el asunto?  ¿Por una mezcla de todo esto? No lo sé. Las interpretaciones son libres. Piénsalo despacio tú. Es que van más de 25.000 víctimas, hombre. Y ayer, cuando el animador habitual puso a todo trapo el tengo-el-corazón-contento-el-corazón-contento-y-lleno-de-alegría… los pocos que en mi bloque se habían asomado, yo lo vi, diéronse la vuelta y se  tornaron raudos a su olivo. Por supuesto yo creo que todo el mundo agradece, y mucho, y no olvidará nunca, la abnegación, la valentía y la entrega heroicas, y así quedarán escritas e inscritas con letras grandes en la Historia de España, con que muchísimos sanitarios, muchos a costa de su propia vida, se lanzaron a salvar las vidas de sus compatriotas, de sus semejantes.  Estamos con ellos, claro que sí.        


2 comentarios:

  1. Bien es cierto que yo también he observado eso que usted mismo relata, le doy una explicación que usted no contempla. A ver qué le parece? Llevamos 51 días de confinamiento y ahora abierta la veda resulta que el horario coincide con el de los aplausos.
    No será que el personal prefiere un poquito de aire fuera de casa que viene muy bien para la salud física y mental del individuo?.
    A los sanitarios (hablo con conocimiento de causa), nos suben la moral el agradecimiento pero entendemos que el confinamiento es duro.
    Vamos a dar a los aplausos un poquito de tregua,a ver si con un poco de suerte no tuvieran que volver.
    Por cierto, siempre,precioso su blog.
    Abrazos

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  2. Me parece muy bueno su apunte. Muchas gracias, Carmen. Abrazo

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