Es sólo que a veces
la vida se me atraganta,
y es amargo ricino
que muchos encuentran ambrosía.
Apenas soporto entonces
los calambrazos de su voltaje
que a los demás ponen en órbita,
que me coronan de sangre el costillar.
No quiero ya jamás
comprarme camisas de colores
ni chupetear helados de fresa
ni elevar cometas a lo alto.
Sólo entresueño acurrucado
con una enorme escolopendra
que abreva sus fauces carnívoras
contra mis ateridas entrañas.
No aguanto esta porfía,
no encajo
no tolero
el perpetuo rigor de la espuela,
la inevitable asechanza del dolor
con que la existencia,
ese jinete torvo,
siempre intimida.
Maldigo a oscuras mi miedo,
esa herida siempre abierta
el manar purulento que nunca cesa,
tampoco a las puertas de los cincuenta.
Tomo entonces el coche,
a tientas lo conduzco a pleno sol
hasta el anillo infernal
que estrangula la babilónica urbe.
Espiral de vueltas
y más vueltas sin parar,
escalextric recurrente,
sólo que
a infinitesimal velocidad
navegado,
sin música
sin alas
sin aire
casi varado,
el volante de plomo,
los pedales de hierro,
mi máscara y yo,
nada más.
Para acallar al espantajo de la angustia
que así le llamo yo a mi cobardía,
dejo entonces que todos,
ricos y pobres,
iracundos por igual,
me increpen, me chillen, me blasfemen
al sobrepasarme raudos,
indignados tras el parabrisas
en esta galopada hacia adónde.
Y es todo ya
esta crecida de bocinazos y de injurias
esta inminencia de derrota y daño
en la que sólo anhelaría,
volante, pedales, máscara,
lentamente disolverme.
33 comentarios:
Lo violentos que se ponen algunos (muchos) cuando agarran el volante, así que alabo su llamada al sosiego y a la insumisión de ser borrego en la carretera.
Me ha encantado tu escrito.
Toda una poesía a estos tiempos modernos de estrés y "locura al volante"
no se puede decir mejor!
gracias
Una gran imagen de lo que ese simbolo de "libertad" que es el coche.¿conducimos sobre asfalto o nos conducen las escolopendras?.
Si ya es jodido conducir tal y como está el tráfico, que literalmente en algunas carreteras te juegas el pellejo, mucho más jodido es que te metan un "viaje", y el menda que te da el porrazo no tenga ni carné, ni seguro no ostias como conozco a gente que le ha ocurrido: Eso si que es para volverse violento. Saludos José Antonio.
Leo y obvio el tráfico, me da igual el atasco, el claxon y su volumen, el griterío y el estrés. Todo me da igual, es lo de menos. Ahora sólo importa la poesía.
Felicidades por saber mutar lo feo en bello.
Un abrazo José Antonio.
La vida es una mierda, no le des más vueltas. Solo el arte nos salva de la rutina y lo de siempre, lúcido amigo ;-)
¿Hoy tenemos crisis existencialista, José Antonio?
Agarrando al vuelo el tema de la muerte de Jobs, con un mundo que se mueve a la velocidad de los bits, megabytes y terabytes, la metafora del tráfico-vida es brillante... con sus bocinazos... sus infracciones... sus partes con la aseguradora...
Bien.
De las primeras poesías que leo que traten sobre el tema.
Un abrazo, maestro.
Estoy de acuerdo con Herep y del trafico-vida de jobs a la picadura venenosa del coltan que todas la nuevas tecnologias llevan en su interior, el otro dia alguien recordaba a los jovenes que los moviles no crecen en los arboles¿sabra él de donde proceden?
Coltan, comercio sangriento (Sangre en nuestros moviles) youtube.
Las dichosas crisis. Siempre pensamos que con los años hemso a`prendido a dominarlas para descubrir que la siguiente es aún peor que la anterior y que la dominamos menos...
No quiero imaginar la de multas que te reclamará el fisco ni los menos puntos que te quedan.
Genial también en esta faceta de poeta, siempre con tu fina ironía.
Así que los angustiados no somos más que cobardes...
Hasta la próxima.
Tranqui maestro.
Por cierto esa foto ¿es de mi barrio? Hortaleza. Madrid.
Saluditos.
Y me he dicho: no puede ser. No puede simplemente tratarse del pánico a conducir que a muchos afecta. Este hombre me está diciendo algo, pero soy tan simple que no llego. Tal vez necesite, en sustitución del erótico látigo, que le fustiguen, le increpen. Le traspasen con esa mirada iracunda detrás del volante de quien no tiene nada que hacer, pero no puede perder un segundo detrás del disciplinado automovilista. Tal vez digo, lo necesite para levantarse al día siguiente lleno de vitalidad y fuerza para palizar a dos pijos al pádel.
Un poema hermoso, ya un hombre que se siente atrapado y se mete adentro de un auto es una cosa para analizar, ese hombre es una prisión de carne y hueso; es decir, es otro ser humano sobre la tierra,
No en vano sueña con disolverse, quizás este soñando Ser, y aún no tropezó con las palabras indicadas.
Gracias por compartir José, muy bellos versos.
Una plegaria al transito,parece que colapsa en todos lados y los nervios que produce también.
Un beso!
Que nos pasa a las personas cuando tomamos un volante, la agresividad se apodera de nuestra mente y nos hace convertirnos en verdaderos animales.
Me ha gustado mucho tu entrada.
un fuerte saludo.
fus
Bonita foto y frases muy conseguidas...un abrazo desde Murcia..seguimos..
Me gusto tu poesía esta muy bien llevada... Me hace respirar el smog...
Besos
Me has dejado sin voz, me he quedado inmersa en este laberinto frenético en el que a veces nos intentamos perder, para no encontrarnos tal vez con nosotros.
Tiene mucha fuerza, y arrastra con su inercia.
Besos
Disolvernos hasta desaparecer, cuando parece que no existimos...
Saludos y buen viernes.
Una voz para la calle, condenada a la maldición de otros. Una voz para el asfalto...
Tu poessia doce José Antonio es el grito existencial del mundo de hoy y su absurdo sentido, que bien se refleja en la imagen con los coches que corren hacia quién sabe dònde que has elegido...
Saludos blogueros desde Venecia sin coches
chusa
Hola Jose Antonio.
La vida al volante es una continua peripecia que no deja de dar vueltas al rededor de una rotonda que carece de carril de salida.
Hay dos ingredientes que nunca consiguen mezclarse: el agua y el aceite, y el volante y la paz.
Un abrazo.
Ricard
Veo que sientes las miradas iracundas de estos carreristas sin carrera, que sientes como clavan sus forcípulas visuales, e intentan inyectar su veneno en tu persona, conductor sosegado que no juegas su juego criminal sobre ruedas.
De suerte las Scolopendra cingulata que habitan por estos lares,no poseen una picadura mortal, aunque si dolorosa. En otros países, por menos salen los Smith y Wesson .500 Magnum por las ventanas de los vehículos.
Un abrazo.
Si conducir nos distanciara de los malos pensamientos y los pesos...pero no. No sucede.
Saludos.
A veces, la vida parece que nos quiere matar de disgustos. Gran poema. Un abrazo.
Es uno de los mejores poemas que te he leído. Va envolviéndote en su ritmo y en el agobio de una vida sin pausa y llena de agresividad y consigue transmitir como te sientes.
Felicidades.
Un beso relajante ( o dos).
Te he vuelto a leer y me encanta como escribes.
Una realidad evidente dónde todos parecemos habernos vuelto locos...
un saludo
A vida é uma corrida para o nada, se todos pudessem tomar consciencia disso, a vida correria de forma mais tranquila.
Gostei muito do seu poema
um abraço
oa.s
Que no se te atragante la vida, siempre hay algo o alguien ahí esperándote, que quiere junto a ti chupetear un helado de fresa.No quieras disolverte, porque no podrás tener esos pequeños placeres de la vida, esas compañías que te esperan, esos deseos aparcados. Saludos
Foto de la M-40 a su paso por el majestuoso barrio de Hortaleza. Sin lugar a dudas, una foto muy acertada: cuando pasas con el coche bajo esos bloques de hormigón, con tanto Fitipaldi "que te tiro el adelantamiento por aquí, que te rebaso por allá" y con una especie de adormilamiento porque el de la emisora de radio está divagando acerca de los niños que contagian a los piojos (¿o viceversa?), crees realmente vivir en un laberinto hecho a medida de la locura.
Ni decir tiene, aunque no quiero abusar de lo mismo, que me encanta tu visión de la realidad.
Un abrazo, amigo mío
Dolor en estado puro, un grito en voz alta y clara de oscuros y dañinos sentimientos, pensamientos, expresados como solo tú puedes hacerlo, una genialidad, tendemos a ser incautos y fríos al despertar del mal día, pero solo con el destape encontramos nuestro punto de mira.
Un lujazopoder disfrutar de tu talento compañero
Besos, muchos besos :D
Eres un gran poeta. En serio te lo digo. ¿sabes? soy una ignorante en cuestión de poesía, pero tus versos son tan sencillos y tan claros que llegan al alma. Por eso eres un gran poeta.
Es un poema tan desolador que no me pareció bien escribir absolutamente nada. En primer lugar, me quedé completamente sin palabras, después, tuve la tentación de hacer un comentario en tono paternalista (maternal, mejor)…pero sentía que nada de lo que yo pudiera decir resultaría reconfortante y tranquilizador. Mucho menos comentar en tono jocoso, daría a entender que no había comprendido nada de nada, ni hacer alusión a la mayor o menor maestría en el manejo de la métrica…nunca leo tus poemas con ese ánimo crítico.
Una vez leído y releído me encontré tan absorta en él que me descubrí a mi misma recitándolo en inglés. Entonces decidí realizar una traducción (amateur, of course) para que mi mente comprendiera del todo la dimensión devastadora del poema. Así, las palabras fluyeron una a una, los versos encadenaban las imágenes y, finalmente, quedaba ahí el homenaje al poema: la misma devastación, la misma desolación…las palabras no cambiaron su esencia.
Te envío ese “homenaje” como regalo en las vísperas. La experiencia fue tan grata que escogí otros dos poemas tuyos para volver a tener la misma sensación de dominio y poder fabulosos que debes de sentir tú cuando escribes, aunque para mí sólo sea un instante…“a glimpse of it”. Espero que te gusten.
Queda, por descontado, sobreentendido que esto es “sólo para tus ojos”. Y por eso te quedo agradecida.
A
My Life with me
It's just...only sometimes
I choke on life
and it is bitter castor oil
that many take like ambrosia.
Then, I can hardly bear
its voltage shocks
that lift up so many others
that fill my chest with blood.
I never ever want
to buy colourful shirts,
to lick strawberry ice cream
or to fly kites up in the sky.
I only huddle catching glimpses
of a huge scolopendra
whose jaws slurp
on my frozen guts.
I can't endure the struggle,
I can't belong,
I can't stand
the constant harshness of the spur,
the unavoidable snare of the pain
that existence,
the fierce rider,
always uses to intimidate.
In the dark I damn my fear,
that wound always open,
the purulent flow that never ceases,
not even now that I am fifty.
Then I rush into the car,
I drive blindly in the blazing sun
up to the hellish ring
that strangles the Babylonish City.
Swirling spiral,
endless whirl,
recurrent path,
just sailed at infinitesimal speed,
no music,
no wings,
no air,
almost stranded,
lead steering wheel,
iron pedals,
my mask and I,
nothing else.
Publicar un comentario