Bueno, el jodido ciego estaba al fin a salvo. Y yo también. Saqué mi billete, pasé el torno, como cuando los vaqueros del Oeste pasan el río, y… allí, haciendo corro, esperándome, estaban mis cincuentones amigos. “Joder, José Antonio, ya pensábamos que te había pasado algo”. Y de una forma bien extraña, -puede también que los efluvios del festín al unísono liberados coadyuvaran a ello- fue como si a la vez hubieran cavilado todos que acababa yo de llevar a cabo una heroica gesta (¡), pues, sin excepción, es decir, incluido el propio Soto, se arremolinaron entonces alrededor de mí y todos a la vez me abrazaron. Nos fundimos en un abrazo colectivo, que acaso fuera con todo, y mira que se habían dado en el día paranormales epifenómenos, el más extravagante de la jornada. Qué pensarían cuantos nos vieran. Panda de talluditos lunáticos.
Cuando así estábamos, antes de separarnos y de tomar cada uno la linea correspondiente que nos devolviera a nuestras particulares vidas, formando en aquel pasillo una piña todos -quizás la nostalgia anticipada de la inmediata separación desatara de forma inconsciente el abrazo- en un instante deseé que el organista bisojo de la ida allí mismo entonces compareciera y tocara una vez más, indiferente a todo y a todos, las maestosas notas del adagio de Albinoni, que tan bellas de él salían, y que con ellas de la cabeza a los pies nos sahumara.
Más tarde, cuando caminaba yo solo, de vuelta a casa por uno de aquellos larguísimos pasillos, comprendí que hubiera sido una innecesaria redundancia, como una postiza moralina de película malorra. Además, que era un guiño culturalista perfectamente estúpido. Tenía en la cabeza, como en una pantalla simultánea, el surtido repertorio de incidentes del día, esa avalancha de Vida que a la mía había alcanzado: sol de noviembre en el rostro-balada agridulce de Jimmy-love story subterráneo-aeronáuticos recuerdos-reencuentro con los camaradas facultativos-el festín de Juan Luis-la lluvia en el rostro-el ciclópeo ciego-la melé de los abrazos-los adioses.
Ya no estaban conmigo los míticos sabios griegos, mis amigos, arrancados de la película del Pasado para hacerse de carne y hueso ante mis ojos, problemáticos y cómplices al tiempo, como la misma Vida lo es. Les echaba ya mismo de menos. Me sentía de nuevo, como a la ida, a la vez dichoso y apesadumbrado en extremo. Quería y no quería regresar a casa. Pero, ¿querrás saber, lector, cuál era de verdad la canción cuyos compases martilleaban una y otra vez las paredes de mi perola, que tenía yo que reprimirme las ganas de ponerme a saltar y cantarla como loco por entre aquellos laberínticos corredores metropolitanos plagados de conciudadanos míos? ¡Los Manolos! Ese temazo suyo, los amigos para siempreeeeeh. En fin, sea.
9 comentarios:
genial post, un blog muy divertido. Un abrazo
Sergio
Muy bien..la verdad que amigos para siempre..es un buen lema..y con los mios me ocurre eso..puedo estar mil años sin verlos..pero la verdadera amistad no se pierde..un abrazo desde Murcia..te dejo a mis dos bichos...me encantarñia tenber a la Duquesa de Alba como amiga..de momento ya sacó a uno de la crisis..jejejej
La palabra amigo es una de esas cosas curiosas de la vida, que cuando se usa mucho se devalúa. Amigo es algo muy grande, muy gordo para llamárselo a cualquiera. Y sin embargo, los amigos son imprescindibles, pocos, pero necesarios, lo mejor que te da esta vida.
Un abrazo
Ya lo dicen que quién tiene un amigo tiene un tesoro. Saludos.
Opinión personal: Los amigos "profundos" suelen ser los que nacieron en la infancia (para siempre). Pasan los años y seguimos con sensaciones de aquel paraíso perdido. Los de la primera juventud, también. Los de universidad...son interesados, polémicos, egoístas...En algunos casos sentidos, por haber compartido vivencias llenas de "tremendas durezas". Mi opinión.
Buena entrega Amigo.
Buen final...
Amigos para siempre....
UN ABRAZO!!!!
Buen titular "amigos para siempre" ¿los qué se marchan y te dejan con el ciego? Esos no pueden ser amigos. Ser amigo es algo más serio y como dice Sostrato de Cnido "amigo es algo muy grande" para llamárselo a cualquiera ¿no cree? Esos son sólo amigotes. Saludos
¡Bien está lo que bien acaba!
Para canciones, te recomiendo "Querido amigo", de Toquinho.
Enhorabuena, colega.
Los buenos amigos escasean como las piedras preciosas, por lo que siempre se cotizan al alza.Cuando se consigue una de estas hay que guardarla en lugar seguro y cuiedarla para que no se deteriore.
Un abrazo.
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