Hace mil años, cuando estudiaba Políticas,
polemizaba un día con un buen amigo acerca de nuestras respectivas ideas. Él –más
joven que yo, que ya era todo un licenciado en Periodismo- trataba de venderme su ideal izquierdista del Pueblo por aquí, el Pueblo por allá, y todas esas
logomaquias tan hermosas como emocionantes en que sobre todo consiste ese
credo: un mundo en el que reinen la igualdad, la fraternidad, el altruismo, la
entrega a los demás, la solidaridad, la paz, la justicia, la bondad, el
socialismo, el todos juntos… los Universales
del Bien, vamos, que ellos enseguida, como un ramillete de fragantes rosas
sin espinas, te arrojan a la cara.
Apenas le replicaba yo con templado escepticismo sobre la naturaleza
humana y con mi convicción de que, a trasmano de las Grandes Palabras, es siempre mejor, en la medida de lo posible,
alejar las emociones de lo colectivo, de la Política, pues es sabido que
también ahí del amor al odio hay sólo un paso, y que me parecía preferible, por
parecerme la menos dañina de todas, una sociedad abierta, representativa,
basada en la ley, en la separación de poderes y en la iniciativa individual, es
decir, las aburridas, frías y antipáticas recetas
liberales de siempre, tan poco sugestivas y enardecedoras, sobre todo para
un joven, que tiende a suplir su lógica falta de conocimiento con sobredosis de
fanatismo.
Tampoco el liberalismo tiene soluciones para todo, porque no existe una
ideología que absorba la complejidad del mundo, y siempre la injusticia y el
mal, que es preciso tratar de aminorar, acompañarán a los hombres, al menos mientras sigan siendo hombres. Le vendía yo la evolución y no la Revolución, vamos, que deviene siempre –por su propia naturaleza
coercitiva, por su ineludible germen totalitario- en tiranía y miseria,
aliñadas eso sí con un colectivo lavado de cerebro que impide incluso la
conciencia de las mismas.
Me dijo entonces mi amigo, “José
Antonio, te reconozco que el verdadero Socialismo
sólo sería posible si los hombres fueran perfectos; tienes que reconocerme tú
que mis ideas socialistas son superiores éticamente a las tuyas y más
necesarias”. Le dije yo al cabo de unos instantes: “Pero de lo que se trata
precisamente es de administrar lo más sabiamente posible, de la forma menos
nociva en potencia, la imperfección humana, las espinas que tiene la rosa. Si
los hombres fueran perfectos, si lo fueran, maldita la falta que nos haría el
Socialismo, y todas las ideologías”. Y la
verdad es que no conseguí convencerle de nada.
(me permito recomendar a quienes aquí
recalen el por nada perderse el post de mañana)
Post/post: gracias a Winnie0, a Juante, a Inmaculada Moreno H, a El Fugitivo, a Santi, a BEGO, a George Orwell, a Fran, a CLAVE, a mybuscador, a DORAMAS por completar este blog, con sus opiniones, que siempre que sean respetuosas son bienvenidas, e invitan siempre a pensar, esa actividad en general tan beneficiosa como la lluvia que ahora mismo sobre los madriles cae, GRACIAS.
8 comentarios:
Lúcida entrada. Suscribo todo lo que dices y, desde luego, procuraré no perderme la de mañana.
Los radicalismos son refractarios a la lógica.Un saludo.
Una de las cosas más deleZnables de las gentes de izquierda es su desmedido e indisimulado afán por el "intervencionismo", en cualquiera de sus facetas y formas, para que el fin justifique los medios.
Pero el intervencionismo, per se, es una acción violenta, violadora de la persona, que distingue a quien tenga la temeridad de llevarla a cabo, no solo como a un ser abyecto sino ruin. El liberalismo, al menos, cuando no es intervencionista como el troskysmo, aspira al respeto de la gente, a dajarlas en paz y a reconocer honradamente sus valores connaturales.
Seguro, seguro, seguro, que no me pierdo la entrada de mañana.Saludos
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN 04/11/2012
Esta noticia pertenece a la edición en papel de El Periódico de Aragón.
Caja Inmaculada ha presentado una querella contra el exdirector general de la entidad, Tomás García Montes, por presuntos delitos de apropiación indebida y administración desleal. La denuncia, que fue presentada el pasado lunes y ha recaído en el juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza, también va dirigida contra la esposa de García Montes, el que fuera responsable de CAI Inmuebles para la zona centro y sur de España, Javier Alfaro, y contra el abogado, empresario y exconsejero de la Junta de Andalucía, Ramón Marrero. Este último fue socio en diversos negocios inmobiliarios de CAI en Andalucía.
Alfaro y Marrero terminaron su relación con la entidad poco después del cese de García Montes en el año 2009. El primero, como empleado, y el segundo, como socio.
En la presentación de la querella --adelantada ayer por Heraldo de Aragón-, la caja denuncia un viaje privado realizado a Egipto por García Montes cuyas facturas se pasaron a la entidad. Además, se incluye la compra de dos pisos, uno para el exdirector general y otro para Alfaro, de una promoción de la caja que adquirieron con una rebaja de 50%.
La juez tendrá que decidir ahora si admite a trámite la querella. El exdirectivo ya se enfrentó a la entidad el año pasado por el pago de su indemnización. Desde que García Montes dejó la dirección en el 2009, la entidad ha tenido que abonar mensualmente una cantidad de dinero tras su salida. Además, en las cuentas anuales correspondientes a ese año, CAI consignó 4,2 millones de euros de provisión para poder costear su indemnización. No obstante, la entidad aragonesa dejó de pagar las cantidades pactadas al considerar que había causa para ello por supuestas irregularidades, por lo que García Montes demandó a CAI por incumplimiento del contrato. Un año después, un juzgado de lo Social de Zaragoza dio la razón al exdirector general.
(Ignoro si este señor tenía ideas socialistas)
¡Oh, perdón! Aún tengo que abusar de su confianza, me he dejado una pequeña nota que terminaba este comentario -entrada en mi blog- y que también deseo adjuntar:
(Esta entrada está dedicada a todos los empleados de los bancos que, necesitando ayudas de la comunidad europea, van a ser despedidos aplicando la ley de 20 días por año trabajado con un máximo de una anualidad, según pretensión de la troika. Ruego se compare esa indemnización -personas que nunca encontrarán otro empleo por encontrarse con más de 50 años y habiendo trabajado para sus entidades entre 30 y 38 años- con la provisión de más de cuatro millones de euros que tuvo que hacer la entidad citada para la indemnización de un "empleado" que fuera cesado por el Consejo de Administración y sobre el que recae ahora una querella y habienod trabajado en la misma unos pocos años)
Como dice el señor Juante "el liberalismo (...) aspira al respeto de la gente, a dejarlas en paz..." Claro que sí, que dejen en paz a D. Tomás García y adláteres, así como a los Consejos de Administración y los obreros (la mayoría troskystas como ya se sabe) que se las apañen si ha pasado algo.
Menos mal que en diciembre es el fin del mundo.
Gracias por publicarlo.
Llego tarde. No obstante suscribo lo que dices; ninguna ideología es perfecta. A veces soy liberal, otras soy intervencionista, las más me pierdo en un mar de dudas. Creo que estoy cerca de la ideología perfecta.
El mundo se ha vuelto tan complejo que hoy día Keynes y Smith, se hartarían de decir chorradas por Twitter. Es posible que la iniciativa personal mueva el mundo, pero también es posible que acabe con él.
No me fío ni un pelo de la especie humana. Incluso los Japoneses construyeron una Central Nuclear en terreno Sismico. Y siguiendo ese razonamiento no me fío de quienes controlan; el intervencionismo (Prohibiendo y controlando por ejemplo que no se vendan más entradas de las que permite un aforo) es necesario y en nada debería perjudicar, sino fomentar, la iniciativa privada.
QUERIDO AMIGO LLEVO DIAS SIN PODER DEJARTE UN COMENTARIO POR QUE SI HAS PASADO HABRAS VISTO QUE DIRECTAMENTE ME HAN ELIMINADO PARA QUE NADIE LEA NADA EN FIN SON COSAS QUE PASAN CUANDO UNO TRATA DE PICAR ALTO SALUDARTE Y DEJARTE MI NUEVA CASA A TU DISPOSICION UN ABRAZO MAESTRO
http://hawai05.wordpress.com/
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