El problema es comprender, en clave político-psicoanalítica, cómo al borde de los 70 años este siniestro ex -espía del KGB, tras más de 20 okupando a lo bestia el trono del Poder asesinando opositores, tras haber mostrado en esos años la cara más amable que a cada momento le convenía (ora amigo de Occidente, ora devoto patriota, ora tradicionalista y de las jons), tras haber, por tanto, acumulado toda la experiencia posible sobre la responsabilidad del Poder mundial, se quita ahora de verdad la máscara y, más allá de como solía, limitando los daños, apoyar como toda potencia en la Historia a la guerrilla afín en tal sitio, justo a estas edades, con la terrible #Covid aún diezmando vidas a lo largo de toda la Madre Tierra, desenfunda este brutal ardor guerrero de la invasión de #Ucrania, que de sobra sabe él supone el incendio del mundo entero y el colocarlo muy cerca del precipicio de una #TerceraGuerraMundial.
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