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domingo, 15 de enero de 2012

El oráculo de mi impericia NUEVE


    El de Metro, superado por mi súbito trabalenguas, de pronto palideció, arqueó delante de mí las cejas… y estalló en carcajadas. Se tapaba la cara con las manos. Las risas es que le doblaban los riñones. “Pero qué cabrón, ja, ja,já,  qué guasa gasta aquí el intelectual, el desencabronador que le… anda, vamos pallá, tira, salao”  todo eso me dijo, y enfiló, y yo tras él, los más de cien metros que en diagonal casi nos distanciaban del gesticulante ciego. Avanzábamos entre la riada de gente, temiéndome yo lo peor, que algún inocente yaciera ya espachurrado bajo la infernal máquina de los billetes.
     
    En realidad, el hombre, después de arrear un par de derechazos a la máquina, había permanecido allí, aunque con inalterado gesto de iracundo desagrado sobre las pupilas opalescentes, como el funesto oráculo de mi impericia. El de Metro extrajo de su propio monedero el importe, sacó los billetes y se los dio al ciego. “Más tarde recuperaré la guita” farfulló el metrero.
     
    No sé, hubiera querido abrazarme entonces, aunque ni en sueños podría abarcarle en toda su contextura, a aquel coloso que no podía verme, disculparme así por mi torpeza y ofrecerle la reparación de mi olor a vino elitista sobre el suyo guerrillero. Pero elevó él su puño cerrado sobre mi cabeza de chorlito y fue como si más aún  clavara las pupilas blanquecinas, surcadas ahora por tensos afluentes azulados, en las mías. “Gracias, pero me ha hecho usted perder diez minutos preciosos, a ver si la próxima vez nos fijamos un poco más, so huevón ”, masculló el ciego y desapareció tras los tornos. “Habrá quedado con la tronca” me apuntó el sonrosado metrero, encogiendo los hombros con gesto de coña añadido. Le agradecí su vital actuación, y volvió éste sobre sus pasos, tronchándose en un espasmo de risa a  mitad del camino, no sé si acordándose de mi speech desesperado, o de las desaladas trazas mías.
     Bueno, el jodido ciego estaba al fin a salvo. Y yo también. Saqué mi billete, pasé el torno y…CONTINUARÁ

6 comentarios:

CARLOS CC dijo...

Como la mayoría ya sabéis, desde hace 4 años el Rebuznómetro tiene instituido el premio "Libertad de expresión en la red" que se concede por votación popular.
Desde hoy, y hasta el próximo domingo, día 22, todo aquel que lo desee puede proponer el Blog que considere merecedor del premio para posteriormente someterlos a votación.
Este año la votación se hará de forma diferente para evitar el multivoto, los robots y los proxys.

Gracias por vuestra participación.
Un abrazo.

http://rebuznometro.blogspot.com/2012/01/premio-libertad-de-expresion-en-la-red.html

Unknown dijo...

Que cosas te pasan José Antonio. Alguna vez tendrás que contarnos de donde sacas todo ese tiempo para vivir tales experiencias, porque lo que es yo casi que no tengo tiempo ni de actualizar el blog.

Un saludazo.

Monica dijo...

genial...Esperamos desesperadamente la díez, seguro que es la refinitiva. Saludos

Anónimo dijo...

Saluditos maestro.

LaCuarent dijo...

Aqui espero su continuidad caballero

Un beso bloggero

Javir dijo...

No se pare usted, amigo, que aún albergo la esperanza de ver un final con vaso ancho y tres cubitos de hielo