Amo los libros, su simple factura de producto real, tangible y acabado, indiscutible. Siempre me ha encantado tener entre las manos los libros que más he venerado, llevarlos conmigo, estrecharlos junto al pecho y gastarlos con el trajín de mis dedos, manosearlos, subrayarlos, pasar sus páginas, acariciarles el lomo, recorrer con las yemas su portada, aviejarlos conmigo, no acabar de soltarlos. Creo apresar mejor así el propio alma de quien lo escribió, como si con el objeto libro se sustanciara la misma.
Cualquiera de esos libros escogidos pasa a ser así la propia extensión física de uno mismo, el mix y la unión que uno hace entre la persona del escritor admirado y la propia, esa simbiosis mágica entre lo que te da y lo que tú le pones a una obra, que se materializa en el roce con el libro, que conserva así el tacto y las huellas dactilares de quien lo lee, y lo vive, latentes entre sus hojas, y como tales los aprecia. “Tengo entre las manos…”, casi sin darnos cuenta decimos de un asunto que en verdad nos conmociona.
Imposible en cambio abrazar la fría pantalla que soporta un blog. Pues la querencia por el libro es prueba también de la especial predilección que siente uno hacia el sentido del tacto, como si las cosas que más nos entusiasman, sí, nos pasaran primero a través de los ojos, claro, pero la prueba del nueve de la auténtica confirmación de su valía ha de pasar por el fielato del tacto y del contacto al acariciarlos, al acunarlos y hacerlos así un poco nuestros, cautivos entre las amapolas de las manos. Por eso desde el primer momento así ideé, así imaginé y así concebí mis HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS, como libro/libro.
CONTINÚA LA FERIA DEL LIBRO: Lo mejor de la Feria del Libro
es… que ofrece la excusa perfecta para poder hablar de los libros. También en la Ciberesfera puede celebrarse la Fiesta anual del Libro. Es un
buen momento para que los amigos
verdaderos se acuerden y se regalen o regalen el libro del amigo escritor a
quien siguen, con quien a diario disfrutan, se emocionan o razonan. En fin.
Cómo calibrar la ilusión inconmensurable
con que acuden los autores humildes a la anual celebración del Libro: con la misma alegría esperanzada con la que
los niños pobres en los días de viento extienden sus cometas multicolores hacia
los cielos. Acuérdate de mí, amiga, amigo. No me desees suerte, por favor. Son
10 euros. Solicítalo en josemp1961@yahoo.es
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