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lunes, 26 de marzo de 2012

Lejos del olvido

    
    De manera que lo que a uno de verdad/de verdad le gustaría es tener el don suficiente para subirse a un escenario a la vera de Eva Amaral y cantarle a ella, bueno, y que ella me cantara a mí, téte a téte, bis a bis, mano a mano, boca a boca, ya de paso cantarles los dos al mundo entero esta canción tan bonita, envolverme en Eva, junto al flanco azul de su voz que es caricia y fermento a la vez, murmullo y acicate, ola y espuma, quedarme un instante eterno ahí, preso en la telaraña de su melodía, que le canta al olvido, a la necesidad y a la fatalidad del Olvido, más presente hoy que nunca ese miedo, pues es el olvido el terrible fantasma que a todos nos acecha hoy, el perder del todo la memoria, la trayectoria y el sentido de lo que somos, en una sociedad expuesta a tal alud de información y de estímulos diarios que nos hace perder la memoria esencial de las cosas, que vivimos ya un poco como los robots que telemanejan este lío, expuestos a una instantaneidad electrónica de flashes que nos alumbran y atontan como a búhos atolondrados por un foco de sensaciones epidérmicas, y por eso de sobra se sabe que tiene internet, esta Galaxia de la Ciberesfera, la memoria de un pez, que nada vale nada porque nadie recuerda luego nada, las redes sociales que nada de verdad atrapan, en un libro hay páginas, capítulos, un proceso en marcha, un ciclo que se abre y se cierra, que se cumple, las pantallas son sólo parpadeo y olvido, y olvido… y así le canta Eva con aparente contención inicial, en tono autoirónico, a la pérdida de la propia identidad (olvido mi nombre, a los que he odiado, a los que he querido, el paso cambiado de las estaciones, mi propio reflejo cayó en el olvido)  solo que, remontar la corriente de ese río del olvido implica paradójicamente el empezar a recordar, literalmente re-cordare, traer de nuevo al corazón, pasarlo por él, y empieza así, puede que sin pretenderlo, a vadearse la propia memoria del dolor verdadero (olvido la madre que nunca he sido, las vidas ajenas que no he vivido, todos los mitos que se me han caído, motivos me sobran para asesinar a algunos fantasmas a golpe de olvido) para darse de bruces al cabo con la fuente misma de la que mana la vida y la que le otorga sentido y la mantiene en pie, ese misterioso, que tanto puede ser la madre, el padre, el amigo, la persona amada, un tú crucial en todo caso, que puede tanto habitar este mundo como no hacerlo ya, por más que se halle ese tú  presentísimo más que cualquier otra cosa, y que en la ya dolorida indagación de Eva comparece insoslayable (pero tú eres lo ÚLTIMO que veo antes de vencerme al sueño –metáfora de la muerte- SIEMPRE estás conmigo en una dimensión, lejos del olvido) y entonces, arrancada y aflorada esta verdad última y trascendental, definitiva, su incalculable tesoro, y con el mismo la necesidad vital de no perderlo jamás, ese riesgo al acecho hoy, sólo le queda al autor, al cantante, a cada uno de nosotros que la cantamos, explotar y vaciarse en ese crucial desgarramiento y clamar, como si se cantara con las entrañas, sólo por conjurar ese terror, que es grito y súplica y llanto y aullido y promesa, todo a la vez, encontrarnos lejos del olvido, lejos del olvido, lejos del olvido, lejos del Olvido, .

8 comentarios:

Marina Puente Villanueva dijo...

Me encanta Amaral! Pero desde siempre la verdad! Siempre la tengo en el coche :D

Te invito que te pases por mi blog que estoy de sorteo y puedes participar ! Bsts
http://caminodelapreparacion.blogspot.com.es/2012/03/sorteo-fotohistoria-animaros-participar.html

Juan Carlos dijo...

¡Caray! Esto sí que es un homenaje y lo demás son cuentos.
Salu2

Rita dijo...

Me gusta mucho Amaral.El tema del "olvido" ya no tanto, para mí es sinónimo de muerte. Si no tenemos memoria no somos nada.

Un abrazo

Winnie dijo...

No es de mis temas favoritos de Amaral...Pero te ha quedado una reseña homenaje fantástica. Un beso José Antonio

La sonrisa de Hiperion dijo...

De nuevo por tu casa amigo.

Saludos y un abrazo.

Unknown dijo...

Un buen homenaje para algo tan tenebroso cómo olvidar... Quien soy, que hago, porque estoy aqui. Espero que no te olvides de los amigos y de los que tanto te estimamos.

Un saludazo.

Dafne Caligari dijo...

A mi Kayla cantante nunca le escribieron semejantes maravillas... Se va de morros torcidos, la envidiosa.

A mi Kayla más dulce le encanta Amaral y confiesa tener todos sus discos.

Un beso mientras te canto ( o dos)

David Cotos dijo...

Me puse a pensar en que en el escenario ella da todo.
Saludos
David
Pd: He escrito un cuento en mi blog, cuando tengas un tiempito visitame.