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viernes, 9 de mayo de 2014

La consagración de Máximo Pradera

   


   Se veía venir. Podrá Cristina Cifuentes dar los RTs que quiera a Máximo Pradera, pero como sobre el Figura aventuramos en este mísero blog, para vergüenza de estos tiempos aciagos, la Mugre que le constituye terminó por alcanzar ya su esplendor. Pradera, ese genio de los espíritus, acaba de protagonizar otro bochornoso numerito, un acto de bravuconería estalinista que muy bien le retrata. Si así de violento se las gasta con los mismos compañeros de trabajo, qué no haría, de poder él, llegado el caso, con los oponentes.
   
   Mientras que a quienes él afrenta han de abandonar los medios, lo de Pradera, signo de los tiempos, es una irresistible ascensión… a la caverna. Oh, qué humanistas valores resplandecen en los más insignes y progresistas Comunicadores, qué ejemplo moral rebozan ellos por toda la cara a la sociedad.  
   
   Tiene también el TW, otras veces lo tengo escrito, algo de extraño suero de la verdad que sobre todo a las CELEBRITIES desenmascara, y seguir por el mismo el curso del sórdido episodio es adentrarse boquiabierto en el Mekong de un desquiciante hedor. Así lo cuenta en su TW el agredido, Antonio Naranjo:
     -“Ayer, Pradera me dijo en antena: “Te tendré que arrancar la cabeza”. Creí que era una broma. Al terminar, fuera de micro y con testigos, Pradera se abalanzó contra mí puño en alto, gritando e insultándome. No daba crédito. Me empujó y me dijo chillando, puño en alto: Peso más de 100 kilos y soy más alto que tú. Te voy a reventar. No me insultes. Siguió acusando e insultando. Puse 1 mano en el hombro, con afecto casi, y dije: “Cálmate, estamos en el trabajo. Vaya espectáculo”. Me dio más manotazos. No me moví de su lado, sin temor alguno pero sin respuesta física. Tras amenazarme e insultarme más, salió a voces de Onda Cero. Con testigos. En la calle pude decirle que, ya allí, no podía consentirle la violencia. Huyó. Pradera se subió al coche, y ya desde allí y en marcha, bajó la calle a toda prisa, con la ventanilla bajada e insultando más aún. He sido agredido física y verbalmente, con testigos y en el estudio por Máximo Pradera. Tras tres semanas de acosos. Pradera se ríe del 11-M, señala domicilios de periodistas, vacila a Cifuentes tras un accidente y se mofa de Suárez. Ahora, además pega. Le he tratado como un amigo y le he defendido mil veces. Él lo sabe. Pero se ha acabado. No soy una tapadera de agresores violentos.
   
   Y ya de forma directa a él dirigiéndose: “Me das mucha pena, chaval. Yo te apreciaba un montón. Consulta a un especialista. Lo necesitas Máximo. Mucho.” Antonio Naranjo tiene 13 mil seguidores en TW.
    
   ¿Y la versión del genio? Máximo Pradera cuenta con más de 59 mil seguidores en TW. Va Pradera:
     -“Los mediocres sin talento al servicio del poder necesitan montar tanganas para que se hable de ellos. Ni puto caso. ¿Alguien se cree que si yo hubiera agredido al Gran Mediocre no se habría ido al juzgado a denunciarlo? La alegría infinita de no tener que aguantar nunca más a un loro radiofónico sin sustancia ni fundamento. Ni puto caso. Yo pesaré cien kilos, pero no tengo ni media hostia, je je. Sólo soy un cincuentón asmático. Los matones difaman en Twitter para conseguir que a los adversarios con los que no pueden en el debate los echen de los medios. Ni puto caso”.

     
   No es necesario comentar nada, lector. Se trasluce a distancia uno y otro estilo, una y otra persona. Larga vida y más largo éxito, pues, al agresor de la Pradera, que es que vas que te sales, tío. 





LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

lunes, 7 de abril de 2014

Cuando Máximo Pradera quiso doblarle la mano a Ángel Carromero

     


   La misma asombrosa noche del jaleo del retuiteo entre Máximo Pradera y Cristina Cifuentes, comparecía también en El Cascabel de 13TV Ángel Carromero. Presentaba en la tertulia su libro “Muerte bajo sospecha”. Cómo era previsible, dados los humanistas valores que lo tapizan, Pradera se fue derechito a por él. Quiso simbólicamente navajearle. Sabemos de sobra que la Izquierda, tan demócrata, es una soberbia Fábrica en sesión continua de Héroes y de Demonios, y sabemos que desde el principio puso a Carromero en su lista negra, mientras la Derecha, en general, inmensa fábrica de vergonzante silencio es.
     
   Narraba Carromero la terrible odisea por él vivida en las macabras mazmorras castristas, que tanto, incluso físicamente, le ha costado, a cuenta del dudoso accidente que se cobrara la vida del principal opositor de la Tiranía Castrona, 55 años ya de dictadura, se dice pronto, Oswaldo Payá. Desde el primer momento contó Carromero con el apoyo de la familia Payá, convencidos como están ellos de haber sido víctimas –una más entre las miles que se cuentan- de un asesinato político desde el Poder ordenado.
      
   Le llegó el turno de hablar a Pradera. ¿Solidarizarse un poco con todo lo pasado por Carromero? ¿Condenar en algo la Dictadura castrona? ¿Felicitarle al menos por el libro? ¡Sí, hombre! Sin más mediar le arrimó desde ya la faca en la yugular:
    
   -“Yo soy escritor, tengo varios libros publicados, alguno traducido a idioma extranjero  (oh, manitú, el Gran Pradera presumido) .Tengo una curiosidad técnica… Cómo ha conseguido usted, este es su primer libro, armonizar el enorme esfuerzo que supone escribir un libro con el ingente trabajo que tiene de asesor en el grupo municipal del PP, que la gente, de ese trabajo dice, “ufff, es como si te mandaran a galeras, muchacho”. (ademán ridiculizador de Pradera en subrayado gestual)
    Sólo que Carromero en ningún momento se le puso de lado:

  -“Hay mucha gente que me insulta, que en las redes me amenaza de muerte… y uno de los muchos comentarios, todos malsonantes, que has escrito en Twitter sobre mí, a mi juicio, era este… Empecé a escribir el libro prácticamente desde que volví, ¿por qué?, una de las cosas que me dijeron que hiciera, porque me iba a venir bien, es que escribiera todo lo que recordara, que expulsase, que echara fuera todo el dolor que había acumulado durante seis meses. He tardado ocho meses en hacerlo, y es que uno de los trabajos que hacemos los asesores es escribir, y escribimos muchos informes, y me parece que es muy innoble desprestigiar a mucha gente que trabaja muchísimas horas poniendo todo su interés. Como uno de mis trabajos desde que he empezado ha sido escribir, pues me ha sido bastante sencillo escribirlo, porque además es un libro que NO me han escrito…
   
   Le interrumpió Pradera. Nada del libro le interesaba, queda claro. Quería sólo y  como fuera alancear a Carromero , así es que fue y le espetó:
     
   -Dos, dos iniciativas del grupo municipal popular a lo largo de la legislatura: una sobre los toros y otra sobre el Día Internacional de la Mujer.
       -También explico si quieres que cuando el partido sustenta al gobierno municipal, lógicamente no hacemos iniciativas, tomamos acciones de gobierno.

       
   Ya gran Pradera tras esto enmudeció. Esa fue toda la humana curiosidad que el libro sobre la dictadura castrista y sobre la muerte de Oswaldo Payá en Pradera despertó. Qué valores los suyos, sí. 




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domingo, 6 de abril de 2014

Y Cristina Cifuentes entonces le dio un RT a Máximo Pradera

   


   Máximo Pradera, ese fino humanista del más profundo Pensamiento, cuya sutil divisa es “yo reivindico la superioridad moral de la Izquierda: la Izquierda defiende valores, la Derecha defiende intereses”, días después de los incidentes violentos de este 22-M, tuiteaba a sus cincuenta y muchos mil seguidores:
     -“Me voy para El Cascabel 13 TV. Special Guest Star Tonight: Cristina Cifuentes”.
    
   Pero qué gracioso es él, pensé. Que Cristina Cifuentes será toda una estrella, vale, pero la luz que irradia Pradera no es menor, y también en lo más alto del firmamento mediático luce él. Que uno supiera se trataba ésta de la primera vez en que coincidían ambos en el estudio tras el grave accidente de ella. Cómo no recordar entonces el resplandeciente tuit que al efecto desplegó Pradera entonces, cuando el tremendo alcance del mismo no estaba claro:
     -“La vida de Cristina Cifuentes no corre peligro. Ojalá muchos madrileños pudieran decir lo mismo”.
     
   Se fue aquella misma noche Pradera a 13TV y depuso allí “… que Cristina Cifuentes es una persona muy agresiva, que ha generado mucho odio” y por ello dijo “humanamente comprender” el vendaval de odio que a través de Twitter la Izquierda Ultra desató, deseando a grito pelado la muerte de Cifuentes, como ya deseó a voces la aceleración mortal del cáncer que padeció Esperanza Aguirre. Ahondó días después sobre el tema en su blog el Artista arborescente:
     -“Es evidente que los miles de personas que han deseado, botella de champán en mano, que el ingreso hospitalario de Cifuentes –motivado, recordémoslo, por su propia imprudencia, culminara en su fallecimiento no estaban añorando la muerte de un ser humano, sino la desaparición de un torturador callejero”.
   
   Creo que rebrillan bien nítidas las lindezas que él le dedica, así como el fulgor –en tantas otras ocasiones aquilatado- de ese noble estilo humano, demasiado humano que en Pradera titila. Acaso un poco por todo esto tenía su “aquel” el televisivo encuentro, junto a varios comentaristas más, que a ambos reunía. ¿No le harías tú, lector, de haberte ocurrido eso a ti, al menos un par de consideraciones al Artista arborescente?
   
   Quizás no le apetezca a Cifuentes remover el asunto. Ignoro del todo, claro, sus motivos, o sus “intereses”, que diría Pradera. Ni la más mínima explicación ella le pidió, ni el menor comentario alusivo hicieron. De forma abracadabrante esa noche se sacó entonces de la manga Pradera un patético speech, del todo insólito en tan humanista persona, de repente en las antípodas de las masas indignadas situado, acerca de “las hostias como panes, a lo Chuck Norris, que en situaciones así debe repartir la Policía, mi policía”. Pues vaya, los finos valores que defiende aquí el Señorito progre, pensaba uno.

     
   Para compensar el número zarzuelero que se había marcado, Pradera depuso a continuación en vivo que “Ana Botella se piensa que Cristina Cifuentes es su chacha policial”, cruda imprecación contra la Alcaldesa madrileña ante la que Cifuentes, por la razón que fuera, por los “intereses” que fuera, que diría Pradera, no desplegó los labios. Pero es que antes Cristina Cifuentes había retuiteado a sus cincuenta y muchos mil seguidores en Twitter el tuit de Pradera que la anunciaba en el programa. Es decir, quiso Cifuentes que todos sus seguidores supieran la buena nueva de que en esa tele de esa guisa estelar así Pradera la presentaba. Cifuentes sabrá. Más que yo, de todas todas. Desde luego, ni en los mejores capítulos de La Casa de la Pradera pudo verse cosa igual, es todo lo que digo yo. 



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jueves, 13 de marzo de 2014

¡Más Max Pradera, es la Izquierda Ultra! (Nuevo Capítulo)

     

   Asomarse al Twitter del hijo de papá Máximo Pradera (57 000 seguidores) es paladear la escritura propia de un redomado badulaque, que pasaría inadvertida de no ser por el renombre y las privilegiadas colaboraciones que el prenda sobre sí atesora, incluso, vade retro, en medios conservadores. Existen anónimos tuiteros a mansalva que sin recompensa, cada día, con más cacumen e ingenio que Don Max, con la misma o distinta orientación a la de Pradera, mucha mejor obra que la suya para todos gratis et amore dejan. Así de injusta es esta podrida sociedad capitalista, que a menudo eleva a la cima de sus status a quienes con más regusto la ejecutarían. Las gansadas de Pradera interesan además por resumir muy bien el meollo del sentir de esa Izquierda Ultra y forretis que en nuestro país por todo lo alto triunfa.
      
   Decidió Pradera –acaso para que su espuria Fama, y las plusvalías anejas a la misma, no decaigan- liarla parda en la señalada fecha del 11-M. Esta tirao para él, tal es el brillo cegador de su popularidad, conseguir eso. Tiene sólo que lanzar una de sus mamarrachadas habituales, y la idiota era de las celebrities que vivimos se encarga de hacer el resto. Allá que se lanzó el crack:
   -Mi mejor recuerdo tras el 11-M: rodeamos Génova 13 y vimos asomarse a Rajoy, completamente descompuesto. No podía salir a la calle.
          
   Ahí está, palmaria, obscena y cristalina a la vez, la demostración de que, incluso de bruces en la peor Tragedia de nuestra historia democrática, antes que ningún otro sentimiento es el puro Odio lo que les mueve. Eso es -en medio de la lluvia de cuerpos destrozados- lo que mejor recuerda Super Pradera de aquel día, su genuina aportación, la que verifica su natural bondad, eso, el incluirse él personalísimamente en la heroicidad de rodear la sede y el ver junto a todos aquellos héroes a Rajoy del todo derrumbado. Obsérvese que, en la mejor lógica izquierdista de entonces, no se destina esa aversión extrema a los asesinos que cometieron el atentado –ni un tuit a ellos dedicado-, casi constituyen estos la excusa perfecta para dar rienda suelta al indudable humanismo que en estos grandes corazones late.
     
   Una vez liada parda, socarrón y a todos superior, también él mismo se regodea, en la efusión que le acarrean sus particulares nueces sacudidas:
    -El placer que me produce haber revuelto las tripas del facherío sólo por decir lo emocionante del cerco a Génova del 13-M es INCONMENSURABLE.
    Que disfruta el Héroe de la casquería como poseso revolviéndole las tripas al personal facha, vamos, que en ese erotismo de los higadillos debe cifrarse ahora el compromiso de la Figura Pública. ¿Facherío, dices? Espera, espera, que baja al TW ahora Andrés Aberasturi, progre ma non troppo, a darle aunque sólo sea un pellizco al badulaque de los placeres:
     -Yo no tengo ningún mejor recuerdo tras el 11M, también en eso me diferencio de Max Pradera. Menos mal.
    
   ¿Qué esperaría Aberasturi que Pradera le respondiera? Será Aberasturi uno de los grandes del Periodismo, pero el gran Pradera ni el más elemental respeto le guarda:
     -Esfúmate
      Nada más que eso le escupe. Qué educación para la ciudadanía… tuitera. Y brindando al sol, para todos añade a continuación muy torero Pradera:
     -Voy a empezar a cobrar en Twitter. Cientos de individuos necesitan compararse conmigo para sentirse bellísimas personas.
     
   Aprovecha más tarde Pradera una respuesta light de Aberasturi para restregarle en público una penosa querella particular, con la finada Concha García Campoy por medio puesta, qué emoción otra vez, qué estilo tan inenarrable. Bueno, pues Aberasturi, rodeado y algo descompuesto como Rajoy aquel día, va y se achanta. “Da igual”, acaba por decirle. Sólo que Pradera, anda ya empalmado: “Fue TAN ridículo que para no hacer más sangre, no contaré LOS DETALLES”, así le descabella. Más placer para Pradera. Ha de andar que se sale el Señor.

     
   Le toca al día siguiente la colaboración en el debate de 13TV, El Cascabel, los numeritos que allí se monta él. Max Pradera y Abundio, dirás, lo que quieras, pero mucho más tontos los de esa tele, pues si por la tarde en Onda Cero los denigra como“televisión de la caverna”, no dejan en esa cueva de darle cancha y de allí sus buenos euros que el Figura trinca. En fin, uno de los emblemas del Reinado de la Mugre,  Pradera Superstar.




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jueves, 10 de octubre de 2013

Máximo Pradera tampoco fue nunca de derechas



   Lo soltó tan ancho como pancho don Máximo Pradera, esa lumbrera, en el debate de la telefacha de los curas, al que con asiduidad le convocan: “Por supuesto que reivindico la superioridad moral de la izquierda: la Izquierda defiende valores, la Derecha defiende intereses”.  Oye, que el resto de los contertulios, progres o retros, ante el aserto praderiano, es que allí se quedaron de pronto mudos. Clavó su pica Pradera en la casa de los Obispos. Toma Pradera, que diría el Rockefeller de Jose Luis Moreno. Too much, Pradera, debió al menos soltarle alguno de los concelebrantes.
  
   La Casta Lista, incluso entre los más babiecas de los miembros que conforman su nomenklatura, es más que perita en efectistas formulaciones lapidarias como esta. Ese eslogan tan conciso, tan nítido, tan fulminantemente maniqueo, es seguro que como una flecha prende, sobre el terreno abonado de su incesante publicística, en el inconsciente colectivo de ese amplio sector de la ciudadanía que sigue sólo la Política de lejos. Un ejemplo más de cómo se consigue la hegemonía ideológica en la Opinión Pública.  
    
   Cuántos, incluso de los que estas líneas leen, al escuchar la sentencia praderil no se sienten empujados a por dentro asentir: sí, eso es. Claro, pero es porque el prejuicio –las connotaciones simbólicas que el mismo colorea instantáneamente en las mentes-  se ha asentado con tal eficacia en la psique que casi nos parece un hecho elemental, natural. ¿No hemos visto acaso a todo un Papa precisar que, por Dios, nunca fue él de derechas?   
    
   Por eso mismo los contertulios quedaron lelos ante el speech praderil. Es preciso, así es la fuerza del eslógan, pensarlo en frío para desmontarlo. Por supuesto, valores e intereses hay en todas partes, e incluso intereses disfrazados de valores, como sabemos. Me acordé de Gregorio Ordóñez, de los suyos, de muchísimas más personas no izquierdistas que han dado y dan cotidiano ejemplo con sus hechos de real compromiso con sus ideas, con las suyas, no con las del dechado de abnegados valores que en Máximo Pradera a diario vibran.

    
   Le gusta mucho a cierta Izquierda fatua, orgullosísima de su innata superioridad moral, el aventurarnos el apocalipsis cotidiano, y desentrañarnos las peores y más criminales conspiraciones que incansables aletean en las mientes del Maligno, que es la Derecha, el Dinero y su dictadura, esa Caverna. Así, a Obama al día siguiente de tomar posesión lo iban a asesinar. Así, al Papa Francisco pronto lo liquidarán. No lo sabemos, al menos no lo sé yo. Lo que sí sabemos es dónde está Gregorio Ordóñez, y tantos otros derechistas como él.




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viernes, 30 de agosto de 2013

Máximo Pradera, cuesta abajo


   Se pone luego ya en frío Máximo Pradera a razonar sobre sus dudosas bromitas macabras a propósito del accidente de Cristina Cifuentes y más parda aún la lía. Mas desnudo queda su malpensar. Escribe así en su blog días después el artista herborescente:
  
   “es evidente que los miles de personas que han deseado, botella de champán en mano, que el ingreso hospitalario de Cifuentes –motivado, recordémoslo, por su propia imprudencia- culminara en su fallecimiento no estaban añorando la muerte de un ser humano, sino la desaparición de un torturador callejero”.
     
   No sabemos que nos asombra ya más, si ese especie de Autoconciencia Hegeliana que Pradera graciosamente se concede, atribuyéndose el saber de la secreta intención de las “miles” de personas que en público deseaban la muerte de Cifuentes,  si el sádico añadido simbólico -¿o lo sabe también Hegelpradera de veras?- de la botella de champán, la alucinante acusación de la imprudencia, o el delirio filoterrorista que le lleva a convertir a Cifuentes en torturador callejero. Debe ser que la Policía bajo mando del PSOE reparte poemas de Rilke. Los escribanos batasunos no lo hubieran hecho mejor. Así razona Pradera, ese humanista.
   
   A la manera de Jaime Chávarri con los Panero, es posible que las modernas técnicas cinematográficas permitieran elaborar otro peliculón como aquel, espejo y reflejo de la atribulada Historia de España, que ensartara en abracadabrante diálogo a tres generaciones de Pradera. Veamos: Comparecería primero su abuelo paterno, Javier, fusilado, como su bisabuelo Víctor, por la izquierda radical en el 36. A continuación vendría su abuelo materno, Rafael Sánchez Mazas, de los primerísimos en Falange, coautor del Cara al Sol, que escapó vivo de milagro a un fusilamiento en masa de izquierdistas. Nos hablaría, antes de llegar a Máximo, su propio padre, Javier Pradera, socialista y brillante editorialista de EL PAÍS durante muchos años.
   
   Quizás pocas pruebas más palmarias de la regresión cultural, del progresivo deslizamiento en el Reinado de la Mugre que, bajo el mantra de las-generaciones-mejor-preparadas-de-la-Historia-, vemos ante nosotros que el simple contraste de todo lo que va desde Javier Pradera, padre: culto, teórico brillante, sólido y sesudo argumentador,  moderado y tolerante, a este Máximo Pradera, hijo, que nos ocupa: chisposo, sectario, radical hasta el flirteo con la muerte del adversario, botarate evanescente. Sí, esas cosas que propala encantado de conocerse Máximo Pradera  son propias del “homo gañanis” del presente.


LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
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martes, 27 de agosto de 2013

Máximo Pradera y Cristina Cifuentes, el accidente y la lumbrera

     



   Acababan de arrollar contra el asfalto la moto que conducía Cristina Cifuentes. Su estado era grave. Era muy sencillo imaginarse el golpetazo que sufriría ese cuerpo, lo magullada, lo dolorida, lo quebrantada que ella, como cualquiera en esas, estaría entonces. La angustia que en esos instantes críticos rodearía también a sus íntimos y amigos. Pues justo entonces, ese edén de sensibilidad, humanismo y cultura que en Máximo Pradera se agolpan, vio la ineluctable necesidad de promulgar su glorioso tuit:
     
   “La vida de Cristina Cifuentes no corre peligro. Ojalá muchos madrileños pudieran decir lo mismo”.
     
   Es, como puede leerse, para esos tan delicados momentos, el mensaje de una hermosa persona, por dentro y por fuera, desde luego, de esas a las que no les cabe el corazón en el pecho.  Es capaz Pradera, con frialdad pasmosa, de aprovechar el accidente, neutralizarlo en primera instancia, y establecer luego un paralelismo nauseabundo que induce a culpabilizar a Cifuentes de no se sabe cuántas muertes, es decir, a sugerir una suerte de “justicia social” en el grave e inmediato accidente de Cristina. El mensaje de un humanista, ya te digo.
     
   No sólo eso. Reunió más tarde Pradera el valor de acudir a una de las teles que él llama de “la Caverna” –tan cavernarias que encima con asiduidad le contratan- para, genio y pradera, “sostenella y no enmendalla”. Más aún: afirmó allí “humanamente comprender” el vendaval de odio que a través de Tuiter la izquierda Ultra a raíz del accidente desató, deseando a grito pelado la muerte de Cifuentes, como ya deseó a voces la aceleración mortal del cáncer que padeció Esperanza Aguirre
     
   Que los cafres sean cafres es lo suyo. Que los cafres se afirmen además en su cafrería tiene mucho que ver con que prominentes líderes sociales les “comprendan”. Qué esperar luego de sus propios hooligans, deseosos de por sí de ir más allá que su “crack”.
   
   Es probable que Cifuentes y Pradera, personajes públicos ambos, incluso coincidieran en algún debate en ese estudio o en algún otro acto público. Cómo entender entonces en el mismo momento de un grave accidente puñalada tan trapera, vale decir ya, puñalada tan pradera. Que encima la propine persona tan SUPERINSTALADA y de tan elitista prosapia  te deja a cuadros.

  
   Puede que duela mucho más ese vil proceder que el espeluznante castañazo de un cuerpo de mujer atropellada contra el asfalto. Cómo encajar tan maleducado desprecio. Qué pensar ya de este Máximo Pradera, de esta lumbrera.


LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
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