Se pone luego ya en frío Máximo Pradera a razonar sobre sus
dudosas bromitas macabras a propósito del accidente de Cristina Cifuentes y más parda aún la lía. Mas desnudo queda su
malpensar. Escribe así en su blog días después el artista herborescente:
“es evidente que los miles de personas que han deseado, botella de
champán en mano, que el ingreso hospitalario de Cifuentes –motivado,
recordémoslo, por su propia imprudencia- culminara en su fallecimiento no
estaban añorando la muerte de un ser humano, sino la desaparición de un
torturador callejero”.
No sabemos que nos asombra ya más, si ese especie de Autoconciencia Hegeliana
que Pradera graciosamente se
concede, atribuyéndose el saber de la secreta intención de las “miles” de
personas que en público deseaban la muerte de Cifuentes, si el sádico
añadido simbólico -¿o lo sabe también Hegelpradera
de veras?- de la botella de champán, la alucinante acusación de la
imprudencia, o el delirio filoterrorista que le lleva a convertir a Cifuentes en torturador callejero. Debe
ser que la Policía bajo mando del PSOE reparte poemas de Rilke. Los escribanos batasunos no lo hubieran hecho mejor. Así
razona Pradera, ese humanista.
A la manera de Jaime Chávarri con los Panero, es posible que las modernas técnicas cinematográficas
permitieran elaborar otro peliculón como aquel, espejo y reflejo de la
atribulada Historia de España, que ensartara en abracadabrante diálogo a tres
generaciones de Pradera. Veamos:
Comparecería primero su abuelo paterno, Javier,
fusilado, como su bisabuelo Víctor,
por la izquierda radical en el 36. A continuación vendría su abuelo materno, Rafael Sánchez Mazas, de los
primerísimos en Falange, coautor del
Cara al Sol, que escapó vivo de milagro a un fusilamiento en masa de izquierdistas.
Nos hablaría, antes de llegar a Máximo,
su propio padre, Javier Pradera, socialista
y brillante editorialista de EL PAÍS durante muchos años.
Quizás pocas pruebas más palmarias de la regresión cultural, del
progresivo deslizamiento en el Reinado
de la Mugre que, bajo el mantra de
las-generaciones-mejor-preparadas-de-la-Historia-, vemos ante nosotros que el
simple contraste de todo lo que va desde Javier
Pradera, padre: culto, teórico brillante, sólido y sesudo argumentador, moderado y tolerante, a este Máximo Pradera, hijo, que nos ocupa: chisposo,
sectario, radical hasta el flirteo con la muerte del adversario, botarate
evanescente. Sí, esas cosas que propala encantado de conocerse Máximo Pradera son propias del “homo gañanis” del presente.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
3 comentarios:
Cuchi, José Antonio: te lo dejo en primicia, antes de que regrese mi prima Progrejuli con mono de pradera...
Revuelta al cague-fou del Diego y su mariachi
No te lo pierdas, dice el nota: "no ha habido ningún tipo de violencia en la expropiación de los carros de material escolar del supermercado". "Hemos hablado con la seguridad del centro comercial y les hemos dicho que no intervinieran, que era una acción sindical reivindicativa y que no iba a haber problemas, y así ha sido. Ha salido todo perfecto", ha subrayado el dirigente del SAT.
En serio: ¿Este país es un país?
Como muy bien señalas, los abuelos Pradera eran dos carlistones de armas tomar y casi los únicos fusilados en un San Sebastián de la guerra civil. El padre de éste se pasó toda su infancia y juventud viviendo como un mimado del Franquismo y con nivel económico y social de jerifalte. A la muerte del Invicto él y todos los parecidos se pasaron al socialismo.
Sanchez mazas tenía el Carnet Nº 2 de la Falange, el segundo tras el Fundador. Y fue otro mimado del franquismo durante 40 años, además de El poeta del Régimen.
Este mameluco que dice esas cosas que cuentas debiera también explicar lo "probe" que es pues ha recibido una de las más importantes herencias inmobiliarias de España.
Lo bueno de la libertad de expresión es que gracias a que existe, principalmente en internet, cada imbécil puede expresar libremente sus miserias.
Como les decía un profesor a su equipo de ayudantes, en referencia a los alumnos que protestaban: "Déjenlos hablar libremente, ellos solos se lían".
Pues eso, cuanto mas hablan tipos como éste, como Llamazares y muchos otros otros, mas quedan con el trasero al aire.
Publicar un comentario