(¡Eh, escritor sin Nombre, fantástico tu texto de ayer, gracias!) …Prosit, prosigamos entonces el camino… Como cuando los griegos de Píndaro, esto hay que escribirlo… y hay que leerlo también: ayer en las Olimpiadas, las chicas españolas, mitad sirenas duras, mitad cimarronas finas bajo el agua, tras un Campeonato majestuoso, se hicieron con el oro waterpolo de París. Doblegaron a base de esfuerzo y talento a las fornidas australianas en un gran partido, cuajado de fintas buenas, bravas peleas subacuáticas, ajustados tiros y magníficas paradas, inmersas y bañadas en un sentimiento de equipo formidable. Zambullidas, sprints, puntería, pericia, manos, brazos raudos y prestos, cuerpos mojados forcejeando y salpicándose, palmetazos de rabia, de júbilo al fin contra el estanque. Bravísimas. Criaturas del agua dulce y del más dulce oro ahora: las Chicas de oro waterpolo ya.
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