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martes, 12 de enero de 2016

El Narcotraficante sí tiene quien le escriba, Sean Penn

     

   
   La de vidas que sin pestañear habrá ordenado finiquitar el Chapo Guzmán, uno de los mayores criminales a los mandos del Narcotráfico, ese siniestro negocio de envenenamiento y muerte. A cuántos jóvenes en todo el mundo no les habrá arrancado a poquitos la existencia, más la de sus familiares, con su letal y ponzoñosa droguería. Pues allá que en secreto se fue, fascinado tras su estela criminal, San Sean Penn, el Multimillonario pro-chavista y pro-Castrones, a hacerle la ola de una entrevista bonita para Rolling Stone, a que el Supernarco fugado de lo lindo se explayara. Que es quiere el tío que le hagan una película, sabes, y el Penn acudió emocionado a la guarida secreta del facineroso: esas payasadas cómplices de los Multimillonarios Progresistas.
   
   Siempre la izquierda guay había santificado a los locos, a los navajeros, a los delincuentes varios, a los alcohólicos, a los okupas, por supuesto a los guerrilleros y a los Dictadores zurdos,  para ellos siempre oráculos de un mundo más humano, simples víctimas del Sistema criminal Occidental y tal y tal.

   Suministro más heroína, meta-anfetaminas, cocaína y marihuana “que nadie más en el mundo”...“Tengo una flota de submarinos, aviones, camiones y barcos”, díjole el Chapo al insigne periodista. Nos faltaba, claro,  esta podrida estampita que nos deja ahora San Sean Penn, tan forrado como caprichoso odiador del Sistema que tanto le encumbra: la loa a uno de los más terribles Narcotraficantes del mundo.  





LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS

   Porque a mi parecer un libro íntimo, no tanto porque nos revele interioridades escabrosas, sino porque sobre todo consiga con desnudez hablarnos como al oído de los paisajes esenciales del alma de quien lo escribió, es también uno de los más acabados símbolos por los que alguien ofrece al Otro –a quien físicamente no tiene delante, al que de otra forma difícilmente podría hacerlo- la propia mano. Esto soy. En estas historias –no en forma de un discurso, sino con destreza encarnadas en personajes vivos a los que les ocurren cosas, a quienes sorprenden los avatares amargos o alegres de la vida- late la urdimbre sentimental que hasta aquí me trajo.  Quiero ponerlas en común contigo. Quiero revivirlas a tu lado. Puede que te reconozcas también en ellas. Aquí tienes mi mano.

   Por correo ordinario, 10 Euros; por correo certificado, 15 Euros. Personalmente dedicado, si quieres. Pídelas en    josemp1961@yahoo.es

      

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Y quién imputa a las Hijas de Chávez?

      

   Las Hijas de Chávez, el Bienamado Espadón de la extremista progresía patria -de la española, digo- en las mejores esencias del socialismo educadas, diez meses después del hecho biológico, se resisten a abandonar La Casona, la presidencial Mansionaza. Qué espectáculo tan bello (diría Boris) para el Mundo, y tan apenas glosado, que nos están brindando esas niñas,  por las que una misma heroica sangre redentora de los Pueblos y de la Humanité corre, fíjate. La mayor, Rosa Virginia, está casada con el actual Vicepresidente del país, como tú lo oyes. La pequeña, Rosa Inés, mientras los venezolanos por ley tienen limitados los dólares que pueden poseer, gusta de fotografiarse, y subirse así de enjoyada a las redes sociales, con impresionante fajo de los mismos a modo de abanico sobre la cara, dejándoles libres los ojos, tan vivos.
   
   Se dan en fin, acaso nunca mejor dicho, las Hijas de Chávez una vida padre, fiestorro va fiestorro viene en las mismas caras del Pueblo, tan necesitado, tú me escuchas. Cuando Maduro les susurra “y bien, ya, mis lindas niñas, quizás va acaeciendo ya la hora de dejar la casa”, debe a ellas caérseles al unísono la risa floja, como si le devolvieran un tácito “va, cállate ya, huevón, que si no es por nuestro Padre padrone de qué tú vas a estar acá, bobo plomizo, ya aléjate”.
     
  Sorprende, bueno, no, no sorprende nada, que los abnegados Indignados universales, celebrities y del común, que tanto aquí en redes le zurran a la nuestra Infanta –culpable para empezar, desde luego, de haber elegido al arribista Urdangarín  y de no haberle mandado al cuerno cuando se supo de los bochornosos correítos- , el atronador silencio que al caso de las depredadoras Hijas de Chávez guardan, tan sensibles de consuno ellos a la más pequeña injusticia en el Planeta. Se retratan de nuevo, claro.

   
   El desparrame dilapilador de las Hijas de Chávez, tan ricas ellas, hace recordar, en fin, la sabrosa anécdota que en su día su muy revolucionario Padre protagonizara con Sean Penn, otro ricachón del celuloide ante él derretido.  Prometió solemnemente Penn ante su anfitrión que educaría a sus hijos Hopper y Dylan “como socialistas y revolucionarios”. “Más bien los educas para que sean médicos”, le respondió en público burlándose Chávez en Maracaibo, quizás molesto ya de tan pegajosa servidumbre. Podría ahora Penn decirle algo lacrimógeno a esas niñas, o devolvérsela doblada al interfecto (más vale que simplemente las hubieras educado tú, farsante), algo así. Pero francamente no creo que el multimillonario Penn esté por decirle ese sí a estas niñas tan ricas. Anda, Sean, no seas así y llévatelas a Hollywood, hombre de Chávez.




LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

viernes, 23 de agosto de 2013

Ceguera de Sean Penn



   

   Habíamos dejado (post de 14-1-13) a San Sean Penn de Malibú embutido en el flamígero chándal bolivariano, posando de viuda doliente durante las últimas horas del Comandante Chávez. Murió el Caudillo, vinieron las trifulcas y sucesiones del postchavismo, arribó inmaduro Maduro… pero ya de la rabia del multimillonario actor yanqui nunca por el momento más supimos.
   
   Así es que cuando el otro día me llegó el dvd de una peli por él mismo dirigida, Cruzando la oscuridad (1995), volví a afilar mi más retorcido colmillo faccioso, bien predispuesto a poner a la cinta y a su director a caer de un chávez. Claro que, como con Saramago me pasó lo que pasó (ver post de ayer), me dije entonces “detente bala”, no vayas a deslumbrarte de nuevo y ante Sean Penn hayas simbólicamente de retractarte. 
    
   Pues bien… desde los primeros compases no dejé de burlarme de la película. ¡Qué soberbia estupidez más presuntuosa sin cesar allí! Verás: un guaperas recupera la libertad, tras seis años en prisión por el atropello accidental de una niña. El padre de ésta ve llegado el momento de la venganza. Penn pretende hacer con eso todo un desgarrador drama acerca de la culpa, y de la necesaria redención y del humano perdón, y lo que consigue es todo un irrisorio engrudo.
       
   Nada está bien elaborado en esta grandilocuente película, nada resulta creíble sino grotesco y forzado. Pone en escena Penn a Nicholson y a Angélica Houston, atormentados padres de la niña, tratando de aprovechar la metacinefilia que sobre su relación personal todo el mundo conoce, y hasta el ridículo les fuerza en personajes hinchados de nada y en enfáticas escenas romas de verdadero contenido, que queriendo ser dramáticas, por infundadas dan risa.

     
   El clímax del despropósito estalla al final, en la incalificable –por insostenible- persecución entre Nicholson y el guaperas que accidentalmente atropelló a su hija, y la estulta resolución que le da Penn a la misma… casualmente sobre la misma tumba de la niña muerta. En fin, San Sean Penn de Malibú, que mucho me reí con tu bobo bodrio y que comprendí mejor al cabo –al menos por esta Cruzando la oscuridad- por qué le das tú de esa manera al chándal bolivariano y a esas cosas.   


LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

lunes, 21 de enero de 2013

Yo sólo quiero la potra de Jorge Verstringe


     
    Cuenta la leyenda que Don Jorge Verstringe, “el intelectual de los bandazos”, había escrito un enjundioso libro, intitulado el mismo “La guerra periférica y el islam revolucionario”. Tuvo ya la suerte Don Verstringe de su lado al conseguir que  nada menos que fuera la prestigiosa editorial El Viejo Topo la que publicara el fruto de sus cimarrones quebraderos de sesera. Teorizaba allí, con la soltura propia de un moderno Clausewitz, las conocidas –sobeteadas, incluso- partituras del anti-imperialismo, aunque cierto es que puestas bajo su pluma sonaban en verdad pasmosas.
    
    Pero en mayo del 2005, por si lo anterior poco había sido, la Fortuna, esa esquiva deidad, es que se amancebó, y de bruces ya con él. Cómo si no calificar el fenomenal avatar de que –sigue contando la leyenda- al parecer decidieran las altas instancias del Ejército chavista publicar también ¡30.000! ejemplares de su libro, clausewitzianamente distribuidos entre generales, jefes y oficiales, amén de un selecto grupo de renombrados funcionarios civiles venezolanos. ¿No podría por ventura, oh, Destino, algo así ocurrirle al muá? ¿Teniendo yo tanta alma tengo menos publicidad?
    
     Dos años antes, tras leer el libro de Don Verstringe “Revolucionarios, rebeldes, refractarios”, el Coronel Chávez en su programa Aló presidente le había prodigado a su nuevo nibelungo Maquiavelo un desdeñoso guiño cómplice de los suyos –al estilo del que contábamos antes de ayer dirigido a San Sean Penn de Malibú- al referirse a Verstringe como … “el intelectual de los bandazos”. Es para nota desde luego el arte con que el Caudillo les atrae… para escupirles la cara después.
       Anduvo así en aquellos legendarios tiempos muy en mieles Don Verstringe con el espadón venezolano. No se ha visto ahora, en la convalecencia chavista, al fogoso pensador calzándose al lado de Penn el estrepitoso chándal de las esencias bolivarianas. Puede entonces que acaso la fantástica leyenda no haya alcanzado su redondo clímax, aunque como diría el Otro, desde luego a lo hecho pecho, pues hay, claro, moraleja de la queja, libros que nacen con estrella y libros que nacen estrellados, sí.    




LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 19-1-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)



lunes, 14 de enero de 2013

Y Sean Penn cogió su... su chándal


        
    Si en Brokeback Mountain era una camisa el objeto evocador que hacía estallar consigo la catarata de reminiscencias afectivas y sexuales latentes entre aquellos dos vaquerotes de pelo en pecho que una vez la corrieron entre las montañas, como en farsa es aquí y ahora el paradisíaco y patriótico y muy estupefaciente chándal que una vez Chávez le regalara tras un encuentro de beisbol al que juntos asistieron, el fetiche que al grandioso astro Sean Penn –con mansión en Malibú- ha servido para guardarle la vigilia a su amado caudillo bolivariano.
       Como en una implícita aceptación de su degradación incluso vestimental, hemos visto cómo en los últimos años los más fieros espadones revolucionarios han tirado de fondo de armario ante la Aldea Global para abandonar el verde oliva guerrillero y sustituirlo por el  chándal de jubilata. Este en concreto muy patriótico será, pero de hortera que es tira ya de espaldas la bolera entera. ¡Tiempo le ha faltado al supermillonario Penn para, embargado por la pena, en fantástico guiño al Coronel languideciente, como Clinton con aquella corbata que le regalara Mónica Lewinski, embutírselo ante el mundo entero. Pocas imágenes más preclaras de la boba abyección sumisa con que la Progresía multiforrada se postra de hinojos ante los caudillismos.
     
     A pesar de declararse agnóstico y marxista de la corriente Mao –que hay que echarle fanatismo al tema- no le importó a Penn ante las cámaras, contrito en grado sumo, mover los labios como si del Padrenuestro colectivo por la salud del eximio Timonel caribeño participara.
     Si será mentecato el multimillonario Penn que hasta el mismo Chávez, en sabrosísima anécdota para la Historia que la Prensa cuenta, no dudó en ridiculizar su grotesca, por lo lacayuna, sumisión: Prometió solemnemente Penn ante su anfitrión que educaría a sus hijos Hopper y Dylan “como socialistas y revolucionarios”. “Más bien los educas para que sean médicos”, le respondió en público burlándose Chávez en Maracaibo, quizás molesto ya de tan pegajosa servidumbre.  
    Pues nada, ahí le tenemos, posando para la posteridad y próximo a la licuefacción, chándal en ristre, como los vaquerotes aquellos, ora que te ora pro Chávez: San Sean Penn de Malibú.