Ay, mi ministra, que ya yo se lo advertí ayer aquí nomás, y no quiso su prudencia hacerme caso ni echarme cuenta, que son los de aquellas tierras de allá gentes bien melosas y hasta empalagosas, que son sus líderes Sietemachos a cual más de todos, que no iban a pasar allí desapercibidas las ternuras por vos prodigadas, sólo en sagrada defensa de los intereses de España, quede bien claro, al hombrote Evo, que ya el Primate Chávez muy serio le inquirió particularidades suyas al descendiente de Incas, ya lo puede ver, que lo es él también del gran Bolívar, que también luce él fulminante y afilada espada, y que en éstas el señorito Correa del Ecuador, por la mano le ganó, fogoso como un verraco, no me vea los arrumacos que le regala, que parece esto, yo se lo advertí ayer mismito, ministra mía, una epidemia d´amour, del amor en los tiempos del cólera, que diría el Otro, sólo que el cólera reina ahora de verdad en el Sáhara, el cólera y la cólera del ejército marroquí, de su ministro del Interior alahuí, ese sí que es un tío, ése si que los tiene pero que bien puestos, que por eso acaso recién le condecoramos, que hay saharauis asesinados y montones de desaparecidos, qué risa, verdad ministra, qué risa desdentada la de esos niños saharauis, y el Aiún en llamas, que Evo también quedó en llamas a su paso, y es que cómo les enciende usted de veras a los mejores Hombres de Hispanoamérica, y qué de la política para con los pobres del mundo, si parece Usted, ministra mía, estar haciendo las Américas, una Massiel que hubiera ganado no sé que festival de la Oti, -ah, la dignidad suprema de ese lugareño andino mirando al suelo a su paso, que hay bellezas insoportables de mirar- y mientras, los sayones marroquíes repartiendo ostias de verdad, que hasta Moratinos sollozante ha sido repescado para la Paz en la zona por zp, así que cuídese ministra mía, que no pueden más mis ojos soportar el ver cómo el tarugo Correa la encima, como me la estruja, me la achucha, me la acapara, la rodea entre sus hombros el muy gorilón, cómo me la abraza y me la besa, y como reclináis Vos, sólo en defensa de España, claro, la cabeza entre la embocadura selvática de su pecho, que no, que no quiero verlo, si es que se llega usted a Venezuela, madre mía, que ya se lo advertí, que es como si hubiéramos pasado de la democracia mendicante a la democracia insinuante, que ya los bravos mandatarios latinos, rijosos como son, que la sangre se les rebota al verla, se pasan recaditos secretos confesándose sus excelencias, refiéranse en discretas notas sus maravillas, que son sus perjúmenes, mujer, los que les suliveyan, los que les suliveyan, que ya deliran todos en ansias de acogerla, del sandinista Ortega mejor ni hablar, que ya tuvo el muy gocho lo suyo indignísimo con una ahijada suya, que la abusó el muy, a él ni se acerque, mejor a Cuba, que Fidel no creo que ya, ni Raúl creo ya que…, aunque nunca eso del todo se sabe, que hay ahora mágicos remedios azules que levantan espíritus requetemuertos, hágame caso, ministra mía, ponga proa rumbo a Cuba, por favor… que esto es una plaga, que del roce nace el cariño, y tal, que se lo predije yo aquí ayer nomás, ministra mía, que, la verdad estoy loco de celos en viéndola en los brazos de otro que no sea yo, que me parezco yo hoy, tan serio como voy, a aquel inolvidable Clodomiro el ñajo de Carlos Mejía y los de tal.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Son tus perjúmenes, Trini
Etiquetas:
Chavez,
Correa,
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Jose Antonio del Pozo,
Trinidad Jiménez
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6 comentarios:
Nada, amigos, que quise yo poner el video de los perjúmenes y no sé donde le dí, que la lié, parda,blanco que te crió, censura cintergaláctica, así es que, plis, me la tararean ustedes cuando me lean, si les place
Cuando uno se percata bien de los gestos y ademanes de esta malagueña titiritera, recuperada felizmente para ella -por el feminista verde- al redescubrimiento de los embaucadores sudamericanos, no sabe con qué quedarse. Si con lo de "piensa mal y acertarás" o con aquello otro de "la realidad siempre supera a la ficción (del telediario)".
No lo ha leído la señorita Trini, aunque no creo que le hiciera caso ante el embriagador acento de Evo emulando a aquellas sirenas que atraían para matar. No lo sabe la señorita Trini pero sale un poco más muerta de ese viaje.
Seguimos con la diplomacia de alfombrilla de baño, no hay Réflex bastante para curar tanta rabadilla doblada...eso sí, ésta por lo menos sonríe más que el perfecto mi..digo Morotinos, aunque no a quien debe, lo guarda para Gorilator y el pollófobo pateador.
Estimados,
Mientras tanto zapo manda al llorón moratinos a "calmar" a Argelia para que dejen "hacer" los marroquíes en campamentos saharauis... vergüenza....
Ojo que detrás de la sonrisitas de exteriores hay una tia que tiene muy mala follá
Saludos
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