Laburé, laburé y laburé de lo lindo, y del todo exhausto, como en una
penúltima providencia que dictara ese dulce sopor, llegarme al blog y decirte:
aquí me tienes lector. Cuéntame lo que tengas a bien. Sabré escucharte, te lo
prometo. Tomemos ahora juntos un café (lo que a ti te guste). Tantas cosas –que
ya tú de corrido conoces, pero no otro es el misterio de la Amistad- que decirte: que ganó la
selección (quién convence a cuantos engalanan su terraza con la española, que
su gesto en nada influyó), que Consuelo
Ordóñez se plantó ante el etarra que mató a su hermano (también por
defender con la vida la española): “Ni olvido, ni perdono”, que estamos con
ella, claro, que entre fiestorros multitudinarios pasó la Noche de San Juan (las imágenes de un país sumido en la más trágica
angustia, ya), que el juez Dívar,
con sus extravagantes viajes a Marbella a
cuestas, dimitió… ¿Marbella, he
dicho?
¡Horror! Ha de ser el cansancio, lector, lectora mejor dicho, -me entenderéis ambos- que me impide afrontar otra tarea que no sea… ¿Terminaste ya tu bebida? Pues, toma ahora mi mano y canturrea bajito conmigo, que se ve que la fatiga ganó ya todas mis defensas y arrumbó mis coartadas, que sólo me apetece ya, lector, mejor dicho, lectora mía, -me comprendéis ambos- ponerte esta canción, penetrar su melodía pegadiza, bailotearla un poco al lado del ideal combinado español, de Consuelo Ordóñez, de su verdad, de los adormilados sanjuaneros que sabrán disculpármelo, a tu lado sobre todo, que la cantemos tú y yo a pachas, sí, y pueda así el bloguero hortera -¡a los cincuenta! estoy en verdad perdido- en lo más dulce un poco adormecerse: te envío poemas de mi puño y letra, te envío canciones de cuatro cuarenta, yes.
2 comentarios:
Le acepto un café mientras caminamos por el boulevard de los sueños rotos, mientras compartimos historias de vida....
Buen inicio de semana
Besos
Buenos días José A.
Que la semana comience recuperándote del cansancio.
Yo estoy cansada psicológicamente de un país tan cargante como el nuestro donde los problemas no sólo no cesan y no terminan sino que vamos a por más.
En fin, menos mal que nos queda la buena música y un buen café para evadirnos un poco de todo lo que se nos cae encima.
Abrazos y que tengas un buen día.
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