Cuando Baltasar Garzón despertó aquella mañana, luego de un sueño agitado
por la humanísima Idea de una Justicia Universal, se encontró en su bufete
defendiendo los intereses de un insecto monstruoso: un capo de la Mafia Rusa, total ná.
Lo cuenta El Mundo (20-2-2014) y hasta donde este bloguero sabe el idealista
Super Garzón (como ante las acusaciones de cobrante en dinero B que Guerra le
asestara) no ha emprendido acción judicial alguna que repare su Justa Fama.
Y es que a los intereses del capo ruso, don Víctor
Kanaikine, llamada así la pieza, según leemos, como en un best-seller del Crimen, no les
falta de ná: empresas inmobiliarias radicadas en paraísos fiscales, blanqueo de
capitales, organización criminal, falsedad documental, cohecho. A más a más, Kanaikine, como Personaje de libro, es una
joya: 70 años, químico, en silla de ruedas ahora, con la Orden de Lenin como “héroe del trabajo socialista” al cinto,
durante más de 20 años director general de la empresa supervisora de los
interminables gasoductos de Gazprom,
donde labró al parecer su Fortuna, en fin, considerado por la Guardia Civil y
por la Fiscalía como el Jefe de una organización criminal acusada de blanquear
en España 56 millones de euros procedentes de actividades delictivas.
Dice El Mundo que, eso sí, el nombre de Garzón por ninguna parte aparece, por más que sí lo haga el de las
abogadas de su floreciente despacho. Precisa el diario que el ex –juez, dados
sus saberes y contactos en la Audiencia Nacional, que es donde se ha de
ventilar la buena estrella de Kanaikine,
es el genuino director en la sombra del equipo legal que al ruso le lleva los
papeles. Esto es, como si cándido Super Garzón, al aceptar el caso, como el niño del chiste hubiérase dicho
vale,
pero que parezca un accidente.
Nueva tras nueva, reciente aún el FASCISTA/TORTURADOR
que en la Universidad le montó la izquierda independentista gallega y
filoetarra, la Figura de Garzón, a
despecho de sus incondicionales, -uff, vaya prueba a la fe que le guardan les
hace tragar ahora, nada menos que verle adosado a la minuta de un mafioso ruso-
es que no levanta cabeza, no puede ya caminar, sea porque le zancadillean y le
faltan, sea porque él solito donde no debe mete la patita de atrás.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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