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viernes, 8 de junio de 2012

Le crecen al Rey Juan Carlos los botines


     
    Pues me disculpará, Señor, la osadía, pero pareciera que últimamente le crecen en derredor los botines. ¿No es acaso menosprecio, además de muestra de muy pésima educación por cierto, que el Plutócrata mayor del Reino de esta guisa se allegue a su presencia y así le manifieste la nula deferencia que su Majestad le merece? Ya podrá poseer el Botín todos los caudales del río de la Pasta que él quiera, y hasta sobrenadar en los mismos –que hasta en el nombre lleva la codicia inscrita-, que con gestos así sólo demuestra la condición de Patán que acaso le sea propia. Como a menudo con sus líricas acuñaciones nos enseñan las gentes del Progreso, pareciera que es Botín tan pobre –de espíritu, se entiende- que Dinero es lo único que tiene. Hace falta, Señor, ser bodoque para así dirigirse al Rey de España. Ah, qué mundo más descarriado e inicuo éste, en el que los más humildes dan diaria lección de comedimiento, mientras los potentados, que deberían por su privilegio dar ejemplo, rivalizan en gañanía.
   
    Ahí, le tenemos, al Querido Emilio garzonita, al encomiasta defensor de las políticas zetapeicas, al Ricohombre más grande de España, como una albóndiga colorá y tripuda, disfrazado de jubilata del Inserso, en rojos gayumbos y blancas calcetas, canillas ridículas al viento, de tú a tú cumplimentando al Rey de España, es decir, imponiéndole tan ufano en el hall de un hotel sus grotescas trazas. ¿Cómo luego exigirles algo a los jóvenes?
    
   Y si deseábamos aquí -en esta nada con ínfulas- que al albino gobernador de la Florida, por bobo, a la ergástula de Guantánamo de un bufido pudiera usted arrojarle, a este creso badulaque atomatado que tanto así le desprecia, Señor,  ojalá pudiera Usted con flamígero Edicto ordenar confiscarle al punto su inmenso pastizal y pertinencias, hasta el último de sus caros ropajes de diseño y repartirlo todo entre los súbditos pobres del Reino, que son legión los necesitados, y que con estas trazas bufonescas hiciera Querido Emilio la ronda de guardia en el islote de Perejil, para así mejor asustar a la morisma.



Post/post: gracias a Ya no vendo mi alma al diablo, a Mercedes Pinto, a Maripaz Burgos, a Sonja, a Trecce, a Pury, a Cesar, a Gabinete Caraballo por mejorar con sus finos comentarios este blog, que es también suyo, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.

8 comentarios:

Helio dijo...

La verdad es que la foto es un cuadro,la escena chirría un montón.
Algunos de los presentes miran sorprendidos al banquero.
Me parece que este señor necesita urgentemente un asesor de imagen.
Saludos.

Noumenadas dijo...

¡Menudo ladrón rojo!

Divertido y justo texto, amigo. Un abrazo.

George Orwell 67 dijo...

Nooooooooooo... Es una nueva moda. Ahora al Jefe del "Estao" se le recibe de bermuda roja. Yo ya me he agenciado unas :)

César dijo...

El banquero más hortera de España entera.
O tal vez el rojo sea de la vergüenza que pasan quienes "externalizan" divisas.

MAMUMA dijo...

Está que se sale.

Anónimo dijo...

Pues el otro día en el acto con Varytere de la Vogue estaba más presentable y eso que era para soltar la pasta para la ONGeees p'ayudar a las lesbianas de'lÁfrica.
Saluditos.

Lectora dijo...

ah pero es serio es el botín, pensé que era el cochero

NVBallesteros dijo...

Una foto dice mas que mil palabras...


Besos