En una de las escenas más emocionantes en los 37 años que llevamos ya de democracia, antes las fauces mismas del
Polifemo de muy torvos etarras que delante de él bufaba, como uno de aquellos Héroes idealistas, arrojados y bondadosos de Frank Capra que con tanta autenticidad
encarnara el grandioso James Stewart, así
en aquella sórdida Cueva se plantó Cake
Minuesa –sólo un guionista, un cómico, un periodista… un genial Caballero
sin espada- para brindarnos de paso, por su valentía y su coraje cívico, pero
también por la emoción y la Verdad inscritas en sus palabras vibrantes, uno de
los más inolvidables discursos de nuestra historia. Recreemos, please, este
maravilloso Episodio Nacional:
En una de esas clarividentes
concordancias con las que la Historia
a menudo nos anonada, precisamente en un matadero reconvertido en
Café-auditorio vizcaíno (parecido travestismo en el que ahora se afanan los
etarras) habían programado los recién ex –carcelados asesinos su numerito. Allá,
contra el negro fondo en escala de tribunos formó y posó ese murallón de odio,
esa Ronda siniestra del Orden Terrorista
que Rembrandt jamás hubiera pintado
y a la que Estrasburgo ha
apadrinado. Qué rostros más retorcidos, qué muecas más aviesas, qué entrañas
más renegridas allí bien altas presentadas bajo los focos ante la prensa. ¿Para
pedir perdón por sus muchos y despiadados crímenes? ¿Para arrepentirse de su
militancia asesina? Quiá! Para darnos… ¡ellos! … su solución filobatasuna al
“conflicto vasco”. Lee el “comunicado” Kubati, con trece asesinatos
respaldado. Enfrente la rutinaria prensa silente. No admiten preguntas. Es
igual, ante estos los periodistas no protestan. Parece que la propagandística
función de los criminales toca a su fin cuando… un murmullo desde el fondo se
levanta. Con hacha lo corta al momento el etarra del micro:
-“Hemos dicho que no vamos a responder a ninguna pregunta y aquí termina
la rueda de prensa”.
Sólo que de entre los periodistas, para la incredulidad de los propios
compañeros que entre la curiosidad y el fastidio le observan, uno de ellos, un
hombre joven, de desenfadado atavío, con el pelo revuelto y aire un poco
atolondrado, en medio de la tensión que ya se palpa, se ha puesto en pie y, con
voz serena y gesto desenvuelto, continúa dirigiéndose a los etarras. Es Coke Minuesa, de Intereconomía, una
especie de réplica “derechista” al muy progresista Jordi Évole, sí, salvo que lo que en éste nos parece en exceso
guionizado y gélido, asoma en Minesa
con notas más espontáneas y joviales.
-Sí, ha terminado la rueda de
prensa pero… me imagino que de todos los que estáis ahí… alguno os
arrepentiréis y querréis pedir perdón, ¿no?
Unos tímidos aplausos brotan ahora más al fondo. Sigue Minuesa,
dirigiéndose a todos: “Tenemos todas las cámaras
delante… estos aplausos son por si queréis pedir perdón”. Algo que no se
entiende bien le farfullan desde la mesa, pero Coke, con algo de payaso bueno en los gestos, con algo de clown que
se pone ahora serio, con algo de Begnini en
La vida es bella y de Jim Carrey escapando al preparado guión
también, no se arredra y continúa hablando. Da un paso adelante:
-Hemos hablado de 1500 años… pero
también aquí hay 309 víctimas sobre esta mesa…
Uff, con qué agallas allí mismo les
menciona a los criminales sus muertos, esos de los que quienes están en la
tribuna presentes son directamente responsables. Señala Minuesa la mesa, extiende los brazos significándola, allí les pone
vivos y candentes sus crímenes, casi podemos ver los cuerpos despedazados sobre
la mesa, que es ahora de autopsia. “… ¿No
tenéis nada que decir? ¿No tenéis nada que decir?...”. Escalofriante, y es
que ¡ésa es la pregunta exacta que
como periodista puro allí hay que pronunciar!, esa es la daga de la verdad que
allí él solito les clava, pues es a la vez interrogante, súplica e imperativo
moral. ¿No tenéis nada que decir? Y
les mira de frente, les interpela con los brazos abiertos.
Otro paso adelante, entre el revuelo ya de las cámaras que le enfocan, Coke da: “Yo tengo aquí mi cámara, y si alguno queréis pedir perdón, yo os la presto,
en serio…”. Ya está delante de ellos, ante la mesa. Dos fieros cancerberos
le salen ya al paso. Un poco ya lo traban. Le señalan la salida. Sólo que a Cake, asombrosa su serenidad, no hay ya
quien por las buenas lo pare:
- “Si habláis de un conflicto, si
habláis de un problema, si habláis de paz, yo creo que lo suyo es pedir perdón.
De entre los etarrones en pie, uno de la primera fila, una especie de John Malkovich abertzale, quiere darle
réplica: “Si quieres protagonismo, igual lo puedes buscar en el circo, pero
aquí…”. Ah, que ese “¿no tenéis nada que decir?”, que aún resuena en el aire,
es protagonismo, que sólo es... ¡circo!
¡Pretender que circense sea lo de Minuesa,
en presencia justamente de las más sanguinarias Fieras que es lo que los
etarras realmente son! Es aberrante desde luego esta sinrazón. Se defiende Cake, “no, circo no…” y entonces
sibilinamente Kubati le ordena al
Malkovich que se calle, que es el hosco silencio la consigna. Tampoco eso a Cake detiene, que en majestuoso plano
de espaldas, a todos abarca en su requisitoria:
-“Aquí hay 309 muertos y nadie ha
hablado de ellos, nadie habla de ellos… ¿No tenéis la hombría, la dignidad y la
vergüenza de decir “queremos pedir perdón”?... ¿Qué habéis ganado? ¿Qué habéis
ganado matando? ¿Qué habéis ganado?
Preguntas, preguntas, directas preguntas
que allí repercuten como redobles tremendos de una verdad muy honda. Demasiado
para los Etarras. A la misma vez los adustos de la mesa, desdeñándolo, se
levantan y le dan la espalda, y un tercer sayón tira ya de los brazos de Cake hacia atrás, y de allí le retira.
Pese a estar placado, aún él, Caballero
sin espada, se revuelve y prosigue su demoledora enunciación interpelando a
los etarras, hasta que de nuevo lo arrastran y alejan:
“Yo hablo en nombre de la paz, de
la dignidad, de los años que habéis pasado en la cárcel… Yo creo que ya es hora de pedir perdón… Hay
que entregar las armas, hay que acabar con la banda terrorista, y no hacer aquí
un paripé muy bonito… protagonismo ninguno (a algún filoetarra que le
retruca) … los muertos son los
protagonistas aquí… y me gustaría que pidiérais perdón, porque se lo merecen
las víctimas, se lo merecen los vascos y se lo merece España ”.
Nada menos que así acabó Cake su histórica actuación. Lo nunca
visto entre la prensa. Aclaró luego que a la salida los amigos de los etarras
le dijeron “cosas”. Es seguro que si la mayoría de los Informadores y de los
Opinantes a lo largo de estos 37 años
hubieran reaccionado como hizo Cake Minuesa
los etarras no hubieran llegado a tanto, ni la dignidad de la nación española a
tan poco. Para la Historia de España ha de quedar este conmovedor episodio.
Bravo, bravo, bravísimo Cake Minuesa.
7 comentarios:
K*ñ! no me habia fijado que, en efecto: ¡Minuesa llevaba una estrella en el jersey!
Uno renueva tímidamente la fe en el periodismo. Efectivamente, si esa reacción se hubiera producido muchos años antes en el país vasco y en todos nosotros, tal vez lográsemos avergonzarles. Cosa difícil por otra parte.
Hay que tener "agallas" y muy buenas para meterse en la boca del lobo como hizo Minuesa. Merece todo el reconocimiento delos que de alguna manera pensamos que se están cometiendo errores con los asesinos Etarras. Hacen falta muchos Minuesas
y hasta ahora yo solo he visto uno.
Te felicito por tu articulo y me rindo ante este joven periodista
El día de la rueda de presa de esos personajes, yo no entendí nada. Sé que para el mundo periodístico la noticia es crucial, pero, creo yo en mi modesta opinión (no soy periodista), que nadie debería haber acudido a la rueda de presa de estos personajes; más sabiendo que no se permitía hacer preguntas. Eso para empezar. Si por el contrario, era necesario escuchar lo que tenían que decir esos personajes, lo que me parece muy mal, pero muy mal es la falta de compañerismo en el resto de periodistas. NADIE apoyó a Cake, NADIE se hizo eco de sus palabras. Solamente unos tibios aplausos. Vergonzoso. Si TODOS los medios de comunicación que allí había se hubieran levantado y TODOS hubieran continuado dando caña con
más preguntas, ¿que habría pasado?. NADA. Siempre se ha dicho que el periodismo es el cuarto poder. ¿Dónde están las libertades? ¿Cómo podemos consentir eso? ¿en qué país se habría permitido una cosa así?. Cake Minuesa me recordó al sheriff Will Kane, de la película " Solo ante el peligro"
En mi carta de los Reyes Magos, pedía eso; "que aquellos que hacen daño a los demás, se arrepientan y pidan perdón", pero por desgracia ese regalo es muy difícil de conseguir. Sólo me queda felicitarte por tu post. Un abrazo.
bravo, bravo y bravo, Jose Antonio. Queria haberme informado pero en todos lados pasaron de perfil sobre la noticia. Y a todos esos que reclaman ahora valentia deben saber que hasta hace un par de años lo que hizo Cake era sentencia de muerte. Si, de muerte. Parece duro de aceptar en la España del siglo XXI pero es asi, que a nadie se le olvide.
Bolsonxx
Como te excedes y se te ve el plumero becario fascista , jordi evole tambien hizo un programa sobre el conflicto vasco , entrevisto al mismo arnaldo otegi y fue a una maniestacion de presos donde tambien le increparon , este solo hablo con abuelos de la calle y algun concejal de cuarta metido en el ajo... No compares que este tio esta a años luz del genial jordi evole , hasta el mismo lo reconoce aunque a ti te pese
"A años luz del genial Jordi Evole..."
Primer programa de Ciudadano Cake. "¿Hay miedo todavía en el País Vasco?"
Cuando Evole se atreva a llamar a la puerta de los etarras para hacerles preguntas inconvenientes, vuelve y cuéntalo.
http://www.youtube.com/watch?v=ddwEtlXJLFI
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