Más, mucho más que la valía o el mérito intrínseco de
algo –apenas se dan ya casos de la paulatina aceptación de un producto
artístico bueno sin Nombre ni Padrino que no sea hipersensacionalista- son hoy
las Celebrities, esas aladas
deidades prototípicas de esta Era
admiradora, quienes consigo poseen los Poderes fulminantes capaces, en sólo
un abrir y cerrar de sus ojos venerados, con sólo un guiño suyo, de catapultar
esa obra al Olimpo de la difusión y redimirla así de la penosa y grisácea odisea
del ostracismo.
Si, como bien sabemos, cada
loco con su tema siempre va, loco de fiasco
yo con el escaso fruto práctico de mis desvelos y de mi imaginación creadora,
así la proposición general de arriba explayaré: si por prodigiosa casualidad de
la vida conociera yo al conocido del amigo de un primo lejano de Cristiano Ronaldo, un decir, y tuviera
éste a bien, aunque fuera sólo por trastorno pasajero suyo, o por mero capricho de dios, salir un solo día ante las cámaras con la portada de mi pobre libro en
ristre –no digamos ya si posara divertido y enfrascado leyéndolo- no tengo la
menor duda de que en horas veinticuatro, lector, esta nada con ínfulas a quien
aquí lees transformaríase en el nuevo Ken
Follet de la retropostmodernidad, con estatua incluida.
Te digo más: creo que bastaría con que le diera, aunque fuera por simple
descuido, Cristiano Ronaldo, o
quienquiera sea le lleve su twitter,
un retuit
a uno de los míos con que infructuosamente ofrezco en las redes mi pobre libro,
para que sobre él, ungido y renacido al Mundo, se concitara al instante la
atención y el interés de media Humanidad, ad, ad, ad, ad.
Armaría entonces, tras esa divina intervención, mi libro la de Troya,
sí, hasta tal punto rigen las Celebrities,
como los dioses griegos sólo que del todo y a todas horas visibles, los
destinos de los pobres mortales y sus penosas cuitas, ensalzándolos y
confundiéndolos según y cómo. Oh, Cristiano,
yo no busco el éxito. ¿Sabes?, yo sólo reclamo un poco de atención para lo mío.
SINOPSIS DE "LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS"
Me
preguntaban ayer, “bueno, vale, ¿pero tu libro de qué va?”. Me hubiera gustado
contestar lo de Woody Allen a propósito de “Guerra y Paz”: “Va de Rusia”.
Decirle yo: “Va de las ilusiones”.
Pero esos lujos le están vedados al bloguero anónimo.
Tuve entonces que
pensarlo.
Mi libro cuenta la historia de un cuarentón
al que su mujer, que ha encontrado otro más alto, más fuerte y más guapo que
él, le señala la puerta de salida de casa. Descubre entonces de golpe su
minusvalía emocional: un paria en la tierra de los afectos. De cuanto le ocurre
después, cuando ha de salir al mundo, que le es ancho y ajeno, para superar su
zozobra, para engañar a su desconcierto. De lo duro que se le hace ese
aprendizaje elemental de la supervivencia afectiva. De cómo hallará en la
propia escritura, y en los humorísticos y sentimentales encuentros y
desencuentros de la realidad, a trancas y barrancas, la brújula que le permita
hallar al cabo su lugar al sol, una
imagen aceptable de sí mismo, y levantar así el muro de la obturación interna
que le impide ver la belleza y el propio absurdo del mundo y de la vida, que es
lo único que tenemos. De eso, de esas ínfulas buenas trata mi libro.
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