Lo que siempre y por siempre, como las nieves eternas del Kilimanjaro, priva al Mester de Progresía es eso, el jugueteo
con las palabras, el controlar ellos el significado común de las mismas, el arreglar el mundo sólo con palabras
bonitas que de paso les permitan a, al margen por completo de sus reales y
personales actuaciones, posar ante la
Humanidad presente y futura como generosísimos corazones tendidos al sol de
la bondad y de la fraternidad universal, esa eterna melopea de óptima
autoconciencia en la que sobre todo consisten, tan guays.
Como si en Política, como si
en la Historia, como si en la vida,
bastara con promulgar los requetesobados mejores deseos para que se tornen
realidad, cuando más bien ocurrió y suele acontecer justamente lo contrario, que
las ideas celestiales acostumbran a traer consigo bien reales infiernos. Repara
y apunta si no la de veces en que puedes ver, leer o escuchar en boquitas tan
delicadas formulaciones más o menos como esta:
¿Yo? Yo trabajo y abogo fundamentalmente por las ideas que contribuyan
a hacer este mundo algo mejor y más hospitalario y humano para todos, y en el
fondo, por hacerle más llevadera la vida a los más pobres y desheredados de la
Tierra.
Y hala, exorcizada toda culpa,
quédanse así en la Gloria, encantados consigo mismo… y con su mecanismo.
12 E por correo ordinario a la
dirección de España que me digas, no tiene por qué ser tu domicilio, puede ser
la de cualquier local público que conozcas, el que sea. 15 E por correo certificado. Personalmente
dedicado. Solicítamelo en josemp1961@yahoo.es )
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