Parafraseando a Ortega y Gasset, -Ortega
y Virusset aujourdhui- diríamos alora que
yo soy yo… y mi mascarilla (la que,
por cierto, no tengo). Con ella a cuestas, o con la sombra de su ausencia, a la
compra, a la farmacia –de dónde desaparecieron-, a lo esencial. Obsérvese que en general la máscara supone comedia y, que
de forma bien extraña, descubrimos que su diminutivo, que generalmente implica
cariño, arrastra en esto tragedia, y que entre tanta risa –aumenta las
defensas, dicen- en medio de las lágrimas –aumenta la humanidad-, a veces nos
va pareciendo todo esto tragicomedia. Ojalá llegue pronto el grito de verdad
liberador: ¡Fuera mascarillas!
jueves, 26 de marzo de 2020
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