Respondía Don Juan Ramón Lucas, el
Famosísimo Comunicador, a otro tuitero acerca de un alcalde asturiano inhumado
con la bandera republicana sobre el féretro. Decía él:
-¿Le contesto o no le contesto? Venga
si… Aníbal jamás quiso cobrar como alcalde. La bandera de España presidía su
despacho y el Ayuntamiento. Porque era su país y para su gente trabajaba. Es
usted tan miserable que ni en su muerte permite el orgullo de su corazón
republicano.
Le quise yo entonces por tuit
literalmente preguntar:
-Perdón, no entiendo lo de "el orgullo
de su corazón republicano". ¿Me lo puede explicar?
Y Juan Ramón Lucas rápido me
responde:
-Dudo que lo vaya a entender. No
perderé el tiempo. Buen día.
Y a él yo:
-Eso es empatía y humanismo con los
de abajo, sí Señor. Y espíritu de convivencia. Vaya referente social. Gracias.
Es usted muy amable.
Y él a mí luego:
-Su pregunta es irrespetuosa y
malintencionada. Y su respuesta a mi nota delata su talante. Adiós.
Y... bueno, ya no le pude responder más, porque
entonces el Señor… me bloqueó. Talante. Ni quito ni pongo ná. Juzga tú mismo, lector.
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