La Fama es esa mentira brutal por la que el Famoso, en el Séptimo Cielo de su más allá, nos parece más íntimo y verdadero, más de carne y hueso, que quienes a diario nada famosos nos rodean, nos hablan o nos escriben dejándonos su vida. No hace tanto, a más a más, la Fama solía ser el eco y el reflejo de un trabajo y de una trayectoria notables y previos. A menudo y cada vez más ahora la Fama responde a nada, al ruido y la furia basurienta de medios y redes, esto es, a la Fama por la Fama. Y lo más asombroso es que la Fama funciona hoy económicamente más que nunca; más que nunca crea Dioses y masas obedientes, de un lado, y pobres diablos, tengan las cualidades que tengan, a quienes apenas tres gatos maúllan, de otro.
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