Reluce la marmórea impavidez, el blindado desparpajo con el que Tania Sánchez, la Incorruptible
Redentora del Obrero, encaja y
encara ante los media su imputación
judicial como “corruta” (1,4 millones
de euros en concesiones públicas en su ayuntamiento hacia su Gran Hermano) …
mientras a cualquier mercachifle del PP en dudas pillado le tiemblan las
piernas y despavorido desaparece de la escena pública.
No es Tania en eso única. Ese
resuelto descaro lo hemos observado cientos de veces entre los conseguidores imputados y aún
sentenciados de los Partidos del Progreso. Memorable esa inacabada estirpe,
desde Juan Guerra… hasta Juan Lanzas y tal y tal pasqual
maragall. Jamás, jamás, jamás veremos a uno de ellos agachar la cabeza o
reconocer el trinque.
Ese es, en trazo grueso, lo que
diferencia a Derecha e Izquierda en lo referente a su
comportamiento político. ¡En ese espíritu de secta pura y dura –“esto es como lo de los Testigos de Jehová”, que
decía la resuelta dirigente de la Junta andaluza in fraganti grabada- es en lo que en esencia consiste su tan autocacareada superioridad moral,
que lejos de referirse a cualquier aspecto ético, alude a la moral anímica, es decir, cínica, mucho
mayor en ellos, dónde va a parar.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
A Armando, un cuarentón de
clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de salida de casa. Ella
ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a
quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía
emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir al mundo; a un
mundo, que por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su desconcierto,
cómo sobrellevar esa zozobra, cómo suturar la herida… Cómo aprender a
re-armarse como persona. En las asombrosas peripecias humorísticas, librescas y
sentimentales que le suceden, en ese cúmulo de emocionantes encuentros y
desencuentros… ¿hallará siquiera a medias Armando
su lugar al sol?