Vendría a ser hiperrealismo, no, lo
siguiente: hiperrealityrrealismo, lo
último en Arte postmoderno, lo que más cotiza en el Reinado de la Mugre y del homo
gañanis en que vivimos. En el Museo d´Orsay de París, la Artista se planta delante de “El origen del mundo” de Courbet, la célebre “obra” que –vaya
usted a saber para qué, que no sea para epatar, claro- de cerca y con
meticuloso detalle verista nos arrima a la mirada la sola zona genital de una
mujer sin rostro, es decir, deshumanizada. Allí que se llega la Artista, Deborah de Robertis a la sazón,
dispuesta a mejorar “en vivo” la
Cosa.
Vestida de lentejuelas, de espaldas a la obra y de frente a la
concurrencia, asienta allí las posaderas. Voilá: súbese de pronto las
lentejuelas hasta el ombligo, abre de par en par el muslamen y deja allí al
fresco, sin bragas y a lo cuerdo, esa habitación con vistas… a su pelambrera
entera. Con las propias manos aún se esfuerza ella en más mostrar y aperturarse
bien las rosadas interioridades de su spottorno,
alucina vagina. Para mayor escarnio, desde algún artilugio hace sonar el Ave María de Schubert. Por si fuera poco, va la muy artista y además recita:
“Yo soy el origen, yo soy todas
las mujeres. No me has visto, quiero que me reconozcas. Virgen como el agua
creadora de esperma.”
Ojo, que tras el recitado y la
autoapertura de la rosa la cuca Artista
tenía también preparado, imprescindible en estos tiempos, el prospecto de la
Cosa, el opúsculo que el cerebelo de algún publicista al efecto le ha ideado:
“Yo no muestro mi vagina, yo
revelo lo que no se ve en el cuadro, el ojo de la vagina, este agujero negro
que se oculta a la vista, el abismo que se abre más allá de la carne hasta el
infinito: el origen del origen… Hay un hueco en la Historia del Arte, que es la
mirada ausente del objeto.”
Y no es, por más que lo parezca, bobada alguna la parrafada, pues en
efecto, el arte post-moderno parece transido por una pulsión hipermaterialista,
en obsesiva búsqueda de la material frontera última del Eros, operación que, al
suprimirle el carácter simbólico y sentimental que lo engrandece para reducirlo
a lo estrictamente físico, puede sólo desembocar en ese agujero negro… que es
el Tánatos, la muerte, o la nada, que viene a ser lo mismo.
Claro que, hasta que esa nada llegue, de momento, espíritu (¿) de los tiempos,
la Deborah artista recogió allí mismo
ya el espontáneo aplauso de los post-modernísimos asistentes y … la mundial
celebridad mediática… que por las rosadas nubes elevará los próximos numeritos de la moza, ya que del
glorioso happening se hizo ella asimismo un video. Enseguida nada menos que Le Monde le solicitó una entrevista: “Intento
transmitir siempre algo muy puro”, remató ella allí.
Algún avispado manager que le lleve lo suyo inclusive ha acuñado bajo su
nombre ya el marbete que haga a Deborah inmortal: “Deborah de Robertis suele
trabajar en perfomances que ponen en cuestión las relaciones y los roles
habituales socialmente aceptados”. Pero… qué arte, se dice uno al cabo,
medio bobo aún ante el nombre de la rosa… ¿Y a mí que me parece que con esta Deborah nos hallamos ante una chica Almodóvar? Devórame again, sí.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
4 comentarios:
Ojito, que a esta chica la tenemos por El Prado uno de estos días, contratada por el ministro peperino de la cosa kultur... fuera complejos... pues sí señor.
Mientras, el nuevo monarca, rebosante de complejos, obvía celebrar una misa en acción de gracias por El que le da el trono.
misael
En todo caso tiene narices que este tipo de necias, muchas de ellas cerradas en banda a la maternidad, ensalcen a ojos vistas su genitalidad como fuente de vida. ¡ Menuda hipocresía !
¿ Qué es el arte ? Morirte de frío, ni más ni menos.
misael.
La próxima obra de arte de la criatura será hacer CACA delante de lis asistentes.
"¡Aparta, titi, que quiero ver el cuadro!" Es lo que yo habría hecho, vamos.
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