Annabella R. R. es psicóloga
profesional y una acendrada humanista, convencida defensora del valor de la palabra
y del arte también como elementos sanadores para las dolencias del alma. He tenido
la fortuna de que me haya ella solicitado –y pagado- un ejemplar de mis Veinte
relatos de amor y de que además me haya dejado este impagable
comentario sobre los mismos, y en detalle sobre uno de ellos. Gracias,
Annabella.
"VECINOS"
Así se llama uno de los relatos del estupendo libro de José Antonio del Pozo, "Veinte relatos de amor y una poesía
inesperada". Sensible y bellamente escrito, en su libro, José Antonio
nos maravilla con detallistas y poéticas descripciones especialmente de lugares
y paisajes, pero también de las situaciones y la complejidad psicológica de sus
personajes, los que en esos parajes, mixtura de realidad y fantasía recreados
por su fabulosa imaginación, viven sus pequeños grandes dramas cotidianos.
“Vecinos” es uno de esos
relatos. No escribo sobre él porque considere que se trata del mejor de todos
ellos; siendo quizás atrevida e injusta, me animo a decir que no es el que está
mejor escrito, ni el que habla del tema más conmovedor de todo el libro. Y sin
embargo, me conmueve.
Obviamente se trata del tema o la situación que plantea, como de la
manera que encuentra José Antonio de hacerlo, y de la resolución que le da a la
historia, pero también de mí, algo me es dicho, o yo me dejo decir por él.
No voy a contar el relato, quien lo quiera leer, tendrá que solicitarle
a José Antonio su libro, solamente transcribiré unas líneas a modo de
pinceladas que acicateen las ganas de leerlo, y diré que casi todo el relato
exceptuando el comienzo se desarrolla en un viaje en coche desde un vecindario
hasta un lugar llamado “Las Rocosas”.
Lo que acontece entre los personajes desde el comienzo del mismo,
sugiere varias preguntas sobre la condición humana, la esencial para mí,
referida tanto al poder que puede tener para el ser humano la sexualidad por
sobre el amor y la lealtad, como su opuesto, o sea, el poder que otras veces
tiene éste y aquella por sobre el desenfreno de la pulsión sexual, lo cual va
obviamente a depender de muchísimos factores, como ser los valores de las
personas envueltas en posibles triángulos o cuadrados amorosos ,pero también y
muy especialmente de las circunstancias de la pareja y de las que rodeen a la
misma, del estado de amor o desamor en que se pueda encontrar una pareja en el
momento en que los caminos de los vecinos, o no vecinos, se cruzan.
El relato nos enfrenta al dolor, el sentido posible o no del rencor o
del resentimiento, y de la posible o imposible venganza. Y también a la
posibilidad de que la conducta de los personajes pueda no estar determinada por
esos sentimientos complejos, sino quizás y sobre todo por la posibilidad de
plegarse simplemente a las circunstancias, forma de actuar tan común por otra
parte en nuestros días, total…, y la elección que cada quien es capaz de
realizar. Solamente nos son planteadas en la historia algunas de estas
cuestiones de forma directa, las otras surgen de ella y de la riqueza del relato, que está precisamente en promover en
los lectores la reflexión sobre las mismas o sobre otras.
Y especialmente me conmueve de todos los relatos de José Antonio la capacidad para crear climas
emocionales mediante descripciones del paisaje que devienen poesía, y la
sutileza para evocar las emociones de los personajes mediante la narración de gestos y miradas que apenas
se nos insinúan, y por eso mismo producen ese efecto de conmoción. Efecto
que también me lo promueve, la enorme ternura
con que es capaz de adentrarse en sus personajes, y hacérnosla sentir a sus
lectores. Dejo unas muestras, va:
“Joder….yo te cuidé cuando estuviste enferma, nena, ¿es esto lo que
merezco?
………………………………………………………………………….
Al fin ella y el niño se durmieron de placidez. Ahora podía contemplarla
a placer. Qué guapa… Se atrevió, inclinándose sin que ella notara nada, un
mínimo y sonámbulo encogerse sólo, a apenas besarle el moratón de la frente.
………………………………………………………………….
Cuando ella abrió los ojos amanecía.
-¿Sabes? Me gustaría no llegar nunca,
dijo ella.
-Ya, pero me temo que eso no es
posible, mira, ya casi es de día.
…Contemplar, demorarse ante aquellos colosos inmóviles de siglos,
abiertos a la grandiosidad inexplicable de cuanto les rodeaba. Aspirar el olor
a espliego y romero que traía el viento; mirarse a los ojos sin rozarse las
manos.
… En el atardecer alrededor de un fuego ya en rescoldos, bajo un cielo
que parecía una bóveda pintarrajeada de grafitis rojizos por ángeles gamberros,
ella le quiso decir con los ojos, “nunca podrás saber todo lo que me has dado
en estas treinta horas, con los ojos, pues no le salieron las palabras… …
- ¿Qué vamos a hacer?
- … No podemos ser como ellos
- ¿Continuamos el viaje?”
“VEINTE RELATOS DE AMOR Y UNA POESÍA INESPERADA”. 12
euros, envío incluido. 165 pgs de SENTIMIENTOS,
HUMOR Y AVENTURAS acerca de la condición humana enamorada… y desenamorada,
en muchas de sus vertientes, cimas y simas, con la emocionante recreación de
las más perturbadoras encrucijadas a que nos arrojan los sentimientos
inevitables. Personalmente dedicados. Pídemelos
aquí o escríbeme a josemp1961@yahoo.es Es muy sencillo. 12 E por correo ordinario a la
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